Varios muertos y edificios derrumbados deja terremoto de casi 8 grados en Perú
Los Detalles

La escasez de agua y alimentos, sumada a la falta de medicinas y carpas se convirtieron en la mayor urgencia de los damnificados del terremoto que ya dejó 520 muertos y más de 1600 heridos, ocurre en momentos que el gobierno luce impotente para poder afrontar la emergencia debido a los cortes de ruta terrestre.
"La situación se agudiza por la falta de carpas, alimentos, agua y medicinas", advirtió Guillermo Merino, comandante de bomberos de Pisco, la ciudad más devastada por el terremoto de 7,7 grados que sacudió la costa centro sur de Perú la noche del miércoles.
La esperanza de encontrar personas con vida no se desvanece, tras hallar a dos sobrevivientes, los bomberos seguían luchando contra el reloj en la iglesia San Clemente en Pisco, para buscar entre los restos de tierra de lo que alguna vez fue un templo católico a los fieles que habrían quedado sepultados, cuando el sismo los sorprendió durante una misa.
En tanto, al aeropuerto militar de Pisco continúan arribando de manera ininterrumpida los aviones de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) que cumplen con un puente aéreo que llega con ayuda humanitaria y parte hacia Lima con heridos y damnificados por el sismo.
Muchos de los damnificados fueron trasladados hasta el estadio de la ciudad, mientras que otras personas piden a los visitantes que no se acerquen al centro de la ciudad, ante el temor de que grupos de delincuentes intenten perpetrar robos y saqueos.
La segunda noche luego de la tragedia transcurrió en tinieblas, con pánico a saqueos y en medio del dolor sin fin que afecta a miles de familias de la región. El Instituto Nacional de Defensa Civil reportó casi 17 mil viviendas quedaron destruidas en las regiones de Ica, Lima, Junín y Huancavelica, y se calculan 85 mil damnificados.
Los aviones de la Fuerza Aérea continuaron llevando ayuda desde Lima y transportando a su vez a heridos a la capital del país.