Desafío al psicoanálisis: cada vez hay más oferta y demanda de terapias alternativas
Crisis económica y mucha ansiedad. En los últimos años, la falta de dinero y de tiempo comenzó a eclipsar la posibilidad de internarse en los laberínticos caminos del psicoanálisis. Y poco a poco empezó a abrirse un abanico de terapias alternativas que prometen resolver conflictos lo antes posible. Los nuevos enfoques terapéuticos, desprendidos de teorías cognitivas, de la práctica de la new age y hasta de movimientos espirituales, cada vez ganan más adeptos en los consultorios. En los últimos seis años, la demanda creció cerca de un 50%, según un relevamiento de Clarín.
Estas terapias sistémicas o transpersonales, que recurren a las visualizaciones o a la logoterapia, desafían cada vez más la teoría y la técnica desarrolladas por uno de los personajes más influyentes del siglo XX: el neurólogo, psiquiatra y escritor Sigmund Freud. El 6 de mayo, el mundo celebrará el 150º aniversario de su nacimiento.
Estos atajos prometedores se inscriben en la crisis social del nuevo milenio: la gente quiere soluciones rápidas y no soporta grandes esperas. "Por exigencias propias y del afuera busca algo mágico que resuelva sus conflictos; eso es una ilusión", advierte Susana Castro, de la Asociación Gestáltica de Buenos Aires.
Al debate se suman las voces que señalan que el auge de las terapias breves se debe a que la disciplina creada por Freud quedó desactualizada.
La piscoanalista Adriana Roa, docente de la UBA y directora de la institución La Tercera, echa por tierra esa idea: "Todas las teorías vigentes tienen algún pie en el pensamiento freudiano".
Y critica: "Las terapias que prometen soluciones rápidas son parches. Nunca el tema por el que se consulta tiene que ver con lo que uno cree; en todos los casos es necesario encontrar algo de la escena reprimida".
Para Castro, "la gestalt y otras líneas terapéuticas no surgen en contra del psicoanálisis: son sus hijas, aunque con diferencias técnicas y teóricas".
"Son terapias operativas —destaca Claudia Messing, psicoterapeuta vincular familiar, con enfoque sistémico— que apuntan al síntoma y resuelven problemas urgentes en un corto plazo. Tengo pacientes que hicieron años de psicoanálisis sin ver resultados y ahora buscan otra cosa".
"Somos más que mente: somos emociones y cuerpos espirituales", propone Silvia Kameniomotsky a quienes prueban con el abordaje transpersonal.
Los especialistas consultados por Clarín coinciden en que la debacle de 2001 hizo explotar la demanda y desde entonces, en los consultorios privados (la sesión cuesta entre $30 y $70, y hay hasta de $300), la cantidad de consultas no baja.
En parte, el fenómeno se apoya en que algunas obras sociales y prepagas comenzaron a cubrir terapias, pero cortas.
Además, hoy existen opciones gratuitas y varios lugares que trabajan con bonos contribución. En tanto, en los hospitales porteños atienden a más de 70.000 personas por año que hacen psicoterapia, musicoterapia y terapia grupal. ¿Los motivos de consultas? Fobias, ataques de pánico, depresión, crisis de pareja (y la angustia de no tenerla), adicciones y trastornos de aprendizaje en los chicos.
Javier Camacho, psicoterapeuta cognitivo —un enfoque terapéutico muy de moda en EE.UU.— asegura que "la ortodoxia está desapareciendo en todas las líneas: la tendencia es la integración de técnicas adaptadas a cada caso".
"Tras muchos años de hacer psicoanálisis sentí que la palabra sola no era suficiente. A una herramienta que aprecio y valoro le sumé el psicodrama y el trabajo grupal", explica Silvia Schverdfinger, coordinadora del Centro de Psicodrama y Creatividad.
"Ninguna terapia es la panacea", afirma Horacio Serebrinsky, codirector de la Escuela Sistémica Argentina. Y concluye: "Lo más importante no es el modelo de la terapia sino el terapeuta: es una relación básicamente humana".
Sin hilos ni enchufes. Unplugged. El mundo que vio nacer a Freud se comunicaba por carta, muy lejos de las urgencias del celular, del zapping, de los mensajes de texto, de Internet y de las fotos digitales. Ciento cincuenta años después, todo circula a velocidades de vértigo. ¿Alguien puede parar? ¿Alguien puede esperar? Hija de la inmediatez, la sociedad parece entonar a coro aquella canción que dejó Luca Prodan antes de morir: No sé lo que quiero, pero lo quiero ya . Buen punto de partida para que los psicólogos compitan cada vez por llevársela al plato.
Qué son y para qué sirven
Enfoque sistémico: considera al individuo dentro de un sistema y enfatiza en las relaciones presentes con el otro.
Terapia gestáltica: se aboca a la percepción y a la integración entre lo que se piensa, se siente y se hace. Se realizan
ejercicios, lecturas corporales, relajación, visualizaciones.
Logoterapia: trabaja en la búsqueda y la construcción del sentido de la vida, del proyecto existencial de la persona.
Psicodrama: aborda los conflictos con la improvisación de imágenes, situaciones y escenas dramáticas.
Enfoque cognitivo: trabaja la relación entre pensamiento, emoción y conducta para conocer las creencias del paciente y corregir los sistemas de pensamiento.
Enfoque conductista: supone que ciertas conductas aprendidas se transforman en hábitos perjudiciales y que con la eliminación de los síntomas desaparece la enfermedad.
Abordaje transpersonal: busca la purificación de la mente, la pacificación de las emociones, la transformación del cuerpo físico y el pasaje de la individualidad a la universalidad.
Análisis transaccional: aborda las relaciones interpersonales a través de tres estados del individuo: padre, adulto y niño.
Una respuesta a «A 150 AÑOS DEL NACIMIENTO DE FREUD»
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