El texto, aprobado por 77 votos a favor, 62 en contra y 7 abstenciones, todavía puede ser examinado por el Senado, que no puede dar marcha atrás con la medida ya que es la Cámara de Diputados la que tiene la última palabra.

Los socialistas, ecologistas y liberales flamencos votaron a favor de la propuesta, mientras que los liberales de lengua francesa se pronunciaron en forma dividida. Como estaba previsto, los cristianos y la extrema derecha votaron en contra.

Los homosexuales de nacionalidad belga o que residan en Bélgica disponían hasta el momento de los mismos derechos que los heterosexuales en materia de casamiento, con excepción de aquellos vinculados con la adopción y la filiación.

Tras la entrada en vigencia de la ley, los homosexuales, casados o en concubinato, estarán sometidos a las mismas reglas que las parejas heterosexuales para la adopción, tanto de niños belgas como de chiquitos extranjeros.

Los partidarios del texto subrayaron durante los debates que muchas parejas homosexuales ya criaban niños en Bélgica, pero que éstos no disponían de las mismas protecciones jurídicas que los hijos de heterosexuales, por ejemplo en el caso de separación de la pareja o del deceso de uno de los componentes de la misma.

Opuesto a la ley, el diputado del CDH (Centro Demócrata Humanista, ex social-cristiano) Melchior Wathelet señaló que los niños tenían "derecho a la diferencia, es decir a tener un padre de cada sexo".

Más de 2.500 parejas homosexuales se casaron en Bélgica desde que el reino se convirtió en 2003 en el segundo país del mundo, luego de Holanda, en autorizar el casamiento homosexual.

En la tierra donde ahora vive la argentina Máxima Zorreguieta, las adopciones por parte de parejas homosexuales están limitadas a niños nacidos en Holanda.

España y Canadá también autorizaron hace poco los casamientos homosexuales. En este último país la adopción también está autorizada y en España, está limitada a los niños nacidos allí.

En Gran Bretaña, la situación es al revés. Desde noviembre de 2002 los gays tienen derecho a adoptar pero no a casarse, situación que será subsanada a partir de este mes. En Dinamarca, las parejas homosexuales sólo están autorizadas a adoptar hijos nacidos de relaciones anteriores.