NUEVA YORK.- La alarma por la seguridad de los periodistas en Irak aumentó ayer, luego de que dos empleados de la cadena de noticias estadounidense CBS fallecieran en un atentado en Bagdad, en otra jornada sangrienta que dejó más de 50 muertos.
El camarógrafo Paul Douglas y el técnico James Brolan, ambos de origen británico, se encontraban junto a la corresponsal de la CBS Kimberly Dozier, quien resultó gravemente herida. Los tres fueron víctimas de un atentado contra el vehículo que los transportaba en Bagdad, mientras filmaban un informe sobre el Día de los Caídos ( Memorial Day , el feriado estadounidense que recuerda a los soldados caídos en combate) con una patrulla conjunta de los ejércitos estadounidense e iraquí.
"Kimberly, Paul y James eran veteranos de la cobertura de información de guerra y demostraron su coraje y dedicación cada día", dijo en un comunicado Sean McManus, presidente de la división noticiosa de CBS. "Siempre se ofrecieron como voluntarios para cubrir asignaciones peligrosas", agregó.
Douglas trabajaba para CBS News desde principios de la década de 1990, y además del conflicto en Irak había cubierto los de Afganistán, Paquistán, Ruanda y Bosnia. Brolan era un trabajador independiente, que ya había colaborado para la CBS en Bagdad y Afganistán el año pasado. Dozier, experta en temas de Medio Oriente, lleva casi tres años informando desde Irak.
Los tres se sumaron a los más de 70 periodistas que resultaron heridos, muertos o secuestrados en Irak desde que Estados Unidos invadió Irak en marzo de 2003, una cifra que convirtió al conflicto en el más riesgoso para los hombres de prensa desde la Segunda Guerra Mundial. El Instituto Internacional de Prensa (IPI) afirmó ayer estar aterrado por el elevado número de periodistas asesinados en el mundo en el ejercicio de su profesión, e informó de que 46 de los 65 fallecidos en 2005 murieron en Irak.
La explosión en Bagdad fue una de las ocho que mataron ayer a unas 50 personas. También en Bagdad, 30 iraquíes murieron y varios resultaron heridos cuando una bomba estalló en un ómnibus repleto de gente.
Un atentado similar se produjo en Bakuba, 60 kilómetros al norte de Bagdad, contra un ómnibus que transportaba a obreros de la construcción que trabajaban en la sede del grupo opositor iraní Muyahidi Jalq. Dicho grupo responsabilizó por el ataque a terroristas manejados desde Irán.
Ayer, el presidente estadounidense, George W. Bush, homenajeó a los soldados norteamericanos muertos en combate. "Nuestro país está de duelo por nuestros hombres y mujeres de uniforme. Los honraremos terminando la misión por la cual dieron su vida, ganándoles a los terroristas", dijo Bush en el cementerio de Arlington, cerca de Washington, en el acto oficial por el Día de los Caídos.
Agencias AP, DPA y EFE