Por Jack Kim
CHEJIN, Corea del Sur (Reuters) – Dos trenes de Corea del Norte y del Sur cruzaron el jueves la frontera fuertemente armada que separa a ambos vecinos, restableciendo una via cortada tras la guerra de 1950-1953 y avivando esperanzas de unificación.
Les tomó 56 años a ambas Coreas enviar trenes -uno iniciando su recorrido en el sur y el otro en el norte- a través de la última frontera de la Guerra Fria para realizar un recorrido de unos 25 kilómetros.
Los trenes transportaron a 100 surcoreanos y 50 norcoreanos, entre ellos figuras famosas, políticos, y el conductor de uno de los últimos trenes en cruzar la frontera antes de que la vía fuera clausurada en 1951.
«Hoy, el corazón de la península coreana comenzará a latir otra vez,» dijo antes del cruce el ministro surcoreano de Unificiación, Lee Jae-joung. «Los trenes representan los sueños, las esperanzas, y el futuro de las dos Coreas,» agregó.
La salida fue seguida en vivo por las principales cadenas de radio y televisión de Corea del Sur, pero el tren rápidamente desapareció de la vista cuando se acercaba al lado norcoreano debido a las antiguas leyes de seguridad de Seúl.
Corea del Norte no emitió palabra sobre lo que ocurrió en su lado de la via ferroviario.
En la costa este, los soldados surcoreanos abrieron un portón sobre las vías en el extremo sur de la Zona Desmilitarizada para dar la bienvenida al tren proveniente del norte, que tenía un cartel con la leyenda: «El tren alguna vez abordado por el gran presidente Kim Il-Sung.»
Grupso de niños entregaron flores a los funcionarios tras el arribo a la estación, una de los varios edificios de tono lúgubre construidos por los surcoreanos cerca de la frontera que han estado en su mayoria inutilizados.
Los pasajeros de las dos Coreas cenaron juntos y tras mucha persuasión, el conductor del tren del Norte estrechó la mano del jefe de estación del Sur.
El ejército norcoreano, temeroso de la creciente apertura de la aislada nación al mundo exterior, canceló un viaje similar el año pasado. La semana pasada aceptó finalmente.
Las dos Coreas, que técnicamente aún están en guerra pero sometidas a una tregua, mantienen una frontera fuertemente vigilada que divide en dos a la península desde hace décadas. Más de un millón de soldados están estacionados alrededor de la Zona Desmilitarizada.