A UN AÑO DE LA TRAGEDIA DE ONCE : MULTITUDINARIA MARCHA DESDE PLAZA DE MAYO HASTA EL SANTUARIO DE ONCE
Diez cuadras de dolor incontenible por los 194 chicos de Cromañón
La columna, integrada mayoritariamente por adolescentes, fue encabezada por familiares con las fotos de las víctimas. Hubo un fuerte reclamo de Justicia, y cánticos muy duros contra Ibarra y Chabán.
ggioberchio@clarin.com
Los 194 chicos que hace un año murieron por el incendio de República Cromañón, ayer estuvieron más presentes que nunca, en la marcha multitudinaria con la que los recordaron sus familiares, sus amigos y otros sobrevivientes, desde Plaza de Mayo hasta el santuario que levantaron frente al boliche, en Plaza Once.
Nombre por nombre, fotos con sus rostros sonrientes, estuvieron presentes en banderas, remeras, brazaletes, prendedores. En los cánticos que, como en la primera manifestación, recuerdan que "Ni la bengala, ni el rocanrol, a los chicos los mató la corrupción". En las leyendas de las pancartas, que también reclamaban "justicia, cárcel a Ibarra y Chabán, y a todos los funcionarios corruptos".
Estuvieron presentes en las lágrimas, que engarzaron cada momento de esas horas de inconsolable recuerdo. En la llegada a la Plaza de Mayo, donde se concentraron a las seis de la tarde, frente a un palco de espaldas a la Casa Rosada. En los abrazos humedecidos de los parientes y amigos de Ariel Malenovsky.
En la muchacha que sostenía la foto de Mariano Benítez, cuando se acercó a la valla cubierta con una bandera y 194 nombres. En el llanto que soltaban los transeúntes que se detenían en las veredas de Avenida de Mayo y Avenida Rivadavia, al ver pasar la acongojada manifestación de diez cuadras, mayoritariamente adolescentes y veinteañeros de clase media baja, muchos con sus padres, marcados con cintas de luto y brazaletes negros y con remeras de la banda Callejeros.
"Este es un movimiento del dolor, no un movimiento político", subrayó una madre, al coincidir con otros padres para que las agrupaciones políticas de izquierda ocuparan el fondo de la columna. En el palco sólo hicieron lugar al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y a la hermana Martha Pelloni. Y a la murga "Los que nunca callarán", integrada por sobrevivientes del incendio.
Flotando a lo largo de los manifestantes desplegaron la Bandera argentina que reúne las fotos de las 194 víctimas, la misma que acompañó a sus familias y a sus amigos en la marcha multitudinaria de cada mes. Hacia ella apuntaron sus cámaras y filmadoras numerosos turistas extranjeros, sorprendidos por esta peregrinación de la pena.
La Bandera ocupó el centro del santuario, adonde los caminantes comenzaron a llegar cerca de las 20.30, en medio de una emoción desgarrada que también resquebrajó a los hombres. A partir de entonces tuvo que intervenir personal de Salud Mental del SAME, para atender muchos casos de crisis emocionales y de baja presión
Tras una ceremonia interreligiosa, los 194 nombres volvieron a enhebrarse, escoltados por dolidos gritos de "¡Presente!". Y así estarán para siempre, en el Mural de la Memoria descubierto un rato después, realizado en cerámica por trabajadores de la fábrica recuperada Zanón, fuera de su horario de trabajo.
A las 22.50, hora de inicio del incendio en Cromañón, un estremecedor aplauso envolvió el profundo silencio del santuario.