"Creo que la mayor sorpresa es que somos mucho más diferentes unos de otros de lo que pensábamos", dijo Venter. Pero aún existen algunos misterios.
Científicos del Instituto J. Craig Venter en Maryland, del Hospital para Niños Enfermos de Toronto y de la Universidad de California en San Diego analizaron el código genético de Venter para compararlo con los mapas de genoma humano publicados en 2001 por la empresa Celera y el Proyecto Genoma Humano. Ambos proyectos usaron ADN de varios voluntarios.
Algo que los científicos querían hallar es si puede discernirse el riesgo de enfermedades de un individuo sólo observando sus genes. Esta certeza es sólo para unas pocas enfermedades, como la de Huntington. Pero la mayoría de las otras enfermedades son el resultado de una interacción más compleja entre genes y medio ambiente. "Saber algo no cambia lo que está en nuestro código genético. Pero quizá nos dé una posibilidad de cambiar lo que podría ser parte de nuestro destino genético", indicó Venter.