En su edición de ayer, el diario The New York Times reveló la intención de la Casa Blanca de instalar 10 bases de interceptación de misiles en un sitio europeo para el año 2011, con objeto de proteger a Europa y a Estados Unidos de eventuales ataques de países de Medio Oriente, principalmente Irán.
Según el diario neoyorquino, el valor total del escudo antimisiles europeo, incluidos los costosos misiles interceptores, alcanzaría los 1600 millones de dólares.
Sin embargo, los analistas coinciden en que el propósito de Washington es, en realidad, ampliar su presencia en la antigua zona de influencia de la Unión Soviética. De hecho, el «escudo» tendría enormes implicancias políticas, ya que, de ser establecido en Polonia, por ejemplo, significaría la primera presencia militar estadounidense permanente en ese país.
Ayer, el vocero del Pentágono, Bryan Whitman, dijo que no se habían tomado decisiones aún, pero reconoció que estaban realizando consultas con aliados europeos que se habían mostrado interesados. «Estamos recolectando y evaluando información en una variedad de fuentes antes de tomar una decisión sobre si se debe o no avanzar en emplazar defensas misilísticas adicionales en Europa», dijo Whitman.
El vocero añadió que Estados Unidos lleva varios años consultando a sus aliados europeos sobre la posibilidad de instalar sistemas de defensa de misiles en su territorio.
El Pentágono pedirá al Congreso 9300 millones de dólares para su programa de defensa contra misiles en el período fiscal 2007 (que comienza el 1° de octubre). Washington ya ha instalado nueve misiles interceptores en Fort Greely, Alaska, y dos en la Base Vandenberg, en California.
La República Checa, uno de los países considerados junto con Polonia para establecer la base militar europea, dijo ayer que el plan es «sólo una idea, no hay una propuesta concreta». Por su parte, militares rusos expresaron su oposición al plan de Washington. «Yo no preveo un conflicto nuclear entre Rusia y Occidente», señaló el general Yuri Baluyevsky, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia en una entrevista con una publicación polaca. «Pero debe entenderse que los países que formen parte de tal escudo aumentan sus riesgos», añadió.
Irán no cede
En tanto, Teherán advirtió ayer que no estaba dispuesto a dar marcha atrás en su plan de desarrollo nuclear y ratificó que continuará con su programa de enriquecimiento de uranio, incluso a escala industrial, desde el año próximo.
«Estamos dispuestos a mantener un diálogo [con Occidente] acerca de mejorar la situación regional y global, pero no acerca de nuestro derecho irrevocable [de desarrollar tecnología nuclear]», declaró ayer el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad.
«No ignoraremos nuestros derechos en el campo de la investigación y el enriquecimiento industrial», dijo por su parte el vocero del gobierno iraní.
Teherán ratificó su posición en momentos en que se espera la reunión, prevista para mañana en Londres, de los cinco países con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia-, más Alemania, para debatir cómo presionar a Irán para que abandone su plan nuclear.
Agencias AP, AFP y EFE
