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Salud y bienestar

Hallan claves sobre la agresividad de los tumores de mama

La Nación
 
Ayudan a explicar su progresión
 
 Luego de la extirpación del cáncer, las drogas que bloquean la acción hormonal (como el tamoxifeno) pueden disminuir el riesgo de una recaída en el cáncer de mama. Sin embargo, algunos tumores no responden a esos tratamientos porque ya no necesitan de las hormonas para crecer: sus células han perdido los receptores hormonales, es decir, las moléculas que dan entrada a esas sustancias. El tumor sigue avanzando y se vuelve más agresivo. Pero ¿por qué?

Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA exploró en ratones los mecanismos involucrados en la mayor agresividad de los tumores. Los resultados fueron publicados en Cancer Research.

El equipo que dirige la doctora Edith Kordon trasplantó tumores dependientes de hormonas en ratonas vírgenes, que carecían de estímulo hormonal, y observó que esos tumores no crecían. Luego de varios meses del implante, los investigadores provocaron en los animales un estímulo hormonal y vieron que los tumores empezaban a crecer. "Lo interesante fue que si los extirpábamos y los volvíamos a implantar en hembras vírgenes los tumores dejaban de expresar receptores hormonales y progresaban hacia un estadio más agresivo", relata Kordon, que también es investigadora del Conicet.

Células en competencia

La conclusión fue que los tumores dependientes de hormonas, que presentan receptores de estrógeno y progesterona, si se encuentran en ambientes poco favorables para su desarrollo (porque no hay hormonas) pueden permanecer dormidos durante mucho tiempo. "Sin embargo, ese período de latencia es activo y pueden producirse cambios que favorecen a ciertos grupos de células que serían responsables de que el tumor original se vuelva más agresivo", aventura Kordon.

Según la investigadora, puede ser que durante la latencia tenga lugar una competencia entre distintas poblaciones de células y que ganen la batalla las que carecen de receptores y no responden a la acción hormonal, volviéndose más agresivas. "Los tumores que crecían en las hembras vírgenes luego del implante poseían una composición celular distinta", subraya Kordon.

Lo cierto es que el carcinoma de mama es uno de los más comunes en el embarazo y, en general, el pronóstico en estos casos no es bueno.

"Es el tumor de mayor frecuencia en mujeres embarazadas, y se da entre los 30 y los 40 años -afirma la doctora María Viniegra, jefa del Servicio de Oncología de la Corporación Médica de General San Martín-. Debido a que la mujer retrasa la maternidad cada vez más, se observa un incremento en los casos reportados". Actualmente se calcula que alrededor del uno por mil de los embarazos se relaciona con un cáncer de mama.

Cáncer y embarazo

Los especialistas estiman que los cambios fisiológicos que tienen lugar durante el embarazo podrían favorecer el crecimiento tumoral. "La maternidad tiene, en general, un rol protector ante el riesgo de cáncer de mama en la posmenopausia -cuantos más embarazos haya tenido una mujer, menor es el riesgo de padecer la enfermedad-. Pero en la mujer premenopáusica parecería no estar tan claro", señala Viniegra.

El peor pronóstico que suele tener la enfermedad en el embarazo se debe, por un lado, a que se diagnostica tardíamente -la mama de la mujer embarazada es compleja de examinar por los métodos de imágenes- y, por otro, a que el embarazo interfiere en el tratamiento.

Los tumores que aparecen en la embarazada pueden quedar en un estado de latencia. Pero con el desequilibrio hormonal posterior al parto se produce algo similar a lo que sucede en las ratonas del experimento: el tumor se despierta y se hace más agresivo que los que aparecen en etapas de mayor equilibrio hormonal. El hecho es que cuanto más tiempo tarda en despertar el tumor mejor es el pronóstico.

"Un factor de buen pronóstico -explica la especialista- es tener un intervalo prolongado libre de enfermedad (de dos o tres años) entre la aparición del tumor primario y la metástasis. Los tumores con latencia más corta tienden a ser independientes de las hormonas."

Para Viniegra, "conocer por qué los tumores entran o salen de estados de quiescencia podría brindar claves para el diseño de nuevos tratamientos".

Por Susana Gallardo
Para LA NACION

Por David Encina

Periodista

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Trabajador. Asesoría en comunicación social, comercial y política para el desarrollo de campañas. Análisis de servicios al cliente y al público. Aportes para la gestión de redes sociales con planificación estratégica.

Contacto: mencin@palermo.edu / david.encina@facebook.com / encina_david@yahoo.com.ar/ m.david.encina@gmail.com

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