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Apuñalaron a un joven frente a la «carpa verde»

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La Nación
 
Fue en un confuso episodio, cuando salía Alfredo De Angeli
 

Miguel Angel Ferreira abrazó a Alfredo De Angeli para protegerlo de la multitud. Intentaba llevarlo a un auto en la plaza del Congreso, frente a la carpa ruralista, cuando sintió un pinchazo. "¡Me apuñalaron!", le gritó a un compañero del improvisado grupo protector.

Ferreira anoche contaba la historia una y otra vez frente al hospital Ramos Mejía, mientras mostraba la ingle para que le creyeran: dos puntos de una herida "cortopunzante" en el estómago, según habían confirmado los médicos un rato antes. Eran las 21 de ayer. Terminaba así un confuso episodio que había ocurrido tres horas antes, entre rumores falsos, desmentidas y contradicciones.

A las 18.45, una ambulancia del SAME se apostó frente a la carpa donde De Angeli había hablado ante sus seguidores porteños. Ferreira, de 26 años, salió un minuto después, tapado con una frazada blanca. "Tiene un corte en la cintura. ¡Lo apuñalaron!", repetían ruralistas, militantes y piqueteros.

Desde ese momento nacieron versiones de todo tipo: que habían "atacado a De Angeli" y que Ferreira lo había protegido, que al joven lo habían apuñalado en medio de un duro forcejeo y hasta que se había "raspado" con una valla por "accidente".

Hubo un largo debate dentro de la carpa. Afuera, ruralistas y piqueteros iban y venían desparramando sus teorías. Una hora después, un grupo de ruralistas desmintió el episodio. Abonaron la versión de la "raspadura". Ezequiel Bernique dijo: "Se tropezó, se cayó y se lastimó la panza. No fue nada".

El director del SAME, Alberto Crescenti, los respaldó: "Se trata sólo de una escoriación. No hay herida de arma blanca". Los médicos del hospital Ramos Mejía luego lo contradijeron. "Hay una herida de dos centímetros. Hubo que darle dos puntos", dijo el jefe de guardia, José Fornes. "Probablemente sea por una herida de arma blanca", agregó.

Mientras tanto, en la "carpa verde" la mayoría rearmaba su discurso. "No queríamos generar pánico. Por eso lo desmentimos", dijo Agustín Recondo, uno de los jóvenes que lideran el reclamo agrario. "Hubo una agresión. Si se comprueba que fue un atentado contra De Angeli es muy grave", decía Vilma Ripoll (MST), presente durante el incidente. Nadie más quiso hablar de "un ataque a De Angeli". Tampoco nadie supo identificar al agresor.

Al filo de las 21, Ferreira habló. Dijo que no era militante, que había ido "para ayudar" y que tenía "una campera" en el ataque. Decía no tener dudas: el "pinchazo" fue un cuchillo.

  

Por Juan Pablo Morales
De la Redacción de LA NACION

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