(Fuente: DyN) Clarín. com 17/10/0520:00 |
EL CRIMEN FUE EN ENERO DE 2003
Caso Conzi: carearon en forma sorpresiva a dos testigos
Fue tras una orden del Tribunal, por las contradicciones en el relato de dos jóvenes que viajaban en el remís con Marcos Schenone, el joven asesinado a balazos desde la camioneta en la que iba el empresario Horacio Conzi.
En el primer día del juicio oral por el crimen de Marcos Schenone, por el cual está acusado Horacio Conzi, las dos chicas que viajaban en el auto de la víctima fueron sorpresivamente careadas esta noche y una de ellas insistió en haber reconocido al empresario como la persona que manejaba la camioneta desde la cual partieron los disparos que mataron al joven en 2003.
La afirmación fue hecha por la testigo Paula Alonso, quien sin embargo fue careada con su entonces amiga Gisella Carabetta, quien dijo no haber visto al empresario pero sí terminó admitiendo que su amiga lo habría reconocido. De todas maneras, el tribunal encontró dubitativos ambos testimonios y las convocó a la audiencia de mañana, para ser sometidas a eventuales careos con el resto de los sobrevivientes que declaren, el remisero Rodolfo Fernández y el joven Marcelo Pacheco.
Por todo esto, en esta primera jornada, la situación de Conzi quedó complicada. En el primero de los testimonios, Alonso ya había identificado al empresario como el conductor de la camioneta desde la que partieron los disparos.
Alonso relató también que aquella noche, poco antes del crimen, Conzi “tenía una conversación no muy coherente”, “se reía sin sentido” y “decía que estaba escribiendo un libro en el que demostraba que Cristo no era Cristo”.
Algunos de los presentes en la sala del Tribunal Oral Criminal IV creyeron ver en esta parte del testimonio, un intento por reforzar la teoría de la inimputabilidad del empresario que llevan adelante los abogados defensores.
Alonso fue la primera de las víctimas del hecho que se le imputa a Conzi en dar testimonio en el juicio oral y público que comenzó esta mañana en los juzgados de San Isidro. En tanto, el acusado se mostró muy nervioso durante la audiencia.
El dueño del restaurante “Dallas” tenía tics faciales y hacía comentarios a sus abogados. En un momento empezó a aplaudir la intervención de uno de los jueces, Carlos Vales Garbo, y proclamó en voz alta: "!Perfecto, perfecto, ésta señora (por la fiscal Gabriela Baigún) está induciendo!" con sus preguntas a la testigo Alonso.
Después de este episodio, y como Conzi seguía haciendo comentarios por lo bajo, el juez Federico Ecke debió advertir a los defensores, Ricardo Montemurro y Gonzalo Diaz Canton, que "no quiero ningún comentario más del señor y sino lo hago hacer echar de la sala”.
Propuesta como testigo por la fiscalía, Alonso contó que la madrugada del 16 de enero de 2003 fueron a "Dallas" porque Conzi había llamado antes por teléfono a su amiga, Gissella Carabetta, y le dijo que ambas iban a tener trabajo en el boliche de San Isidro.
"Estuvimos solos, en el primer piso, tomando una copa de champán y hablando como una hora y media. Me dijo que yo podía ser su secretaria para el libro que decía que estaba escribiendo sobre Jesús y La Biblia", contó la joven.
Paula agregó que “Gissela subía de a ratos a vernos y le preguntó si estaba casado. El contestó que no, pero dijo que ya había conseguido novia y entonces me abrazó".
Cuando la fiscal la interrogó sobre cómo se desenvolvía Conzi, la joven dijo que él "tenía movimientos torpes, a veces me golpeaba sin querer y me pedía perdón". Y que “su conversación no era muy coherente", "no respondía preguntas" y "hablaba como en un monólogo".
Luego contó que bajó al salón principal del boliche, y en la barra se encontró con su amigo Marcos Schenone: "Hablamos un rato y luego nos besamos", contó y agregó que al rato "vino una empleada, nos dijo que debíamos irnos, aunque ‘Dallas’ seguía abierto con normalidad, y nosotros nos fuimos en remís".
Ya en viaje de regreso por la Avenida Libertador, comento que "nos dimos cuenta que nos seguía una camioneta Jeep de color gris y vidrios polarizados. Yo me di vuelta y a través del parabrisas de la camioneta pude ver que la manejaba el dueño de Dallas".
"Marcos fue el primero que lo identificó y Gissela también me dijo que era él" afirmó la testigo, y agregó que "la camioneta se puso a la par nuestra, a un metro, con la ventanilla semiabierta de la puerta derecha, y de repente empecé a escuchar detonaciones. Ahí ya no vi nada más".
Alonso detalló que "sentí dos disparos en el pie derecho. Cuando pasó todo y me incorporé, vi que Marcos estaba recostado sobre Gissela. Ya había muerto".
Conzi, de 46 años, empezó a ser juzgado como presunto autor material del homicidio de Schenone e intentos de homicidio de Alonso, Carabeta, Gustavo Pacheco y el chofer del remis, Rodolfo Fernández, pero la defensa intentará demostrar en el debate la inimputabilidad de su cliente, que según las pericias tiene una "personalidad psicopática".
El empresario gastronómico, además, está imputado por la falsificación de las licencias de conducir que llevaba encima cuando fue detenido en Mar del Plata tras permanecer casi dos meses prófugo .