Cerca de un millón de estudiantes participaron del paro en demanda de reformas educativas, en medio de violentas protestas que terminaron con 254 detenidos y decenas de heridos en Santiago de Chile.
Los alumnos volvieron a enfrentarse con la policía, que respondió con gases lacrimógenos y carros hidrantes. Por la noche, los estudiantes saquearon comercios de la principal peatonal del centro de la capital chilena.
La jornada terminó con un cacerolazo en colegios y universidades de distintos barrios de Santiago. "Esperamos que se llegue a un acuerdo con el gobierno, así podemos recomenzar las clases. Ya hace dos semanas que estamos tomando el colegio", señala el estudiantes Pablo Orellano.
Los alumnos piden la gratuidad en el examen de ingreso a las universidades y en el pasaje del transporte escolar urbano. Además reclaman derogar una ley pinochetista que transfirió la educación a las comunas y permitió la desigualdad en la enseñanza.