Por Gustavo Vera, presidente de La Alameda
A la 1.35 hs de la madrugada de ayer murió Ezequiel, el niño de seis años que desde
los cuatro era esclavizado por la empresa Avícola, Nuestra Huella. El lunes de
la semana pasada lo habían vuelto a operar, pero el tumor ya le había ocupado
todo el cerebro. La corta vida de Ezequiel transcurrió la mayor parte de su
tiempo entre la sangre y el guano de las gallinas y manipulando venenos con
elementos cancerígenos de la empresa para cumplir a rajatabla con los topes de
producción que la patronal le imponía a su familia.
Las maestras de la escuela de Ezequiel, ya habían advertido que el niño se
dormía cuando iba a clase, hasta que a finales de setiembre se desmayó y fue
llevado de urgencia a una clínica de Pilar. Durante semanas nadie tuvo noticias
de él. La empresa prohibió terminantemente a los padres hablar del tema con sus
compañeros de trabajo. Y logró la manera de modo muy simple: convenciendo a los
padres que si algo le pasaba a Ezequiel ellos serían penalmente responsables e
incluso les quitarían la tenencia de sus otros hijos y ofreciéndoles a cambio de
su silencio, la atención médica del niño y eventualmente una suma de dinero en
caso que hubiera un descenlace fatal. Paralizados por el miedo y la
desesperación, los padres aceptaron el chantaje y se llamaron a silencio.
Ahora sabemos que de la Clinica de Pilar fue derivado a la Clínica del
Centro de La Plata, donde se le detectó un tumor cancerígeno en el cerebro y de
allí fue trasladado a otra Clínica en Laferrere, donde fue intervenido
quirurjicamente y se pudo reducir parcialmente el avance del tumor. No obstante,
cómo su situación seguía siendo muy grave, la empresa dispuso su traslado al
Centro Gallego donde fue internado en terapia intensiva. A los pocos días el
tumor volvió a reproducirse y se lo internivo quirurjicamente el lunes de la
semana pasada, pero su situación siguió agravándose hora trás hora hasta que
este martes a la madrugada falleció. Recién tomamos conocimiento hace un rato,
porque su estado de salud desde hace días era un secreto guardado entre siete
llaves por la empresa que quería evitar a toda costa que se indagara acerca de
las causas que lo llevaron a esa situación terminal.
Ezequiel fue traído desde Misiones con su familia a fines de 2007 por uno de
los reclutadores que opera al servicio de la presidenta de la empresa Nuestra
Huella, Alejandra Lopez Camelo y que cobraba $ 2500 por cada familia que lograba
engatusar. La promesa era dejar la pobreza extrema de Misiones, por un trabajo
estable y una casa segura, donde los chicos crecerían en el campo y junto a la
naturaleza. Los costos del traslado correrían por cuenta de la empresa. Y la
familia sólo tenía que limitarse a aceptar el paraiso que les regalaban. Entre
la pobreza extrema y crónica y un futuro de vivienda y trabajo estable, ni lo
dudaron.
Al llegar a la granja «La Fernandez», la situación distaba mucho de lo
prometido. Al padre lo pusieron a cargo de uno de los galpones, donde debía
juntar miles de huevos por día, remover guano, juntar la sangre y distribuir el
veneno. El tope de producción que le imponía la empresa era imposible de cumplir
sin involucrar al resto del grupo familiar, lo cual era estimulado por los
capataces de la empresa. Y si ese tope no se cumplía, se corría el riesgo de
quedar sin trabajo y en la calle, esta vez a miles de kilometros del lugar de
origen y los conocidos. Además, la familia debía pagar la «deuda» que habían
contraído por el traslado a Buenos Aires. Fue asi que primero la esposa y luego
los niños comenzaron a involucrarse en esas jornadas infernales de producción en
el galpón. Lo mismo pasaba en los galpones vecinos, donde ya estaba naturalizado
que todos los grupos familiares trabajen a destajo, pero sólo para conformar el
salario del padre, un salario más bajo que el de un peón rural.
Cientos de familias más, son esclavizadas del mismo modo que la familia de
Ezequiel en unas 70 granjas dispersas por Pilar, Zarate, Campana, Exaltación de
la Cruz y Córdoba donde muchímos chicos están expuestos a correr la misma suerte
que Ezequiel. Esas granjas son propiedad de «Nuestra Huella», una empresa que
gozaba de prestigio y liderazgo en el mercado avícola y que tenía clientes
poderosos como Wall Mart y Carrefour, hasta que comenzó a conocerse su costado
más oscuro: trabajo esclavo e infantil, alambrados electrificados, trata y
tráfico de personas.
Las horas y horas de filmación de trabajo infantil durante el 2008, 2009 y
2010, la granja allanada con la gente esclavizada y la alambrada electrificada,
las 30 granjas de la empresa donde el Ministerio de Trabajo constató
fehacientemente trabajo infantill en Nuestra Huella, los más de cuarenta
testimonios de víctimas de la empresa, las filmaciones de las persecuciones y
los intentos de sobornos a los denunciantes, los datos precisos de los
reclutadores, nada, absolutamente nada fue suficiente para que la Jueza Graciela
Cione (Garantias en lo Penal de Campana) y Adrián Charbay (Federal II de Zárate
y Campana) se dispusieran a impartir un mínimo de justicia en las causas que
tramitan por reducción a la servidumbre y trabajo infantil y trata laboral y
trafico de personas respectivamente. Quizás el hecho de que la presidente de la
empresa, Alejandra Lopez Camelo, sea prima hermana del intendente de Pilar ,
Humberto Zúccaro, cuñada del Secretario General de UATRE local Jorge Herrrera y
que el ex intendente de Pilar, Sergio Bivort sea el abogado de la firma
expliquen un poco acerca del manto de impunidad que rodea la empresa.
Desde el 2008 los costureros y cartoneros de la Alameda y el MTE vienen
denunciando, juntando pruebas y movilizándose contra la esclavitud y el trabajo
infantil en Nuestra Huella. Esta mañana, cuando no sabíamos que horas antes
Ezequiel había muerto, más de doscientos compañeros marcharon a los dos juzgados
penales de Campana exigiendo justicia por Ezequiel y por la salud y la vida de
los más de 200 niños que viven y trabajan en las granjas de esa empresa y nos
juramentamos volver en los próximos días.
La empresa no conforme con haber asesinado a Ezequiel, con haber envenenado a
decenas de chicos y adultos, ahora se dispone a hacer desaparecer las evidencias
y pretende trasladar rápidamente el cuerpo de Ezequiel y quizás cremarlo, fuera
del alcance de cualquier pericia judicial que los comprometa y ponga en
evidencia su responsabilidad por Ezequiel y por todos los niños y adulltos que
manipullan venenos agrotóxicos en sus granjas. La Alameda y el MTE ahora
más que nunca redoblará su esfuerzo reclamando justicia y convoca a todos los
ciudadanos y periodistas honestos que repudian la esclavitud y el trabajo
infantil a que se sumen a nuestro grito para romper el cerco de impunidad que rodea a Nuestra Huella.
2 respuestas a «Murió el niño Ezequiel Ferreyra, victima de trabajo infantil y no hay nadie preso.»
[…] Murió el niño Ezequiel Ferreyra, victima de trabajo infantil y no hay nadie preso. […]
[…] Murió el niño Ezequiel Ferreyra, victima de trabajo infantil y no hay nadie preso […]