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POLÍTICA

La lucha contra la inflación: polémica por la suspensión de las exportaciones

La Nación
 

Prevén una baja provisoria en la carne

 

Según diversos economistas, restringir las ventas al exterior repercutirá ahora pero no es una solución en el largo plazo

 

  • Los analistas señalan que la Argentina perderá terreno frente a competidores y que se desalientan las inversiones
  • Apoyo de las asociaciones de consumidores

 
La prohibición de las exportaciones de carne, anunciada en las últimas horas, servirá para frenar los aumentos de precios en el mercado local durante las próximas semanas, pero en el largo plazo puede resultar un bumerán para el Gobierno.

Este es el análisis de la mayoría de los economistas consultados por LA NACION, que advirtieron que, si bien en los próximos días algunos cortes pueden bajar en las carnicerías, la suspensión de las ventas al exterior está lejos de ser una solución definitiva para el problema de la carne.

"Es lógico que en los próximos días la medida tenga un impacto favorable en los precios internos, pero hay que tener en cuenta que los cortes más demandados en el mercado doméstico no son los que se exportan", señaló Luciano Laspina, de la consultora Macrovisión.

El economista sostuvo que el Gobierno había anunciado la suspensión de las exportaciones del sector mirando en forma casi exclusiva la evolución del índice de precios al consumidor que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

"La suba que acumulaba el precio del novillo en los primeros días de marzo representaba un 0,7 por ciento adicional en el índice de inflación del mes, que es un tema que desvela al Gobierno. Pero no se está atacando el verdadero foco del problema que enfrenta el sector: la demanda local sigue siendo muy alta por la recomposición del poder de compra de los consumidores, y a esto se suma la restricción para la faena de animales", agregó.

Los economistas además advirtieron que la prohibición temporaria de exportar puede tener un costo en el tiempo, que trasciende el actual enfrentamiento entre el Gobierno y algunos sectores ganaderos.

"La suspensión de las exportaciones significa un mal precedente, no sólo porque implica resignar mercados internacionales a manos de competidores, sino también porque lo que busca cualquier importador a la hora de elegir un proveedor es que le aseguren la provisión en el tiempo", señaló el ex viceministro de Economía Orlando Ferreres.

Desaliento a la inversión

En la misma línea, el economista Camilo Tiscornia destacó que la prohibición de las exportaciones significa un desaliento para la llegada de nuevas inversiones al sector.

"En primera instancia, el precio de la carne en el mercado interno puede bajar, pero difícilmente sea una solución definitiva. Los aumentos en los precios se explican por la baja en el stock ganadero, y este tipo de medidas no sirven para incentivar la llegada de nuevas inversiones", explicó Tiscornia.

Por su parte, Javier Alvaredo, de la consultora MVA, se mostró más cauto, aunque también deslizó algunas críticas sobre la política oficial para contener los aumentos de precios.

"En los próximos días el precio de la carne tendría que bajar, pero para saber lo que puede pasar a la larga es necesario conocer los alcances de la medida, que hasta ahora no se hicieron públicos. El otro punto para tener en cuenta es si se trata de una medida transitoria o si hay una estrategia de largo plazo, aunque en cualquier caso parece una decisión reñida con la libertad económica", señaló.

En el sector privado además hacen hincapié en las diferencias existentes entre las demandas interna y externa de carne vacuna.

"En el último año, la carne picada aumentó más de un 30%, y es difícil creer que estas subas se expliquen por la mayor demanda internacional", señaló otro economista.

Consumidores, a favor

A diferencia de la opinión de los economistas que se mostraron escépticos sobre los alcances de la medida, la decisión oficial de suspender las exportaciones fue bien recibida por las asociaciones de consumidores.

Desde el Centro de Educación al Consumidor (CEC), Susana Andrada, expresó su absoluto apoyo a la decisión del Gobierno, y consideró que la medida favorece a los consumidores y que aunque no se vea reflejada en una baja de los precios en los mostradores hoy o mañana, la expectativa es que bajarán en el corto plazo, según consignó la agencia Télam.

Por su parte, la presidenta de la Federación de Mutuales para la Defensa Organizada del Consumo, Inés Bienati, consideró totalmente positiva la medida, porque hay que bajar el precio para que la gente pueda comprar, mientras que en la asociación Consumidores Libres señalaron que la suspensión de las exportaciones era necesaria para garantizar la oferta y el precio de la carne en el mercado interno.

Por Alfredo Sainz
De la Redacción de LA NACION

 
 
 
 
 
 
La lucha contra la inflación: reacción ante la suspensión de las exportaciones de carne
 

Temen cierres y despidos en la industria frigorífica

El Consorcio de Exportadores advirtió que corre riesgo el empleo de 10.000 trabajadores

 

La industria frigorífica exportadora entró ayer en pánico luego de que el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, decidiera en forma abrupta y sorpresiva suspender las exportaciones de carne por 180 días con el objetivo de frenar los aumentos de precios de este producto, que tiene una fuerte incidencia en el costo de vida.

El Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas, que agrupa al 80 por ciento de las industrias del sector, teme que a partir de hoy comiencen los cierres sucesivos de plantas y los despidos masivos de trabajadores. "Con esta suspensión, la exportación de carnes es inviable, y con el paso de los días las plantas van a empezar a cerrar", dijo ayer a LA NACION el presidente del Consorcio y del frigorífico Swift -el más grande del país-, Carlos Oliva Funes. "Es muy difícil entender cómo un gobierno puede no permitirle a un sector exportar, con todo lo que eso representa para el empleo y la imagen del país en el exterior", señaló Oliva Funes, luego de mantener una reunión con los representantes de casi 20 empresas frigoríficas exportadoras.

Según el Consorcio, la suspensión de los embarques de carne impactará directamente en el empleo de unos 10.000 trabajadores, sobre todo en el Gran Buenos Aires y en Rosario.

"Estamos acercando algunas propuestas a Economía, que contemplan las necesidades tanto del Gobierno, en cuanto a bajar los precios de la carne, como de la industria, para seguir exportando. Analizamos mecanismos de autorregulación de las ventas como alternativa a la prohibición", señaló Oliva Funes, y advirtió: "El temor a los cierres de plantas no es una reacción contra el Gobierno; es la pura realidad, porque en estas condiciones las empresas tendrán que adelantar las vacaciones de sus empleados, y si la norma sale así mucha gente se va a quedar en la calle."

En medio de una fuerte incertidumbre, la medida anunciada anteanoche por la ministra de Economía, Felisa Miceli, y el secretario de Agricultura, Miguel Campos, hasta ayer no había entrado en vigor. De hecho, en Economía deslizaron que la norma podría sufrir modificaciones de acuerdo con la oferta de autorregulación que realicen las empresas exportadoras.

Problemas en el Mercosur

Por la tarde, habían surgido algunas versiones acerca de que funcionarios del área económica no estaban muy de acuerdo con la suspensión y que buscaban líneas de acción para atemperar el efecto en el comercio externo de carnes y el complejo industrial. "Lo único que tenemos firme es la decisión del Presidente", dijo ayer, no obstante, una alta fuente del Ministerio de Economía. Al cierre de esta edición, la norma transitaba por los pasillos de la Secretaría Legal y Técnica del Palacio de Hacienda, aunque ningún funcionario pudo asegurar que fuera a publicarse hoy en el Boletín Oficial.

La prohibición del comercio de carne colisiona, por ejemplo, con los convenios suscriptos por la Argentina con los países del Mercosur, con lo cual ayer, en Economía, exploraban un instrumento legal para evitar una lluvia de amparos en caso de que la norma se publique como ordenó Kirchner el miércoles.

Hasta el presidente de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, sugirió ayer que la medida podría flexibilizarse en caso de que el sector elevara una propuesta que sirviera para contener los precios. Rossi proviene de Santa Fe, donde se concentra la mayor cantidad de empresas exportadoras de carne.

Precisamente ayer los representantes del Sindicato de la Carne de esa provincia viajaron para reunirse con los empresarios en Buenos Aires. Según trascendió, unos 600 empleados del frigorífico Finexcor, 50 kilómetros al norte de Santa Fe, quedarían suspendidos a partir de la semana próxima. En tanto, Friar, con plantas en Reconquista, Carcarañá y Santa Fe, tomaría la misma disposición con 250 trabajadores, y Mattievich (en Villa Gobernador Gálvez) analiza la cesantía de otro centenar de obreros.

El temor de los industriales de la carne se sumó al rechazo generalizado de las entidades del sector agropecuario contra la medida, que implica frenar ventas al exterior que el año pasado alcanzaron un total de 770.000 toneladas, valuadas en unos US$ 1390 millones. La Argentina, el país de los bifes, se transformó en un año en el tercer exportador mundial de carnes con más de 60 mercados abiertos. Ahora ese logro ingresó en un paréntesis, que podría durar 180 días, como consecuencia de la suba de precios en el mercado interno y la drástica reacción del Gobierno.

"Entendemos la preocupación de contener los precios y, por eso, proponemos una autorregulación, pero es necesario que se piense en un plan de medidas para el futuro del sector", consideró Oliva Funes.

La suspensión de las exportaciones cortaría de raíz el fenómeno de las nuevas inversiones externas, casi histórico, que había comenzado el año pasado en el sector frigorífico. Empresas como Cargill y la brasileña Friboi adquirieron firmas argentinas por montos millonarios. Oliva Funes cerró el año pasado la venta de Swift a Friboi por unos 200 millones de dólares.

Según cálculos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la suspensión de las exportaciones por seis meses implicará pérdidas por 585 millones de dólares. "A esto hay que sumarle la destrucción de la imagen de nuestro país como un productor y exportador previsible y confiable con un daño incalculable", sostuvo la SRA.

En la batalla contra la inflación, el Gobierno hasta ahora utilizó a la industria exportadora de carnes como variable de ajuste a pesar de que sólo influye sobre el 20% de la producción total de carnes. En rigor, según analistas del sector, las causas de los aumentos responden a una demanda interna que no afloja por el mayor poder adquisitivo de la población y las limitaciones en el peso de faena de la hacienda (280 kilos) dispuesta por el Gobierno, que implicaron el retiro de unas 120.000 cabezas de ganado del mercado.

"Medidas como las adoptadas ayer son de corto plazo y no resuelven el problema de fondo, que es la escasez de ganado vacuno", señaló la SRA en un comunicado en el que también reclamó incentivos a la producción.

En tanto, algunas entidades del agro amenazaron ayer con presentar medidas judiciales contra la prohibición a las exportaciones. "Estamos esperando la resolución y analizando cuál es su alcance para la presentación de un amparo que podría ser colectivo", manifestó el presidente de la Sociedad Rural de Nueve de Julio, Alberto Gallo Llorente.

Por Franco Varise
De la Redacción de LA NACION

Con la colaboración de
José Bordón

 
 
 
 
 
 
 
 
Granos: hoy se difunde el informe del USDA

 

Subió el maíz; la soja, sin cambios

 

  • En Rosario los exportadores pagaron dos pesos más por tonelada del cereal, que cerró a 240
  • La oleaginosa se cotizó a 515 pesos por tonelada en San Martín

 
Los negocios granarios ayer en la Argentina tuvieron un comportamiento dispar, con mejoras para el maíz, sin cambios para la soja y el girasol y bajas para el trigo.

Mientras, el mercado de Chicago espera con expectativas para hoy las nuevas cifras de oferta y demanda mundial de granos que informará el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés).

Según la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario las ofertas de maíz se ubicaron en 240 pesos (dos más que ayer) para la exportación en el puerto local, San Martín, Punta Alvear, Arroyo Seco y San Lorenzo. En San Martín, la exportación pagó 78 dólares por tonelada, sin cambios.

En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) las posiciones abril y julio se ajustaron en 79 y 83,10 dólares por tonelada, registrando pérdidas de 40 y 90 centavos de dólar por tonelada.

Las pizarras de Chicago indicaron ganancias de 1,67 y 1,57 dólares para los contratos marzo y mayo, que cerraron en 87,89 y 91,33 dólares por tonelada.

La soja, sin cambios

Para la fábrica de General Lagos y San Martín se pagaron 515 pesos por tonelada de soja con entrega hasta el 18 de este mes, igual que para la descarga el 20 del actual para San Lorenzo. Se estimaron negocios por 25.000 toneladas.

Las ofertas por la oleaginosa con pago y entrega en mayo quedaron en 164 dólares para descarga en las fábricas de San Martín, San Lorenzo y Ricardone.

En el Matba, los meses abril y mayo tuvieron ganancias de 60 centavos, al ajustarse, respectivamente, en 165 y 165,20 dólares la tonelada.

En el mercado de Chicago la soja recuperó 1,56 y 1,38 dólares por tonelada para los contratos futuros de marzo y mayo.

Trigo y girasol

En la Bolsa de Cereales de Buenos, la industria molinera ofreció por trigo disponible entre 295 y 345 pesos por tonelada según las condiciones y calidad del cereal, momento y lugar de entrega y plazos de pago.

La exportación pagó 320 pesos por tonelada en Bahía Blanca y Necochea, 305 en San Martín y 300 pesos en Rosario y San Lorenzo.

En el Matba las posiciones mayo y julio se ajustaron en 113,50 y 117,20 dólares con una recupeeración de 50 y 10 centavos, respectivamente.

Con el girasol, las fábricas de Ricardone, Rosario y General Deheza pagaron 480 pesos por tonelada con descarga inmediata, 470 en General Villegas y 465 pesos en Trenque Lauquen.

Por David Encina

Periodista

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Trabajador. Asesoría en comunicación social, comercial y política para el desarrollo de campañas. Análisis de servicios al cliente y al público. Aportes para la gestión de redes sociales con planificación estratégica.

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