Al anunciar el envío de un proyecto de ley al Congreso -que será tratado en las sesiones extraordinarias previstas para el mes próximo-, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que el sistema previsional «tenía un problema de origen, que tenía que ver con los costos de administración».
A su lado, el director de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Sergio Massa, destacó que el Gobierno «tiene un objetivo innegociable, que es darle la libertad a la gente para poder elegir su futuro»; además, Massa dijo a LA NACION que con esta ley «la rentabilidad y la continuidad del sistema de capitalización quedan fuera de toda duda».
Por otro lado, Fernández destacó que con esta iniciativa se cumple con un eje de la plataforma electoral de 2003. «En materia de jubilación era el único tema que nos había quedado pendiente», dijo el funcionario con orgullo.
Al respecto, fuentes del sistema de capitalización expresaron que el timing para concretar la medida tal vez tenga relación con la intención del presidente Néstor Kirchner de dejar en claro su «identidad peronista», tras la polémica generada en torno de la reanimación de las causas judiciales relacionadas con la triple A.
Más allá de las razones políticas, fuentes que participaron de la redacción del decreto indicaron que el momento «era adecuado porque ambos subsistemas [reparto y capitalización] están bien: el público por la suba en la recaudación y tras el cierre de la moratoria; y el de capitalización, porque las AFJP tienen una buena rentabilidad después del canje de la deuda».
Por otro lado, las AFJP indicaron que la reforma «es razonable», pero advirtieron que su reglamentación no debe generar «desequilibrios» que perjudiquen a los 11.335.749 afiliados al sistema de capitalización. Al respecto, las fuentes oficiales indicaron que el presidente Kirchner, que se reunió con Massa y Fernández antes del anuncio, «escuchó a las centrales sindicales y a los banqueros que no son dueños de AFJP antes de tomar esta decisión». De hecho, Jorge Brito, dueño del Macro Bansud y de muy buen diálogo con el Gobierno, dijo que se trata de «una propuesta racional y centrada».
La iniciativa se dio a conocer un día después del anuncio del decreto que dispone dejar vigente por un año más en el 7% el aporte a las AFJP, frente al reclamo del sector de subirlos nuevamente al 11 por ciento. Sin embargo, se cree que, en el contexto de esta flamante reforma, tal vez esta reducción pueda reverse para «equilibrar» los incentivos entre ambos sistemas.
Massa explicó que «sólo tres de cada 10 trabajadores eligen voluntariamente su sistema, por lo que los siete restantes son sorteados» y aclaró que «entre los trabajadores que eligen, «la mitad lo hace por el sistema de reparto». Por esta razón, con la reforma se busca que una buena parte de los indecisos opten por el sistema de reparto, que tiene unos dos millones de afiliados.
Las claves de la iniciativa
Los ejes de la iniciativa anunciada por Massa y Fernández son los siguientes:
- Se fija la libre opción entre los sistemas de capitalización y de reparto por un período inicial de 180 días.
- Los aportes de los indecisos que ingresan en el mercado laboral en los primeros 90 días se dirigirán al régimen de reparto. Hasta ahora, éstos se traspasaban a las AFJP que cobraban menor comisión.
- Los afiliados podrán cambiar cada cinco años, «con el fin de poder hacer evaluaciones periódicas sobre los resultados». Una vez que se jubilen se computarán los aportes al Estado y a las AFJP.
- Se determina que los hombres podrán cambiarse de sistema hasta los 55 años y las mujeres hasta los 50 (es decir, 10 años hasta antes de jubilarse); de todos modos, en el caso del plazo inicial de 180 días para poder ejercer la opción no habrá límite de edad.
- Los trabajadores que a los 50 años tengan una cuenta en una AFJP con una escasa acumulación de capital recibirán, si se pasan al régimen de reparto, una compensación del Estado para poder acceder a la jubilación mínima.
- El costo para los afiliados al sistema de capitalización pasará de un promedio del 2,4 al 1 por ciento de sus salarios.
Esta reducción, que ya generó el cuestionamiento de las AFJP, se lograría con un tope a la comisión administrativa y un cambio en el sistema de contratación del seguro por invalidez y muerte de los afiliados a las AFJP; este último consistirá en la creación de una «cámara compensadora» para que el costo del seguro baje y quede a cargo de las administradoras.
Por Martín Kanenguiser
De la Redacción de LA NACION
Una respuesta a «Los afiliados a las AFJP podrán pasarse a la jubilación estatal»
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