Caos por una huelga de Aerolíneas
Esta vez, según sostuvieron los dirigentes sindicales, la medida se cumplirá sólo por 24 horas. El paro comenzó ayer al mediodía y finalizaría hoy a esa misma hora. A partir de la negociación que entablen las dos partes este fin de semana se definirá si el lunes próximo se retoma la huelga, que esta vez podría durar 36 o 48 horas, advirtieron los gremios.
La nueva medida de fuerza tiene dos novedades. La primera, que esta vez algunos pasajeros reaccionaron airadamente ante la imposibilidad de llegar a destino. En Ezeiza, personas superadas por la cólera se treparon a los changos para transportar equipaje y bloquearon la entrada de taxis y remises en el estacionamiento. Y hasta hubo amenaza de piquete: pasajeros varados en Aeroparque amenazaron con cortar la avenida Costanera, aunque la medida no llegó a cumplirse.
La segunda novedad la protagonizó la empresa que no reprogramó los vuelos cancelados -como lo había hecho en otras ocasiones- y por lo tanto la normalización de la actividad podría ser hoy caótica, pese a que voceros de la compañía dijeron que inmediatamente después de que se levante la medida reanudarán el servicio.
El Ministerio de Trabajo -que intentó ayer mediar sin éxito en el conflicto- reaccionó en defensa de los usuarios. Les exigió a los gremios que se cumplan los servicios mínimos de emergencia, según una pauta que -explicaron- fija la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Ese plan dice que los empleados deben cumplir al menos con el 50% de los vuelos de cabotaje y el 75% de los internacionales.
Pero los empleados de Aerolíneas descartaron cualquier posibilidad de pilotear o despachar un avión. Claudio Morales, secretario adjunto de APTA, dijo a LA NACION que no cumplirán con los vuelos mínimos porque "según una resolución de la OIT esa exigencia menoscaba la libertad de los gremios".
En cambio, voceros de la empresa dijeron que intentarán cumplir con el cronograma mínimo. De ser así, el primer vuelo saldrá a las 5.50 y también despegarían hasta el mediodía 13 aviones de Austral y 20 de Aerolíneas.
Los gremios aeronáuticos en huelga son dos: la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA). Los pilotos reclaman un aumento de sueldo del 40 por ciento y los técnicos del 75. Aerolíneas propuso un aumento no remunerativo del 20% que no fue aceptado por los empleados.
El clima ayer en Aerolíneas era de tormenta. "Siempre nos hemos sentado a la mesa de negociación, pero todas las propuestas fueron rechazadas por los gremios. Este paro es una barbaridad", dijeron voceros de la compañía.
Además de APTA y APLA, en el sector aeronáutico hay otros cinco gremios. Uno de ellos, la Asociación Argentina de Aeronavegantes, denunció en un comunicado que "los paros de modalidad sorpresiva" que llevan adelante APLA y APTA son parte de "una campaña orquestada por Ricardo Cirielli para liquidar a Aerolíneas y Austral y sacarlas del mercado favoreciendo así a Lan Chile".
Hay que recordar que Cirielli es subsecretario de Transporte Aerocomercial y titular del gremio APTA, aunque ahora hace uso de una licencia.
Los pasillos de las terminales aéreas parecían ayer campos minados: gritos, reclamos y caras largas de los miles de turistas perjudicados volvieron a ser la postal para lamentar. Al punto que la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APA) decidió retirar de los mostradores a los trabajadores por "la violencia y agresión de los pasajeros". En Ezeiza, turistas italianos se enfurecieron cuando se les informó que hoy tendrían que pagar nuevamente la tarifa de embarque. Fue sólo un susto: después se les avisó que se tendrá en consideración el primer pago.
Por María Celeste Danón
De la Redacción de LA NACION
Con la colaboración de Claudio Weissfeld