Desde la época de Maquiavello se ha considerado que la religión debe estar separada de la política. En Argentina la Iglesia sigue metiendose en cuestiones políticas, si hubiera un Estado más fuerte que se ocupara de los tareas asistencialistas de las que hoy se encarga la Iglesia Católica, seguramente un poco del poder que tiene la Iglesia se vería más limitado.
La Iglesia debe ocupar el correcto lugar en la sociedad Argentina, ser el espacio donde un cierto número de personas se acerca para vivir su espiritualidad y no imponer, dictatorialmente, sus doctrinas para el resto de la sociedad que no es católica o no está de acuerdo con ella.
Espero que este acercamiento de Kirchner hacia ciertos sectores católicos no signifique una vinculación peligrosa para la independencia de la política nacional. Digo esto teniedo en cuenta que el Gobierno se comprometió ayer en Luján a seguir colaborando con la reparación de la basílica de esa ciudad y pidió "ayuda" ante los feligreses y curas presentes.
