El complejo excelentemente preservado, que se extiende por al menos dos kilómetros cuadrados, incluye baños decorados, habitaciones, bóvedas y letrinas de mármol, e incluso un cuarto subterráneo donde los esclavos prendían el fuego que calefaccionaba los baños.
Estatuas y cascadas de agua decoraban los interiores, comentó el arqueólogo norteamericano Darius A. Arya, que dirigió la excavación. Sólo algunos pedestales y fragmentos de los restos han sido recuperados.
"Los romanos tuvieron más tiempo de esparcimiento que otras culturas, y es aquí, en los baños, donde pasaban ese tiempo -comentó el arqueólogo Arya, que aún se encuentra investigando el sitio llamado Villa delle Vignacce-. Aun así, un complejo de baños de este tamaño, a esta escala, es algo muy inusual."