WASHINGTON.– Con promesas de una cobertura más local y pluralista que la estadounidense CNN o la BBC británica, la controvertida cadena de noticias de origen qatarí, Al-Jazeera, abrirá dos corresponsalías en América latina para cubrir toda la región y alimentar su señal internacional: una en la Argentina y la otra, en Venezuela.
El equipo asignado a Buenos Aires –una reportera chilena y una productora y un camarógrafo argentinos– cubrirá las noticias que surjan en la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, mientras que los periodistas destinados en Caracas estarán a cargo de la información que se genere en Venezuela, Colombia y el Caribe. Así lo anticiparon a La Nacion ejecutivos y editores de la cadena.
“Optamos por Buenos Aires porque está a dos horas de vuelo de todo el Cono Sur, en tanto que tenemos relaciones ya acordadas con proveedores de material en Brasil», explicó el jefe de la oficina para América del Norte y América latina de Al-Jazeera, Will Stebbins.
En un español con ligero acento cubano, adquirido durante sus dos años en La Habana como corresponsal jefe para la agencia AP, Stebbins informó que todo el equipo ya fue contratado -pero no dio los nombres- y descartó una motivación política o de costos económicos para optar por Buenos Aires. Nada dijo sobre Caracas, desde donde también emite la cadena Telesur.
«Queremos cubrir lo que ocurre desde la perspectiva local, cubrir la región desde adentro, no como lo hace la CNN, con su visión desde Washington de lo que ocurre alrededor del mundo, o como lo hace la BBC, que es muy profesional, pero siempre tiene una acento cultural inglés», dijo Stebbins durante un diálogo a solas con LA NACION.
A partir de mayo
Anunciada en mayo de 2005 por su director ejecutivo en el nivel mundial, Nigel Parsons, la señal de cable Al-Jazeera International comenzaría su transmisión a fines de mayo próximo. Emitirá las 24 horas y con todos sus contenidos en inglés.
«Nuestra audiencia son los más de 1000 millones de personas cuyo idioma cotidiano es el inglés, aunque aspiramos a ser un canal global en un sentido verdadero», afirmó Stebbins. «Cubriremos las noticias con la perspectiva de donde ocurren: en América latina, el Medio Oriente, Asia o donde sea», argumentó.
-¿Espera que una audiencia internacional, por ejemplo en Asia, se interese por la visión local de asuntos de América latina?
-Sí, absolutamente. América latina tiene importantes relaciones alrededor del mundo, no sólo con Estados Unidos. Tiene relaciones diplomáticas y económicas bastante importantes con China, por ejemplo, que tienden a aumentar. China está trabajando duramente desde hace años para fortalecer sus lazos con la región. Y a eso tiene que sumarle el flujo turístico. Millones de potenciales turistas buscan información sobre América latina.
-¿Cuándo abrirán las oficinas en Buenos Aires y Caracas?
-Ya están activas. Estamos armando las corresponsalías, pero la gente ya está contratada. Está recibiendo entrenamiento en nuestras oficinas en Washington y ya hemos producido algunas notas. Queremos tenerlas listas y como material de reserva para cuando se lance el canal. Cubriremos las elecciones presidenciales de Colombia, en vivo, por ejemplo, pero es sólo el principio. Hay un campo enorme de noticias por aprovechar.
La señal internacional
Al igual que la señal madre, creada en 1996 para la audiencia árabe, Al-Jazeera International tendrá su cuartel central en Qatar. Pero rotará sus transmisiones entre Doha, Washington, Kuala Lumpur y Londres.
El canal original se fundó gracias a una inversión de US$ 150 millones que hizo el emir Hamad ben Kalifa al-Thani. Pero fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el inicio de la «guerra contra el terror» en Afganistán y la invasión de Irak, que se convirtió en la alternativa regional a las cadenas anglosajonas.
Su cobertura le ganó recelos múltiples. El régimen ultraconservador de Irán prohibió el ingreso de sus periodistas en abril de 2005, tras acusarlos de incentivar protestas violentas de la minoría árabe en el sudoeste del país.
Del otro lado del mundo, la cadena de la derecha estadounidense, Fox, la califica de «medio de propaganda fundamentalista».
Para muchos en este país, Al-Jazeera no es en la práctica más que un vocero de quienes odian a los Estados Unidos y un difusor de videos de Al-Qaeda y de su líder, Osama ben Laden, así como de la decapitación de militares y civiles norteamericanos.
Incluso el presidente George W. Bush evaluó la posibilidad de bombardear sus instalaciones en Qatar, pero el premier británico, Tony Blair, lo convenció de que no lo hiciera, según un memo secreto que reveló la prensa británica en noviembre de 2005.
«La cobertura de Al-Jazeera International será precisa, imparcial y objetiva», defienden todos sus ejecutivos, como la directora comercial de la señal, Lindsey Oliver.
En su versión árabe, la cadena cuenta con más de 50 millones de suscriptores en Medio Oriente, pero medir su audiencia real resulta una tarea casi imposible. «Es muy difícil medirnos en el mundo árabe porque no hay estudios consistentes», explica Stebbins, aunque afirma: «Está muy claro que todos la ven».
En el caso de América latina, Buenos Aires prevaleció sobre la otra opción, Río de Janeiro, según explicó Parsons, aun cuando habrá colaboraciones desde Brasil, México y Perú.
La cadena árabe
- Al-Jazeera International comenzará a transmitir en mayo próximo.
- Su cuartel central estará en Qatar y transmitirá las 24 horas, en inglés, desde cuatro estudios, en Doha, Londres, Washington y Kuala Lumpur|Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur
- Abrirá dos corresponsalías en Buenos Aires y en Caracas para cubrir las noticias de América latina.
- Tiene acuerdos de colaboración en México, Brasil y Perú.
- Su audiencia potencial rondaría los 1000 millones de personas.
Por Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.
