Por Andrés Pérez Esquivel. Cuando vemos el conflicto diplomático internacional norte-norte y norte-sur desencadenado por la revelación del masivo y global programa de vigilancia informática de la NSA norteamericana a sus ciudadanos y a decenas de jefes de Estado de otras naciones, incluida la Argentina; que el hombre que filtró la mayor cantidad de información clasificada en la historia, Julian Assange , dice que la “Argentina tiene el régimen de vigilancia más agresivo de la región“; que por primera vez en nuestra historia el jefe del Ejército Argentino proviene del área de inteligencia; que también por primera vez hay un jefe de la Policía Federal que proviene de la Superintendencia de Comunicaciones; que el jefe de Gobierno de la Capital Federal está cerca del juicio oral por presunto espionaje ilegal; y que la promoción decámaras de vigilancia es utilizada por competidores políticos como denominador común en sus campañas electorales; se nos puede permitir pensar que las políticas de vigilancia y sus tecnologías se han convertido en un eje central de la agenda pública al que debemos prestarle atención. Leer más…
Un hombre perdió la vida y su pareja quedó herida luego de que otro espectador de la sala donde estaban les disparara porque la mujer estaba usando el teléfono celular.
Referéndum constitucional de Egipto de 2014
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