Los subterráneos de Buenos Aires volverán a acaparar la atención de los porteños. Trabajadores de las cinco líneas resolvieron una "abstención de tareas" desde hoy y hasta el sábado. La razón: dicen temer un atentado como rebote de la Cumbre de las Américas.

"No están dadas las condiciones para cumplir las tareas", dijeron luego de decidir que no trabajarán hasta el sábado.

La medida fue resuelta en una asamblea encabezada por los delegados de las distintas líneas, identificados en su mayoría con agrupaciones de izquierda y enfrentados a la conducción de la UTA, que encabeza Juan Manuel Palacios.

"El servicio normal está garantizado y no hay razón para que los empleados no se presenten a trabajar", respondieron de Metrovías, la empresa que maneja el servicio de subterráneos.

Los trabajadores calificaron a la medida no como un paro sino una "abstención de tareas": se presentarán a trabajar pero no cumplirán funciones. Además, aseguraron que no van a impedir el tránsito de los trenes que la empresa logre movilizar, pero aclararon que para ellos el servicio "no será normal".

El tema seguridad volvió a sumar una nueva vuelta de tuerca al conflicto gremial que desde hace meses mantienen los empleados con Metrovías.

Luego de dos días de violencia en el conurbano —que enrarecieron el clima general— y en medio de la tensión en torno a la seguridad que generó la llegada del presidente norteamericano George W. Bush, los trabajadores de subterráneos agregaron una cuota más de incertidumbre.

Aseguraron que en reuniones informales con la empresa, los directivos les confiaron que existían informes de inteligencia, en particular de Interpol, en los que se mencionaba la posibilidad de un atentado.

Oscar Arturo, delegado por la línea A, detalló algunas de las medidas que le habían reclamado días atrás a la empresa: "Solicitamos la detección de metales al ingreso de las estaciones del subte, la circulación de personal policial en cada línea, el chequeo de bolsos de gente que entra, para proteger a los usuarios y los trabajadores".

Desde Metrovías, su vocera, Lucila Maldonado, sostuvo que está previsto un operativo de seguridad extra. "Hace muchísimo tiempo que estamos en contacto con el Gobierno y con las Fuerzas de Seguridad, la Policía Federal va estar supervisando todas las estaciones pero en especial las más transitadas, revisando vestíbulos, pasillos, andenes y trenes", aseguró la representante de la empresa.

Además se quejó por la actitud de los trabajadores: "En esto hay que tener mucha prudencia, una de las cosas que más nos advirtieron en la cuestión de la seguridad es no generar un clima de temor".

Fuentes policiales también aseguraron que desde hace un mes se reforzó la presencia policial en los subterráneos. El tema no es menor. Hace diez días, como anticipó ayer Clarín, representantes del Gobierno nacional, de la Ciudad de Buenos Aires y de las empresas ferroviarias tuvieron una reunión para diseñar un plan de emergencia durante los días que dure la Cumbre de las Américas. Allí se acordó crear un comité de crisis conjunto.

Otro de los argumentos de los trabajadores es que desde hace varias semanas circula un correo electrónico en el que se advierte sobre un posible atentado en los subterráneos para protestar contra George W. Bush.

Aunque Metrovías le restó importancia a ese material, lo cierto es que aquel correo se convirtió en uno de los disparadores de la reunión con el Ministerio del Interior.