Al cierre de esta edición, el tráfico se haría con precaución, y se espera que hoy puedan circular vehículos más chicos, según informó a LA NACION la Dirección de Protección Civil. El 31 de diciembre último otra correntada derrumbó la mitad del puente carretero sobre el Seco, que ya había tenido problemas en diciembre iniciando así los trastornos para los pobladores del norte salteño y el sur boliviano.
Por el aislamiento, ayer había aún problemas con la provisión de agua a ciudades norteñas. En Campamento Vespucio y Coronel Cornejo, por ejemplo, circulaban camiones aguateros. El buen tiempo permitió normalizar los servicios, aunque anoche había dificultades con las comunicaciones telefónicas.
El gobernador Juan Carlos Romero recorrió el sábado la zona y se reunió con el diputado nacional Andrés Zottos (Renovador-Salta) y con los intendentes renovadores Darío Valenzuela (Tartagal) e Isidro Ruarte (General Enrique Mosconi) y el justicialista Alfredo Llaya (Embarcación); les garantizó fondos para atender la emergencia.
La habilitación del paso vehicular vino a complementar el servicio del cochemotor que une Senda Hachada con la ruta 81, único medio utilizado desde el domingo, con más de 50 viajes. El puente ferroviario, que data de mediados del siglo pasado y desde diciembre resiste los embates de la correntada, estuvo a punto de ser vendido como chatarra a Altos Hornos Zapla, informó el senador provincial, José Luis Valle (UCR-General Güemes)
El director de Protección Civil, Víctor Ola Castro, dijo que ese organismo coordinó tareas para dar asistencia médica y atender otras necesidades. Se dispuso también un puente aéreo para el traslado de enfermos y medicamentos.
La Dirección Nacional de Vialidad informó que sus técnicos y operarios están trabajando para hacer dos badenes sobre el río Seco.