A continuación la nota completa de Luis González publicada en El Imparcial.
Aunque el uso de la electricidad es un método práctico y económico, no es el más humanitario porque el animal tiene una muerte dolorosa, aseguran especialistas
Por Luis González CIUDAD OBREGÓN, Sonora (PH) lgonzalez@elimparcial.com
Forcejea de un lado a otro, se jalonea; entonces es cuando recibe al menos dos golpes en la panza y un fuerte tirón en el cuello; aún así se resiste, como si supiera que va directo hacia la muerte. Aúlla, emite algunos chillidos y hace la cabeza hacia atrás mientras se atrinca con las patas delanteras, se ve asustado, entonces recibe otro golpe que lo ablanda y lo deja indefenso contra un cerco de alambre. Un momento después cae inerte en el piso, queda tieso, con las patas estiradas después de haber recibido una fuerte descarga eléctrica que le robó la vida, junto a él hay otro perro, de color negro, que acaba también de ser electrocutado. Antes de morir, fue sacado de una jaula en la que había otros canes, lo lazaron del cuello y prácticamente lo arrastraron hacia afuera, él se encogía y con la cola entre las patas se negaba a avanzar, chillaba. Fue entonces cuando uno de los dos jóvenes con botas de plástico negro le asestó un par de patadas en la panza, sólo dio un aullido y casi al instante ya lo tenían con dos patas en el piso y las otras dos sobre el cerco de malla ciclónica, indefenso. Mientras uno de los jóvenes le sostenía jalando la soga que le amarraron al cuello, otro le colocaba unas pinzas de cobre unidas a un par de cables eléctricos, en el hocico y el la cola. Un instante después caía muerto. Después, como a cualquier otro bulto, lo tomaron de las patas y lo lanzaron varios metros, junto a otros perros muertos. La escena se repite cada viernes en el Centro Antirrábico Municipal de Ciudad Obregón, donde unos 140 perros que se recogen en las colonias de la ciudad por empleados municipales, son sacrificados con choques eléctricos. Durante una semana los animales permanecen enjaulados y si nadie los reclama o adopta, su destino definitivamente es la muerte, a veces, de manera sufrida y dolorosa.
¿Sacrificio humanitario? Aunque matar animales no es un delito, especialmente cuando éstos se recogen de la vía pública o han agredido a alguna persona, la Norma Oficial Mexicana para el Sacrificio de Animales Domésticos y Silvestres, sí prevé que la muerte no cause sufrimientos. Incluso el sacrificio mediante el uso de electricidad está concebido dentro de este reglamento, mediante el uso de algún aparato diseñado especialmente para ello. Pero en Obregón son conectados a tomas eléctricas comunes. La muerte, en este caso de los perros, según estipula la Norma, debe ser rápida, sin sufrimiento y sin dolor; pero ese precepto no siempre se cumple en el caso de Cajeme. Además de la Norma Oficial Mexicana el Bando de Policía y Gobierno del Ayuntamiento de Cajeme, señala que queda prohibido el maltrato físico a cualquier especie de animal de compañía, como golpes, pero ese ordenamiento tampoco se cumple cabalmente. Durante un viernes en el Centro Antirrábico Municipal, un fotógrafo de EL IMPARCIAL intentó captar el proceso de sacrificio de animales, pero los empleados municipales no se lo permitieron y al darse cuenta de su presencia detuvieron actividades. Pero este reportero constató, oculto y sin que los trabajadores pudieran percatarse, cómo los perros eran jaloneados y golpeados a patadas antes de ser sacrificados. Y en varios casos, el animal no murió tan rápidamente como estipulan los reglamentos mencionados, pues las pinzas que se les colocaron en el hocico y la cola no fueron bien adheridas y fue necesario repetir el proceso hasta tres veces. El reglamento contempla también que quienes realizan los sacrificios deben ser personas capacitadas, pero como pudo constatar EL IMPARCIAL, los encargados de esta tarea en el centro municipal, son dos jóvenes sin experiencia que no dan el trato humanitario a los animales antes de su muerte.
Incumplen ley municipal El Bando de Policía y Gobierno para el Municipio de Cajeme, en el artículo 98, entre otras cosas, obliga a los ciudadanos a tener limpio el lugar de estancia de los animales domésticos, pero esa disposición, al parecer no es respetada ni por las propias autoridades municipales. El Centro Antirrábico es una construcción pequeña, con oficinas de aproximadamente cinco por seis metros, al frente hay un estacionamiento para automóviles y en la parte trasera dos jaulas con malla ciclónica donde se encierran a los perros. En total el predio sobrepasará apenas los 250 metros cuadrados y se ubica junto a un canal por el que circulan aguas negras hacia el Poniente de Ciudad Obregón. Para entrar hasta donde están los perros hay que ingresar por el pequeño edificio de oficinas y luego cruzar una puerta negra tipo mosquitero, al abrirla puede verse el patio trasero y las jaulas. De manera inmediata el visitante tiene que llevarse la mano a la boca y taparse la nariz, el olor de los perros enjaulados es nauseabundo, y según se observó durante varias visitas, las jaulas no siempre están limpias. Una visita realizada en viernes, antes de que los perros fueran sacrificados, el piso de las jaulas lucía con excremento, restos de vísceras de res que sirven a los canes como alimento, y en una de ellas había además varios cachorritos recién paridos, al menos dos de ellos ya estaban muertos.
Es trato cruel Luz Esther Salazar León, presidenta de la Asociación Protectora de Animales, organismo que está en proceso de institucionalización, consideró que el trato que se les da a los animales en Cajeme es demasiado atroz. Por lo que rechazó que electrocutar a los perros sea la mejor opción. Armida Ayón Bórquez, veterinaria y jefa de Zoonosis de la Coordinación Médica Local de la Secretaría de Salud, coincidió por separado en que el método que se utiliza en el Centro Antirrábico Municipal para sacrificar perros es muy cruel. “(El sacrificio de perros en Obregón) es muy cruel porque mojas al perro y lo sacrificas mediante choque eléctrico…”, externó. La doctora reconoció que es principalmente la falta de recursos lo que hace que los canes tengan que ser sacrificados usando electricidad, además es una forma más rápida que permite deshacerse de más animales en menos tiempo. Lo ideal, apuntó, sería dormirlos con anestesia o provocarles un choque cardiaco, aunque podría ser más costoso para las autoridades. “Si en un solo día el Antirrábico sacrifica 80 perros, que más o menos es la media que manejan, todo el día no les iba a alcanzar para sacrificar de manera humanitaria a 80 ó 100 perros”, comentó Ayón Bórquez. “Por un lado está bien que (el sacrificio) sea de ese modo, por el lado práctico y económico”, subrayó, “pero por el lado humanitario, por el lado del bienestar del animal no está bien”. La especialista mencionó que en esas condiciones sería bueno usar una pistola de émbolo oculto, misma que trae una bala pegada a un resorte y se dispara en la frente del animal, lo que le provoca un desmayo instantáneo. Una vez dormido el perro, expuso, sería menos cruel el sacrificio con electricidad.
|
Una respuesta a «En México electrocutan a los perros abandonados o perdidos»
[…] En México electrocutan a los perros abandonados o perdidos […]