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POLÍTICA

«Hay que implementar un modelo alternativo”; Éric Toussaint, economista belga que participó del seminario internacional del Mov. Proyecto SUR en el Congreso

Por Pablo Vasco para Alternativa Socialista.

¿Qué perspectivas tiene la crisis económica global?

Es una crisis de larga duración, por su magnitud en las economías de #América del Norte, Europa Occidental y Japón. Es una crisis comparable a la iniciada en 1929. No es concebible que esas economías puedan recobrar una tasa de crecimiento tipo 3, 4 ó 5 por ciento anual. Tendremos quizás 15 años de crisis en los países centrales. Los pueblos del Sur no ven la crisis de la misma manera que en el Norte: lo que los afecta fuerte es la crisis alimentaria, que está conectada con la crisis global pero es una parte. En muchos países pobres, el aumento del 30 ó el 50 por ciento del precio de los alimentos básicos produce una degradación de las condiciones de vida de decenas de millones. El número de personas que sufren hambruna pasó de 950 millones a inicios del 2008 a mil millones ahora. Pero los gobiernos de los países del Sur, incluido el de Argentina, ven que la tasa de crecimiento es bastante elevada. Es que su situación depende de la locomotora china, que es la mayor importadora, y esos países son grandes exportadores de bienes primarios con precios elevados.

Vos destacaste el diferente peso de la deuda de los países centrales y los países en desarrollo…

En cifras absolutas y en porcentaje relativo, la deuda externa de los países emergentes o incluso de algunos países pobres es mucho menor que en los países industrializados. Para dar algunos extremos, el peso de la deuda sobre América Latina en relación con su Producto Interno Bruto es tipo 22 por ciento. En cambio en Irlanda es brutal: 979 por ciento. En Gran Bretaña es de 400, en Estados Unidos 100 y en Alemania 150 por ciento. La deuda externa pública de España, Grecia y Portugal es mayor que la de toda Latinoamérica. Esos tres países suman poco más de 50 millones de habitantes, es decir el 10 por ciento de la población de América Latina.

Ese menor peso de la deuda, y la acumulación de divisas por exportación, son una combinación especial en términos de oportunidad…

La coyuntura es favorable. Los países exportadores de materia prima tienen una oportunidad que no tuvieron nunca. Son acreedores del Norte, sobre todo de Estados Unidos, porque con sus reservas compran bonos del Tesoro: le dan crédito. La combinación de los altos precios de materias primas, el bajo costo de refinanciación a causa de las bajas tasas y el alto nivel de reservas, provoca en los gobiernos del Sur un sentimiento de euforia; de que sus economías están “blindadas”. Habría que aprovechar la situación internacional para implementar un modelo alternativo: hacer una auditoría de la deuda para determinar la parte legítima, repudiar la ilegítima y suspender el pago. Lo hizo en cierta manera Argentina en el 2001, cuando no tenía con que pagar. Fue un default forzado por la lucha del pueblo y porque no había reservas. Ahora que tienen reservas podrían suspender el pago, hacer la auditoría y soportar alguna eventual represalia financiera, ya que con sus reservas pueden comprar lo que necesiten. En vez de pagar deuda, deberían invertir en la economía real y encarar un proceso de integración regional, alternativo al modelo capitalista extractivista y exportador: redistribución de la riqueza y el patrimonio, reforma agraria para soberanía alimentaria, interconexión de las redes ferroviarias, desarrollo de una industria farmacéutica regional para producir medicamentos genéricos baratos y de calidad, generar soberanía energética con energía limpia renovable.

Es un programa alternativo, que va en otro sentido.

Es perfectamente posible. La región tiene reservas y tiene algunos gobiernos que afirman querer ir hacia el socialismo del siglo XXI, como Venezuela, Ecuador y Bolivia. Pero en el resto de los países la actitud es contraproductiva, contra los intereses de los pueblos. Los bancos centrales pagaron deuda odiosa y por anticipado al FMI, vuelven a negociar con los bonistas y pagan bonos indexados por inflación. Todo eso desgasta los ingresos fiscales y las reservas. Recuerdo el debate del año pasado en Argentina sobre el pago de deuda con reservas. Yo estoy a favor de no dejar las reservas en el Banco Central y usarlas, pero no para pagar deuda ilegítima. Además, con reservas también compran bonos del Tesoro norteamericano con un rendimiento del uno ó uno y medio por ciento, y sabiendo que el dólar se desvaloriza. Cuando Estados Unidos paga interés, lo hace a dólar devaluado. Y si Argentina o Brasil venden los bonos, cobrarán menos. Es una actitud absurda, funcional al modelo capitalista. Tienen bonos de Estados Unidos, pero vuelven al mercado financiero y luego emiten nuevos bonos con altas tasas. Y el Congreso argentino no ratifica el convenio constitutivo del Banco del Sur. Lo firmó Néstor Kirchner en el 2007, pero a casi cuatro años todavía no se ratificó. Y no lo ratifican porque siguen el mismo modelo clásico.

Esa contradicción entre oportunidad económica y decisión política deja espacio para construir una fuerza distinta que plantee esa posibilidad.

Para una fuerza radical antiimperialista, anticapitalista, sus propuestas pueden ser fundadas sobre posibilidades reales. En el pasado te decían: “Tus propuestas son magnificas, simpáticas, pero no hay cómo”. ¡Ahora sí hay cómo! La izquierda tiene que ser realmente radical, en vez de hacer propuestas de pequeñas reformas que no cambian fundamentalmente el modelo. Es tiempo y además las cosas puedan cambiar en términos de degradación. Si China pasa por una crisis y baja el precio de la soja transgénica o de los minerales, o si la tasa en Estados Unidos vuelve a subir, el costo de financiar la deuda será más complicado. Hay una coyuntura favorable, pero hay que tener decisión rápida e implementar un modelo realmente alternativo.

Por David Encina

Periodista

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Trabajador. Asesoría en comunicación social, comercial y política para el desarrollo de campañas. Análisis de servicios al cliente y al público. Aportes para la gestión de redes sociales con planificación estratégica.

Contacto: mencin@palermo.edu / david.encina@facebook.com / encina_david@yahoo.com.ar/ m.david.encina@gmail.com

Más información ver en David Encina V. - PRENSA.
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3 respuestas a ««Hay que implementar un modelo alternativo”; Éric Toussaint, economista belga que participó del seminario internacional del Mov. Proyecto SUR en el Congreso»

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