Ayer en esa esquina de Scalabrini Ortiz y Corrientes volví a ver a ese abuelo al que no le alcanza la jubilación y sale a vender cositas en la calle. Una vez, mientras repartía los volantes del MST – Mov. Socialista de los Trabajadores a favor del 82 % móvil para lxs jubiladxs, un desubicado – que nunca faltan – pasó a provocar y a insultarme por nuestra postura política. Este abuelo estaba allí, me tomó por la espalda mientras yo le respondía al provocador que ya se iba – siempre hacen lo mismo, pasan, boquean y se van – y me dijo: «No te gastes ni te enojes, hijo. No le hagas caso. Mirame a mí, tengo que salir a mi edad, después de tantos años de trabajo, a vender estas cosas en la calle porque no me alcanza la jubilación. Seguí con la lucha».
En ese entonces también estaba ahí, firme junto a nosotrxs, repartiendo propuestas en la calle nuestro compañero de 82 años, Roberto Laganá. Hoy, ya no está. Pero ayer al pasar por esa esquina y al ver a ese abuelo nuevamente, pensé en él, en nuestro compañero Roberto, en mis abuelxs, en Lázaro Duarte, nuestro compañero asesinado en Neuquén por la patota del partido MPN de J. Sobisch y en tantxs otrxs viejxs que ya no están, pero por lxs que día a día SEGUIMOS LA LUCHA para TRANSFORMAR LA CIUDAD Y ARGENTINA.