En 1920 los habitantes de la ciudad de Brasov, entonces dueños de la propiedad, regalaron el castillo a la reina María de Rumania, abuela del heredero. Con la llegada del comunismo, el castillo fue nacionalizado en 1947 y el príncipe Von Habsburg, que entonces vivía en esa residencia, tuvo que dejar el país junto con su familia. Huyó a Suiza, luego se refugió en la Argentina e Italia y, por último, en Estados Unidos, donde reside desde hace ocho años.
La semana pasada, el Ministerio de Cultura rumano anunció que el próximo viernes 26 devolvería el castillo a sus antiguos dueños: con motivo de la próxima integración del país a la Unión Europea, en 2007, Rumania ha aumentado su índice de restitución de propiedades incautadas durante el comunismo.
El heredero, un ingeniero de 67 años, reside en las inmediaciones de Nueva York, pero pasó su infancia entre los muros del castillo.
"Emocionalmente es muy importante para mí -dijo Von Habsburg-. Es el único hogar que recuerdo."
Ubicado en la cima de una rocosa colina en Transilvania, el Castillo Bran, popularmente conocido como el "castillo de Drácula", fue construido como una fortaleza por caballeros teutónicos en 1212. El príncipe Vlad "el Empalador", en quien se inspiró Bram Stoker para escribir su novela "Drácula", utilizó el castillo durante su reinado, en el siglo XV, con fines militares. Stoker ambientó allí su relato.
La ceremonia de restitución tendrá lugar pasado mañana en el castillo y contará con la presencia de Von Habsburg, que volverá por primera vez a Rumania después de casi 60 años.
Se espera que la fortaleza conserve su actual función de museo de arte feudal, según dijo el ministro de Cultura rumano, Adrian Iorgulescu. El gobierno firmará con los nuevos propietarios un acuerdo por el cual éstos se comprometen a mantener el museo en el circuito público al menos por un período de tres años. "Tengo la certidumbre de que el Museo Bran quedará a disposición del público también tras expirar este plazo de tres años", dijo el ministro a la prensa.
El nuevo dueño dijo que aún no sabe qué hará con la propiedad luego de los tres años, aunque descartó convertir el castillo en su residencia.
El castillo, valuado en 25 millones de dólares, es una de las principales atracciones turísticas del país.
