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Acribillan en un asalto a un comisario involucrado en la represión ilegal

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TENIA 75 AÑOS Y ERA DUEÑO DE UNA EMPRESA DE SEGURIDAD PRIVADA EN CHACO

Iba a ser juzgado por la masacre de presos políticos de Margarita Belén, ocurrida en 1976

 
Por Sergio Schneider para Clarín|Para el comisario retirado Carlos Carballo, la seguridad (como fuera que la entendiera) era un medio de vida. Desde joven había vivido de su salario en la Policía del Chaco, donde adquirió un rango importante en los temibles años de la dictadura militar. Luego, montó una agencia de vigilancia. Imputado en la causa penal por la Masacre de Margarita Belén (episodio emblemático de la represión ilegal en el norte del país), había logrado su excarcelación y esperaba el juicio por ese caso. Sin embargo, no estará en el proceso: como las víctimas de aquella matanza de presos políticos, murió acribillado aunque en circunstancias distintas. Fue en un asalto para robarle algunos sueldos de su personal.

 

El hecho ocurrió el miércoles, en un barrio de Puerto Vilelas, un municipio del Gran Resistencia con altos índices de inseguridad. Cerca de las diez de la noche, Carballo, de 75 años, llegó en su vehículo hasta una fábrica para pagar los salarios de dos guardias que su agencia tenía allí. La rutina la cumplía puntualmente los días 5 de cada mes.

La costumbre de Carballo era no descender de su auto para concretar el pago. Lo que hacía era avisar telefónicamente que iría a abonar los sueldos y luego, al llegar, estacionaba el coche en un lugar visible para los vigilantes y hacía señas de luces. La consigna era que los guardias se acercaran al vehículo, de a uno por vez, y allí recibieran su dinero. Su jefe les hacía firmar los recibos y luego se retiraba.

Obsesivo desde los años de plomo, Carballo solía tomar la precaución de dar una vuelta previa por las inmediaciones antes de detenerse. Sabía que el lugar era inseguro. Por eso, y porque en realidad era un hábito que nunca había abandonado, llevaba bajo su asiento una pistola.

Esta vez, la rutina se repitió con el primer empleado. Pero el otro estaba dentro del edificio, lejos, y tardó en llegar. Fueron minutos en los que Carballo y su esposa quedaron solos dentro del vehículo, esperando. En ese momento aparecieron dos ladrones. Uno de ellos lo encañonó y le pidió todo el dinero que llevaba. El otro también tenía un arma, y se puso junto a la otra ventanilla, apuntando a la mujer.

El ex comisario intentó tomar su arma y el asaltante que tenía enfrente le disparó en una pierna. La esposa entró en una crisis de nervios y manoteó los billetes para dárselos al asaltante que tenía junto a ella. El otro exigió más. Carballo volvió a intentar un ataque y salió del vehículo. Recibió cuatro nuevos disparos, llegó a hacer dos con su pistola, sin dar en el blanco. Luego se desplomó. Murió en pocos segundos. Una de las balas le perforó la aorta y se desangró.

Los ladrones huyeron en una moto. La policía provincial dice tener pistas firmes y espera concretar detenciones en las próximas horas.

Carballo era, en 1976, jefe de la División Tráfico de la Policía de Chaco, y participó del operativo militar para fusilar a 22 presos políticos en la localidad de Margarita Belén. Por este episodio de la represión ilegal, estaba procesado como partícipe secundario.

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