La difusión fue resultado del éxito obtenido por la agencia The Associated Press en una demanda amparada en la ley de libertad de información. El gobierno del presidente George W. Bush había ocultado las identidades, los países de origen y otros datos sobre los hombres acusados de alzarse en armas contra los Estados Unidos.
El gobierno argumenta que revelar esa información violaría la privacidad de los detenidos y los pondría en peligro a ellos y a sus familias.
Pero el juez de distrito Jed S. Rakoff, de Nueva York, argumentó que los parientes de los detenidos "nunca tuvieron expectativas de anonimato". Rakoff ordenó la semana pasada que la información fuese revelada y ayer concluía el plazo dado al gobierno para hacerlo.
Los nombres aparecían en más de 5000 páginas de la transcripción de al menos 317 testimonios en los cuales los detenidos rechazaban las acusaciones de ser "combatientes enemigos".
"Este material es extremadamente importante", comentó Curt Goering, director ejecutivo de Amnistía Internacional en Estados Unidos.
En tanto, el Vaticano advirtió ayer a Estados Unidos que en la prisión de Guantánamo "no es respetada del todo la dignidad del hombre", según dijo ayer el cardenal Renato Raffaele Martino, ministro de "paz" del papa Benedicto XVI.
"Como nos interesamos por la condición de los presos, pedimos siempre el respeto de su dignidad", dijo el purpurado, que desde hace tiempo se ocupa de los problemas carcelarios, reflexionando sobre la detención sin proceso desde hace más de tres años de cientos de personas, acusadas por Washington de ser combatientes enemigos.
"Incluso aquellos que han cometido crímenes siguen siendo personas humanas que deben ser respetadas en su dignidad", añadió.