La Nación
Por Celina Chatruc. Enviada especial|Chávez va a las urnas en unos polémicos comicios sin oposición. Podría ganar la mayoría de los 167 escaños.
Se prevé que el chavismo logrará casi la totalidad de los 167 escaños de la AN. Y que con ese respaldo impulsaría reformas cruciales para ampliar su poder, que no para de crecer desde que asumió, en 1999. Entre esas reformas se contaría un cambio en la Constitución, que le permita aspirar a ser reelegido por varios períodos más.
De todos modos, una elevada abstención –algunas encuestas estiman en más de 70% sobre 14,5 millones de votantes– y la ausencia de la mayoría de la oposición podrían poner en duda la legitimidad del proceso. Sin embargo, los observadores internacionales reafirmaron ayer la legitimidad de los comicios, y convocaron a la población a votar. Y aunque la gente en las calles parece más preocupada por las compras navideñas, los analistas advierten sobre la gravedad de que la oposición quede fuera del principal foro político por primera vez en 46 años de democracia.
El gobierno, pese a que se encamina hacia una victoria segura, parece nervioso. «¡Que se vayan al carajo!», les dijo esta semana el vicepresidente, José Vicente Rangel, a los partidos opositores cuando anunciaron el boicot. Chávez fue más allá: los acusó de responder a una estrategia de Estados Unidos para derrocarlo y calificó la medida de «golpe electoral».
Washington negó estas acusaciones, aunque hizo público su temor de que el mandatario se convierta en «un factor desestabilizador» en la región. Y duda sobre el compromiso con la democracia que pueda tener este íntimo amigo del presidente cubano Fidel Castro, que está reabasteciendo sus fuerzas armadas.
Sin secretos
Gran parte de la oposición -que incluye a los desprestigiados partidos Acción Democrática (AD) y Copei, que se alternaron en el poder durante décadas hasta la llegada de Chávez- afirma que el sistema de votación electrónico viola el secreto del voto y que el Consejo Nacional Electoral (CNE) favorece al gobierno. Por eso reclamó la postergación de las elecciones y que se mejore el sistema como condición para participar.
Sin embargo, Chávez parece impaciente por acelerar su «revolución» en el país, donde tiene una gran base de apoyo gracias a los planes de salud, educación y alimentación que creó para beneficiar a los sectores más pobres (ver aparte).
«Todas las ideas del presidente las apoyamos hasta las últimas consecuencias, hasta con la vida», aseguró ayer a LA NACION Carlos Canveka bajo los árboles de la plaza Bolívar, donde pasó la mañana «porque el presidente ha llamado a salir a apoyarlo».
«Estamos alerta, esperando las órdenes de nuestro presidente», agregó, pese a que nada en la tranquila mañana hacía prever manifestación alguna cerca de los edificios de la municipalidad, la cancillería y la Asamblea Nacional.
La situación era un poco más tensa a un par de cuadras de allí, donde se encuentra el CNE. Pero sólo porque las calles fueron cortadas por algunos de los 120.000 militares desplegados en la ciudad para impedir eventuales disturbios, lo que complicó aún más el caótico tránsito caraqueño. La gente se abría paso con paciencia en las veredas atestadas de «buhoneros» (puesteros), que ofrecen todo tipo de cosas: desde comida, ropa interior y vírgenes de yeso hasta celulares y computadoras.
De todos modos, todo puede pasar en un país con las pasiones a flor de piel, donde los legisladores han llegado a pelearse a trompadas por sus desacuerdos acerca de un proyecto de ley. La fiscalía venezolana detuvo anteanoche a 11 personas en el estado de #Zulia, por un presunto intento de alterar el orden público. Se informó que el grupo tenía en su poder, entre otras cosas, 55 bombas molotov, 31 envases de combustible y gran cantidad de tachuelas. En la madrugada del sábado, dos explosivos caseros fueron detonados en el principal destacamento militar de Caracas, Fuerte Tiuna.
Se reavivó así el temor de que la lucha política «se mude del Parlamento hacia la calle», como señaló ayer a LA NACION Carlos Romero, profesor de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela. No sería la primera vez: por lo menos 17 personas murieron y 150 resultaron heridas en abril de 2002, cuando una marcha de cientos de miles de personas que reclamaban la renuncia de Chávez derivó en violentos choques con sus partidarios. Fue entonces cuando Chávez fue derrocado. Pero volvió a las 48 horas y al parecer para quedarse por mucho tiempo, ya que desde entonces no hizo más que sumar atribuciones.
Ni en las dictaduras
«Nunca en la historia de Venezuela hubo tanta concentración de poder en un solo hombre», expresó a LA NACION el sociólogo Tulio Hernández, de la Universidad Central de Venezuela. «Ni siquiera en las dictaduras», agregó.
De regreso en su cargo tras aquel fugaz desplazamiento de 2002, Chávez depuró las fuerzas armadas, y en 2003 controló la estratégica petrolera estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), tras un paro de dos meses y el despido de 18.000 de sus empleados.
Después de triunfar en agosto de 2004 con un 59% de los votos en el referéndum revocatorio de su mandato, Chávez conquistó 20 de las 22 gobernaciones de estados que se pusieron en juego en las urnas. Y este año obtuvo el 83% de los cargos de concejales y miembros de juntas parroquiales del país.
Además, en septiembre pasado, la Asamblea Nacional sancionó una ley que le otorgó al mandatario más poderes en materia de defensa, como el manejo directo de la reserva militar.
Hoy no sólo controla las fuerzas armadas, sino también los cinco poderes del Estado. Es decir, los tres tradicionales -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- más el poder ciudadano -la fiscalía, la contraloría y la defensoría del pueblo- y el electoral, a través del CNE.
2 respuestas a «Elecciones legislativas en Venezuela»
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