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Hallazgos | VESTIGIOS ARQUEOLOGICOS MAS ANTIGUOS DESCUBIERTOS EN ESTADOS UNIDOS

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Clarín.com

LOS VESTIGIOS ARQUEOLOGICOS MAS ANTIGUOS DESCUBIERTOS HASTA AHORA

Hallan en Nueva York ruinas del siglo XVII|Son restos de un muro que encontraron durante las obras de extensión del subte.

LA VANGUARDIA. ESPECIAL PARA CLARIN

Un muro de piedra descubierto bajo tierra en el sur de la isla de #Manhattan, que data de la segunda mitad del siglo XVII o la primera del XVIII, puede constituir, según los expertos, el vestigio más antiguo de la ciudad de Nueva York.

El hallazgo se produjo por azar durante los trabajos de excavación para abrir una nueva línea de metro, debajo del parque Battery, en pleno barrio financiero de Wall Street, cerca de la Zona Cero, donde se elevaban las Torres Gemelas.

La portavoz del departamento de parques de la alcaldía neoyorquina, Dana Rubinstein, precisó esta semana que el muro, de unos 13 metros de largo por 2,5 de ancho, posiblemente formaba parte de las antiguas defensas militares de la ciudad.

«No tardaremos en conocer la antigüedad del hallazgo», dijo Rubinstein, quien anunció que «en las próximas semanas» se divulgará el resultado de una investigación de un grupo de arqueólogos. Junto a los restos del muro se halló una moneda de medio penique, de 1774.

De acuerdo con las estimaciones preliminares, el muro se habría levantado a partir de 1667, cuando los holandeses entregaron a los británicos la entonces llamada Nueva Amsterdam, fundada en 1624 por colonos flamencos y valones. Y la fecha mas tardía de construcción sería 1760, en el último período colonial de la ciudad, que recién en 1783 pasó a manos de los independentistas.

Los más antiguos vestigios hallados hasta ahora en el área —primer núcleo de una ciudad que pronto desbordaría los límites de Manhattan para extenderse por los actuales Brooklyn y Bronx—, pertenecen al mismo período en que se supone se alzó el muro.

En 1979 se localizó en la zona lo que se cree que es un trozo de pared que se remonta a mediados del siglo XVII y que habría pertenecido a la Lovelace Tavern, una posada de la entonces Nueva Amsterdam. Doce años después de ese descubrimiento, funcionarios federales hallaron en 1991, también en el área, unos enterramientos realizados de acuerdo a ritos africanos —con toda seguridad correspondientes a esclavos—, que datan de principios del siglo XVIII.

Diversos especialistas han subrayado que, de no ser más antiguo, el muro sería al menos contemporáneo de esos restos, y recordaron que escritos de la época atestiguan la construcción en ese período histórico de varias murallas para defender la ciudad.

El nuevo hallazgo plantea un conflicto de intereses que no se dio con los anteriores. La preservación del muro, que está tres metros por debajo del nivel de la calle, puede obligar a revisar el plan de inversión de la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA, según sus siglas en inglés), entidad encargada de la prolongación del metro y cuyos funcionarios hicieron el descubrimiento.

La MTA había previsto un presupuesto de 400 millones de dólares, de acuerdo con un proyecto que inició en 2004 y que contemplaba la finalización de las obras en dos años. Pero el hallazgo arqueológico puede elevar ese gasto al obligar a desviar el trazado del túnel para el metro. «Por lo pronto, los trabajos continúan pero sin tocar el muro. Habrá que esperar al dictamen de los expertos para saber qué es lo que debemos hacer», comentó Rubinstein.

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EL «KING KONG» DEL PLEISTOCENO
Prueban que un simio gigante vivió con los humanos hace 500 mil años

Medía 3 metros de altura y deambulaba por varias regiones del #Sudeste asiático.

Por Eliana Galarza|egalarza@clarin.com

Primero apareció Godzilla. Ahora, King Kong. Parece que la imaginación de guionistas y cineastas no fue tan lejos como para superar a algunas especies que, de verdad, existieron sobre nuestro planeta hace mucho tiempo.

A principios de noviembre, científicos argentinos informaron que se había logrado identificar al Dakosaurius andinienses, un «monstruo» que vivió hace 135 millones de años en Pampa Tril, provincia del Neuquén. El animal se parecía curiosamente a Godzilla, el lagarto gigante que inmortalizó el cine. Semanas después, entró en escena el Gigantopithecus blackii, un mono tremendo que medía 3 metros de altura y pesaba media tonelada. Para los científicos, es el King Kong del Pleistoceno, el período de tiempo en el que vivió.

Al parecer, este primo hermano del rey Kong estuvo deambulando por el sudeste de lo que hoy se conoce como Asia durante un millón de años. Y se extinguió hace «sólo» 100 mil años. Por esa época, según comenta vía e- mail Jack Rink —profesor de Geografía y Ciencias de la Tierra, de la Universidad canadiense de McMaster— ya habitaba en esa zona el Homo erectus, que poco a poco comenzaba a ser reemplazado por el Homo Sapiens.

De modo que la conclusión es llamativa y provoca, además, que la imaginación vuele más allá del hecho científico: ese mono de 3 metros convivió con el Hombre.

¿Hacia dónde vuela la imaginación? Se cree que el contacto con ese #primate de gran tamaño pudo haber originado algunas de las leyendas sobre monstruos antropoides. Es más, los divulgadores menos serios hasta se animan a asegurar que el Yeti tal vez fue nada más que el ultimísimo (y perdido) representante de esa especie simiesca. También se cree que una rama evolutiva de ese animal pudo haber emigrado, tal como lo hizo el hombre, y llegar a América para transformarse en la leyenda de Piegrande. Pero son todas especulaciones, apenas una muestra de lo que puede provocar en la comunidad científica y su alrededores un anuncio de este calibre.

Para Jack Rink, el hombre que logró datar con exactitud los vestigios de este animal, que se tenían guardados desde 1935 en un museo, todo eso sin embargo no es materia opinable. El prefiere hacer hincapié en cómo un molar amarillento, comprado en una farmacia de Hong Kong, se convirtió en la clave de esta historia. En el informe de la Universidad de McMaster se comenta que ese molar llegó a manos del paleontólogo G.H. von Koenigswald justo en ese año, 1935.

A partir de ese «encuentro» comenzó una especie de novela detectivesca. Los arqueólogos y paleontólogos de la época fueron atando cabos hasta encontrar yacimientos en China, exactamente en la provincia de Guangxi, donde hallaron los fósiles del Gigantophitecus. Durante mucho tiempo, ese montón de vestigios: dientes y un par de mandíbulas fueron uno de los enigmas más insondables entre paleontólogos. Hasta que Rink pudo utilizar métodos de medición de alta precisión, como el de la resonancia de espín de electrón y de la serie de uranio. Y ¡Eureka!

#Antigüedad|Edad Antigua

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