Denuncian otro abuso sexual en el subte B
Pese a su estado de shock, la víctima inmediatamente informó del hecho a sus familiares y se encargó de preservar las prendas con el semen del agresor. Hasta el día de ayer, la joven no había podido aún realizar la exposición ante la fiscalía debido a su estado de ánimo. «Está muy mal y continúa medicada», afirmó la presidenta de Avivi.
Consultada ayer la empresa Metrovías, dijo estar «muy preocupada» por las violaciones denunciadas. «Hemos solicitado un aumento en la cantidad de personal policial en nuestras líneas», informó a LA NACION Juan Ordóñez, vocero de la empresa. La respuesta, al menos ayer, pareció inmediata. LA NACION pudo observar que, como casi nunca ocurre, varios efectivos de la Policía Federal custodiaban, además de las boleterías de la empresa, algunos de los andenes.
Según el contrato de concesión por el que Metrovías se hizo cargo de ese servicio de transporte, la seguridad dentro de los subterráneos es responsabilidad indelegable del Estado nacional a través, en este caso, de la Policía Federal, que, desde 1998, cuenta con una división dedicada exclusivamente a la vigilancia de las estaciones de subterráneos.
Sin embargo, el documento aclara que, «no obstante, el concesionario deberá implementar acciones que le permitan contribuir eficazmente a la adecuada prevención de actividades delictivas contra los bienes y personas transportados, brindar eficaz información a las autoridades policiales competentes y facilitar el accionar de las mismas sin quedar eximido de las responsabilidades que le corresponden en su condición de transportista».
Fuentes de la Policía Federal indicaron que, en total, son 40 los efectivos destinados al control de las 70 estaciones de subte y el Premetro y que, debido a que la cantidad de terminales supera ampliamente el número de uniformados, el personal policial está concentrado en las cabeceras de las líneas.
Las fuentes consultadas también aclararon que los policías que están ubicados frente a las boleterías no pertenecen a la división subterráneos, sino que son contratados por la concesionaria para evitar el robo de la recaudación.
Si bien Metrovías también cuenta con un plantel de 188 empleados privados de la Compañía Metropolitana de Seguridad, voceros de esa empresa aseguran que su tarea se limita a orientar y asistir a los pasajeros. «La función de brindar seguridad es responsabilidad exclusiva de la Policía Federal. La función de la seguridad privada es simplemente la de actuar como disuasivo frente a la comisión de algún delito», destacó Ordóñez.
De una estación a otra
En tanto, la denuncia de violación en las inmediaciones de la estación Constitución sumó otro caso más a la serie de ataques sexuales que se viene registrando en la ciudad y que, como anticipó ayer LA NACION, representa un aumento del 40% de aquellos iniciados por personas desconocidas de las víctimas.
Se trata de una mujer de 30 años que denunció que el 1° de junio pasado fue violada alrededor del mediodía, cerca de la cabecera terminal de trenes, por un hombre que la había abordado mientras viajaba en un tren del Ferrocarril Roca, en dirección a la Capital.
Según la víctima, de nombre Laura, segundos antes de que la formación se detuviera en la terminal un hombre la tomó por la cintura, le apuntó con un cuchillo y la obligó a caminar hasta una de las calles linderas a la estación, donde eran esperados por otro hombre. Contó que, al llegar a la calle O Brien, los delincuentes le «pusieron algo en la nariz», que hizo que se desvaneciera.
Laura, que tiene dos hijos, afirmó que decidió hacer público lo sucedido tras conocer la primera denuncia de violación en la estación de subte Callao de la línea B, y que podría realizar un identikit de sus atacantes.
Por María Eugenia Baliño
De la Redacción de LA NACION