Y el presidente patagónico no los defraudó: sobre la avenida Eva Perón de Trelew, bajó en dos oportunidades de la camioneta que lo transportaba y recibió abrazos de chicos y adultos que, de manera desordenada, buscaban espacio para abrazarlo.
La visita presidencial puso en escena en Chubut la ola de reelecciones para 2007: unas 30 personas de la Juventud Peronista y Asociaciones Vecinales de Trelew lo aguardaban dentro del aeropuerto con banderas con la inscripción "Kirchner, Das Neves, Mac Karthy 2007". En alusión al actual gobernador y al intendente de Trelew, dispuesto a seguir en el cargo.
También hubo carteles por la reelección del intendente de Comodoro, Raúl Simoncini. "Kirchner y Das Neves 2007" y "Fuerza Presidente" fueron las pancartas que se repitieron en la recorrida de la comitiva por las calles de Trelew, el primer sitio que recorrió en esta visita.
La caravana se detuvo al menos cinco veces para que Kirchner, con medio cuerpo afuera del vehículo que lo trasladaba, pudiera tocar a la gente.
Cuando bajó en el barrio Telefónico, generó un tumulto de saludos. "No nos deje nunca", le gritó una mujer mayor que observaba la escena. Muchos de los niños se acercaban al vehículo presidencial para entregar cartas y notas con pedidos personales. A la altura de la ruta 7, Kirchner saludó a 15 chicos de la escuela rural 3, una de las más pobres de la ciudad.
Tras 25 minutos de recorrida, Kirchner llegó a Rawson. Caótico y desorganizado fue el corte de cinta y el descubrimiento de placa realizado en la ermita, cerca del nuevo acceso a la ciudad. Fiel a su estilo, 200 metros antes del lugar del acto, el Presidente se bajó otra vez de la camioneta y recorrió a pie el trayecto.
Abrazos radicales
En la capital provincial lo esperaban, incluso, radicales: diputados provinciales por la UCR y el ex gobernador José Luis Lizurume, que corrió a abrazar al presidente.
Luego, miles de personas saludaron al Presidente a su paso por la avenida 25 de Mayo, sobre todo empleados públicos, alumnos y maestros, para quienes se había decretado asueto.
La caravana marchó lenta hasta el gimnasio del club Germinal, en el ingreso en la capital. Al final del discurso de Kirchner, volaron por el aire papelitos celestes y blancos, y el Presidente bajó del escenario a abrazar gente. Y otra vez todo fue desorden mientras sonaba "Color esperanza", de Diego Torres.