El nivel de pobreza supera al de #África subsahariana
SANTIAGO DE CHILE – El hambre y la malnutrición afectan a uno de cada diez habitantes de América Latina, pese a que produce comida suficiente como para alimentar a tres veces la población total de la región. Los datos aparecen en tres estudios del Programa Mundial de Alimentos y la Comisión Económica para América Latina, sobre hambre, malnutrición e inseguridad alimentaria en América Latina.
«Resulta paradójico que América Latina y el Caribe, que tienen la capacidad de alimentar a tres veces su población, todavía mantenga a más de 52 millones de personas sin acceso a suficientes alimentos, ha dicho el director regional del PMA, Pedro Medrano.
«Estos estudios nos están dando una perspectiva real de la situación del hambre y la malnutrición en América Latina y el Caribe y sus posibles soluciones. Esperamos que generen una mayor atención política para acabar con este problema que todavía afecta a uno de cada diez habitantes de nuestra región», ha afirmado Medrano.
Los estudios se refieren a la situación en Centroamérica, el Caribe y Sudamérica. En el caso de Centroamérica, el PMA y la CEPAL establecen que la desnutrición crónica o retardo del crecimiento «sigue siendo muy elevado».
El análisis precisa que la desnutrición en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua afecta a más del 20% de los menores de cinco años, mientras que en Costa Rica se sitúa en el polo opuesto, con valores cercanos o inferiores al 5%. En la cuenca del Caribe, en tanto, el informe señala que el bajo peso al nacer, otra consecuencia de la desnutrición, afecta al 10% de los nacidos vivos.
Los países con tasas más elevadas son República Dominicana, con más del 11%, Guyana (12%), Surinam (13%), Haití (21%) y Trinidad y Tobago (23%). Estos dos últimos países superan los niveles del África subsahariana, según el documento.
Pobreza hereditaria
En la región andina, el diagnóstico señala que la desnutrición crónica afecta mayormente a niños menores de cinco años en zonas rurales en Bolivia, Ecuador y Perú. Por el contrario, en Colombia la desnutrición crónica afecta a zonas urbanas.
«Los estudios concluyen que el hambre y la desnutrición, además de tener efectos permanentes en el desarrollo físico y psicomotor de las personas, constituyen uno de los principales mecanismos de transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad«, ha señalado Medrano.
Ante este escenario, el PMA y la CEPAL recomiendan políticas sociales específicamente orientadas a reducir el hambre y la desnutrición. Igualmente, proponen suministrar un suplemento alimenticio a las mujeres embarazadas, madres lactantes y preescolares y la promoción de la lactancia materna.
Los informes consideran que la seguridad alimentaria en las primeras etapas del ciclo de vida es fundamental para frenar la reproducción del problema alimentario nutricional y sus consecuencias.
También analizan el progreso de los países en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas y las acciones que se deberían emprender para alcanzarlas.
Una de las metas más importantes del organismo internacional es reducir a la mitad la pobreza hacia el 2015, compromiso que los países miembros de la ONU adoptaron en la Cumbre del Milenio, celebrada en Nueva York en el año 2000.