Para los jueces, la medida no se debe aplicar en delitos de lesa humanidad.
En la Corte Suprema no quieren que los «apuren» y se encargan de recordar que el planteo sobre la validez de los indultos todavía está en manos de la Cámara de Casación. Pero saben que con el impulso que Néstor Kirchner le acaba de dar al tema, más tarde o más temprano el caso llegará al Tribunal.
Y todo indica que habrá mayoría de votos para declarar la nulidad de los indultos dictados por el ex presidente Carlos Menem, aunque solamente en los casos en que hayan beneficiado a autores de delitos de lesa humanidad. Es decir, aquellos en los que miembros del Estado hayan cometido genocidio.
Sobre estos planteos la Corte había evitado pronunciarse el año pasado. En una muestra de que la Justicia tiene tiempos y pasos distintos a los de la política, la Corte entendió que debía ser la Cámara de Casación la que se pronunciara primero sobre la validez o no de los indultos. Fue en causas donde se cuestionaba la aplicación del decreto 1002/89, que benefició al general Santiago Omar Riveros y a otros ex militares, acusados de violaciones a los derechos humanos.
De todas formas, la definición que el viernes reclamó el presidente Kirchner en su discurso por el aniversario de los 30 años del golpe, avanza sobre un terreno seguro: en la Corte Suprema ya resolvieron que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y quedan al margen de las autoamnistías o indultos. Estos preceptos figuran en la mayoría de los votos de los siete jueces que, en junio pasado, firmaron el «caso Simón», un represor emblemático de los años 70 que había sido beneficiado por las leyes del perdón. A excepción de Antonio Boggiano, quien fue destituido por el Senado, los otros seis jueces están en la Corte: Enrique Petracchi, presidente del Tribunal; Juan Carlos Maqueda, y los cuatro designados por el presidente Kirchner: Eugenio Zaffaroni, Elena Highton, Ricardo Lorenzetti y Carmen Argibay. El séptimo juez que actualmente integra la Corte, Carlos Fayt, votó a favor de la validez de la Obediencia Debida y el Punto Final.
Un año antes, en 2004, la Corte ya había declarado imprescriptibles los crímenes de lesa humanidad en la causa por el asesinato del general chileno #Carlos Prats, ocurrido en 1974 en Buenos Aires.
Este camino que transita la Corte en el ámbito de los derechos humanos en los últimos años le pone un marco de tranquilidad a dos temores que, desde el Gobierno, hay en torno al tema de los indultos luego del estudio que el Presidente le encargó hacer al jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Uno de ellos es que una nulidad completa de los decretos de Menem alcanzara también a civiles que estaban involucrados en causas judiciales por hechos violentos de aquellos años, algunos de los cuales son amigos o integrantes del Gobierno. Son los casos, según comentan en la Casa Rosada, del diputado Miguel Bonasso y la ex desaparecida Graciela Daleo, entre muchos otros que quedarían a la intemperie.
El otro temor era que la Justicia resolviera ratificar los indultos dictados contra condenados (por ejemplo Videla, Massera o Firmenich) considerando que es una atribución constitucional de los presidentes, pero no los que fueron aplicados a procesados sin condena, que carecerían de validez legal según ese criterio. Esto produciría un efecto político contrario, ya que los mayores emblemas de la represión y la violencia quedarían cubiertos por los indultos menemistas.
De todos modos, y aunque el tema sigue siendo motivo de discusión, la mayoría de los jueces de la Corte insisten en que la nulidad de los indultos sólo podría ser aplicada a los casos en los que hubo delitos de lesa humanidad, lo que coincidiría con la pretensión del Gobierno.
Sobre el resultado final de estos planteos hay pocas dudas en el Tribunal. Pero nadie anticipa cuáles serán los tiempos. Porque el discurso de Kirchner sonó para algún juez del Tribunal muy parecido al del 4 de mayo del año pasado, cuando el Presidente cuestionó a la Corte por la demora en sacar el fallo sobre la nulidad de las leyes del perdón. En esa oportunidad, la Corte, que ya tenía listos los votos desde hacía varias semanas, decidió demorar un mes más, como un sutil gesto de autonomía. Habrá que ver si este nuevo discurso de Kirchner afectó nuevamente los ánimos de los cortesanos.
Una respuesta a «En la Corte no hablan de tiempos, pero avanza la anulación de los indultos»
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