La unidad dejaría de funcionar en los próximos días y se estudia trasladarla a una base que será construida a 15 kilómetros de la localidad de Puerto Santa Cruz, en la provincia del presidente Néstor Kirchner.
Si las autoridades del Ministerio de Defensa aprueban el proyecto, el cierre de la base Almirante Zar se produciría prácticamente de inmediato, ya que los aviones de exploración Orion y el resto de las aeronaves serán llevados a las bases de Punta Indio y Comandante Espora, hasta tanto se edifique la dependencia de Santa Cruz.
Otra medida que tomaría en breve el jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, apuntaría al cierre definitivo de la mayoría de las secciones de inteligencia de la fuerza. Sólo quedarán en operación, según el esquema que se analiza en el almirantazgo, las oficinas de la base de Puerto Belgrano y del Edificio Libertad, con la intención de tener más centralizado y controlado el trabajo de esa área.
El caso que impulsó estos cambios se inició por un allanamiento de la justicia federal a la oficina de inteligencia naval de Trelew, donde se encontraron carpetas con datos personales de funcionarios y actores sociales de la ciudad.
El juez federal de Rawson, Jorge Pfleger, ordenó investigar entonces las diez secciones del servicio de inteligencia de la Armada y dispuso nuevos allanamientos. Esos despachos habían sido anteriormente clausurados por el almirante Godoy, que al conocerse el espionaje relevó a dos altos jefes de la fuerza. Comisiones de oficiales navales y funcionarios del Ministerio de Defensa visitaron también esas dependencias.
Ya antes del seguimiento ilegal descubierto en Trelew los mandos navales estudiaban la conveniencia de trasladar la base Almirante Zar a la provincia de Santa Cruz, cuyo gobierno había solicitado el emplazamiento de una base de la Armada en esa zona. El requerimiento de Santa Cruz serviría para aflojar las tensiones causadas en la comunidad de Trelew por el caso del espionaje ilegal.
En caso de resolverse finalmente la desactivación de la base aeronaval en Chubut, la Armada necesitaría una nueva pista en el sur del país para la operación de sus aviones que patrullan en busca de pesqueros en infracción. Esa circunstancia habilitaría la construcción de una unidad en Puerto Santa Cruz.
En una entrevista con LA NACION, el almirante Godoy había calificado al espionaje descubierto en Trelew como un hecho gravísimo "que tira por la borda todo el esfuerzo hecho".
El gobernador de Chubut, Mario das Neves, decidió que el gobierno provincial se presentase como querellante en el caso investigado por el juzgado federal de Rawson.
Así, la relación tirante que se producirá de aquí en más entre la Armada y la comunidad de Trelew, que ante los hechos se siente investigada por los militares, es uno de los condicionantes que lleva a los mandos navales a tener casi la certeza de que esa unidad deberá desactivarse. Esa idea era apoyada anoche por el almirantazgo.
La base aeronaval Almirante Zar había quedado en el foco de la atención pública incluso antes de conocerse el resultado del allanamiento judicial. La Secretaría de Derechos Humanos impulsaba en el tribunal de Rawson la apertura de la causa por la denominada masacre de Trelew, ocurrida el 22 de agosto de 1972 cuando en ese lugar se habría fusilado a 16 miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que días antes se habían fugado del penal de Rawson y habían sido recapturados antes de su intento de cruzar a Chile.
En tanto los mandos navales analizan la factibilidad de concretar el traslado de la base aeronaval de Trelew, la justicia federal concretó ayer los allanamientos a las dependencias de inteligencia en diez bases.
En Puerto Belgrano, donde se encuentra la mayor concentración de unidades de la Armada, el juzgado federal de Bahía Blanca se incautó de diez computadoras, las que se remitirían al juzgado de Rawson para analizar su contenido, según informaron en ese tribunal. En el resto de los procedimientos no se habría secuestrado información ni elementos tecnológicos, según comentaron fuentes judiciales.
Investigación interna
La Armada, por su parte, continúa con su investigación interna a cargo del vicealmirante Benito Rótolo, subjefe de la fuerza naval, y del vicealmirante Enrique Olmedo, jefe de personal que fue designado ahora titular del servicio de inteligencia naval con la misión de determinar cuáles fueron las responsabilidades individuales ante el caso descubierto en la base de Trelew.
El Gobierno dio un aire a la Armada para concretar esa tarea de revisión hacia su interior, tal como quedó expuesto en el pensamiento del diputado nacional Carlos Kunkel, que por lo general representa la mirada del kirchnerismo más íntimo y ante esta situación dijo públicamente que los marinos debían tener un plazo razonable para determinar por sí mismos los errores cometidos.
No hubo voces fuertes de la Casa Rosada que agregasen fuego a la de por sí complicada situación de la Armada, algo en el ambiente castrense se entiende como un respaldo tácito a la gestión del almirante Godoy.
Por Daniel Gallo
De la Redacción de LA NACION
Piquete en Puerto Belgrano
- BAHIA BLANCA.- Los empleados civiles de la armada afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) cortaron por tercer día consecutivo el acceso a la Base Naval Puerto Belgrano en reclamo de un ajuste salarial. Los cortes en los accesos provocaron protestas y forcejeos con algunos militares y civiles, familiares de quienes viven en el interior de la base, y que intentaban continuar con su actividad normal. Un día antes, la ministra de Defensa, Nilda Garré, recibió a delegados de ATE y les elevó una propuesta consistente en un aumento del 5 por ciento, pero fue insuficiente para desactivar el conflicto.