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FUE EN UN PUEBLO DEL SUR Y LAS AUTORIDADES DICEN QUE INICIARON UNA INVESTIGACION

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Clarín.com

China: protesta y represión sangrienta

Según los pobladores, hubo unos 30 muertos. Pedían compensaciones por tierras confiscadas.

BEIJING. AFP Y AP.

El gobierno chino anunció ayer que se había iniciado una investigación sobre la represión policial que días atrás dejó al parecer decenas de muertos en Dongzhú, cerca de Shanwei en la provincia de Guangdong, en el sur del país. Mientras las autoridades locales siguen sosteniendo que en los episodios de violencia sólo resultaron muertas tres personas, los habitantes del lugar siguen conmocionados y aseguran que los muertos fueron unos 30.

Cientos de policías seguían desplegados ayer en el interior y los alrededores del pueblo. El martes 6, la policía disparó contra los pobladores de Dongzhú, que reclamaban compensaciones por tierras confiscadas en el marco de la construcción de una central eléctrica, según los habitantes. Si se confirmase el número de víctimas, se trataría de la peor represión llevada a cabo por el ejército desde la ocurrida en la plaza Tiananmen, cuando fue aplastado de manera sangrienta un movimiento pro democrático el 3 de junio de 1989.

Las autoridades del pueblo impidieron el acceso de los periodistas al pueblo, según un habitante interrogado por teléfono por la agencia AFP. En su edición de ayer, el diario de Hong Kong en inglés South China Morning Post publicó en su tapa una foto de un habitante identificado como Lin Yutui, con una bala en el pecho. Según los habitantes del pueblo, el martes la unidad antimotines de la Policía Armada Popular disparó contra los manifestantes que habían levantado barricadas y lanzado cócteles molotov para impedir la entrada de las fuerzas en el poblado.

La situación se complicó luego de de la detención de tres representantes del pueblo, que se dirigieron al sitio de la futura central eléctrica después de constatar que unos cien policías habían tomado posición, según indicaron testigos citados por Radio Free Asia, con sede en Estados Unidos. La agencia oficial Xinhua también silenció los hechos y aseguró que los pobladores atacaron con cuchillos, lanzas de acero, palos, dinamita, bombas de nafta y explosivos de pesca.

"Tememos que traten de destruir las pruebas, pues afirman que no hubo muertos", dijo un habitante citado por el South China Morning Post. "Vi gente que de rodillas pedía a los policías la restitución de los cuerpos de sus parientes (…). Pero la policía se negó. Se los llevaron e ignoramos donde se encuentran actualmente", señaló otra habitante. "Escuchamos decir que enviarían a alguien para investigar, pero no sabemos si es verdad o no. Nos han engañado tantas veces en el pasado", agregó.

A las autoridades chinas últimamente se les está dificultando mantener esta clase de episodios ocultos. Los incidentes por la confiscación de la tierras se multiplican en las zonas rurales chinas, en donde vienen ocurriendo incidentes y protestas similares a los de Dongzhú, aunque con resultados menos sangrientos. En China, la tierra pertenece al Estado, que además les da un poder inmenso a los funcionarios, lo que favorece la corrupción.

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