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Antidepresivos: elevan el riesgo de diabetes

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La Nación
Según un estudio presentado ayer. Su consumo triplica las probabilidades de desarrollar el mal en personas con predisposición a contraerlo.

WASHINGTON – Por primera vez un estudio ofrece pruebas de que los medicamentos antidepresivos pueden aumentar significativamente el riesgo de padecer diabetes tipo II en quienes presentan los primeros signos de alteración de sus niveles de azúcar en sangre.

Según una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos, las personas con intolerancia a la glucosa pueden duplicar o hasta triplicar sus posibilidades de desarrollar diabetes si consumen con frecuencia drogas para la depresión.

«Un análisis de nuestro Programa de Prevención de Diabetes, que estudia cómo reducir la progresión hacia la diabetes tipo II en personas de alto riesgo, mostró que las que estaban tomando drogas antidepresivas al comienzo del estudio, o que las tomaron con frecuencia durante su transcurso, tuvieron el doble o el triple de posibilidades de desarrollarla», dijo el doctor Richard Rubin, autor principal del estudio presentado ayer en las 66° Sesiones Científicas Anuales de la Asociación Americana de Diabetes, que reúne aquí a más de 11.000 médicos y pacientes.

Evidencias

Aunque es sabido que algunos antipsicóticos pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes -enfermedad caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre-, hasta ahora ningún estudio había aportado evidencias de un vínculo con el consumo de antidepresivos.

Del estudio en cuestión participaron 3200 voluntarios que padecían intolerancia a la glucosa. Esta condición, que delata trastornos metabólicos previos a la diabetes, se diagnostica al beber agua con glucosa en ayunas. En los pacientes de alto riesgo, los investigadores testearon medidas de prevención para evitar el desarrollo de la diabetes tipo II, como estilos de vida saludable o drogas que ayudan a controlar los niveles de glucosa, como la metformina.

En aquellos que tomaban antidepresivos, los casos de diabetes tipo II se duplicaron y hasta se triplicaron, con una sola excepción: entre quienes tomaban drogas para la depresión, pero recibían también metformina, los nuevos diagnósticos fueron similares a los de aquellos que no tomaron antidepresivos.

«Nuestras conclusiones no deben ser una excusa para que los pacientes que necesitan medicamentos para tratar la depresión dejen de tomarlos. Estas son drogas que aportan un gran beneficio en términos de calidad de vida. En todo caso, en los pacientes con alguna predisposición a la diabetes que toman antidepresivos lo que hay que tratar es de realizar un control aún más estricto de los niveles de glucemia.»

En la Argentina, la diabetes afecta a alrededor del 7% de la población adulta; cerca del 95% de los pacientes padece el tipo II, en el que el organismo produce una cantidad insuficiente de insulina o sus células se vuelven resistentes a los efectos de la hormona, dando como resultado un aumento de los niveles de glucosa que progresivamente destruyen las células productoras de insulina.

Aunque en los estadios iniciales se puede controlar la glucemia a través de la dieta, el ejercicio y las drogas antidiabéticas orales, la evolución de la enfermedad lleva al uso de insulina.

Causa o consecuencia

«Hace más de 300 años que las personas especulan acerca de la existencia de un vínculo entre la diabetes y la depresión», comentó el doctor Rubin durante la conferencia de prensa.

Ya en 1674, el médico inglés Thomas Wolfe postuló que la causa de la diabetes era una «pena extrema». Siglos más tarde, más precisamente en los años setenta, se comenzó a pensar que, por el contrario, la diabetes era una causa de depresión.

Una nueva vuelta de tuerca se produjo en los años noventa: dos grandes estudios lograron demostrar que las personas con depresión tienen un riesgo dos veces mayor de padecer diabetes.

En nuestro estudio, comentó Rubin, «observamos que las personas con intolerancia a la glucosa que tenían síntomas de depresión no fueron más propensas a desarrollar diabetes, por lo que la depresión no parece ser un factor predictor de la enfermedad».

Por Sebastián A. Ríos
Enviado especial

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