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Revolución Rusa: Las masas toman el cielo por asalto.

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Por Mariano Rosa para Alternativa Socialista, publicación del MST en Proyecto Sur.

Los revolucionarios estudiaron la historia con sentido político, instrumental, tendiente a sacar conclusiones para enfrentar el enorme desafío de sepultar la sociedad capitalista y poner en pie una nueva realidad para la humanidad: el socialismo con democracia obrera. Con ese método Lenin y Trotsky analizaron la Comuna de París y la Revolución Rusa de 1905. Nosotros, intentamos reaprender de la revolución rusa.

En febrero de 1917 son las trabajadoras textiles de Petrogrado las que arrancan una huelga que termina en insurrección y se lleva puesto al zarismo. La brutal monarquía que a lo largo de siglos había sometido a campesinos y trabajadores rusos cayó de forma estrepitosa. La policía se paralizó, los cosacos se negaron a reprimir y el ejército, harto de la guerra imperialista -estaba en pleno curso la I° Guerra Mundial- se rebeló.

Reaparecieron las asambleas de diputados obreros, campesinos y soldados, que bajo el nombre ruso de soviet empezaban a parir un nuevo poder.

Esta Revolución tuvo carácter semi-espontáneo ya que no hubo una conducción centralizada, pero contó – como marcó Trotsky- con “un contingente de cuadros naturales que no eran otros que los obreros de vanguardia que en el periodo de auge revolucionario de 1912 a 1914 se habían unido al bolchevismo”.

Los bolcheviques eran minoría en los nuevos soviets, la mayoría la tenían los reformistas menche-viques y los socialrevolucionarios.

Estas corrientes políticas entregaron el poder al gobierno burgués encabezado por Kerensky, que rápidamente se deterioró ante las masas al no dar salida positiva a las máximas aspiraciones de obreros y campesinos: paz, pan y tierra.

Vuelve Lenin y comienza un cambio de orientación.

Lenin había permanecido exiliado. En su ausencia, la dirección del partido quedó en manos de Stalin y Kámenev, que armaron a los bolcheviques en la línea de “apoyo crítico al gobierno provisional”.

Lenin denunció con dureza esta política y ni bien llegó a Petrogrado, comenzó una campaña de agitación en la base del partido. En las “Tesis de abril”, planteó que no se podía tener ninguna confianza en el gobierno provisional y que sólo la dictadura de obreros y campesinos podría materializar la paz, el reparto de la tierra y la asamblea constituyente. Así, se acercaba a las tesis de la Revolución Permanente, definidas por Trotsky.

Con Lenin en la dirección del partido, los bolcheviques definen como estrategia de la hora la toma del poder y se lanzan a ganar la mayoría en los soviets.

No buscaron ningún atajo oportunista, ni cayeron en el sectarismo histérico hacia los conciliadores.

La línea fue explicar pacientemente su programa en los soviets, los comités de fábrica y en cada reducto donde las masas estuvieran organizadas. Así fueron ganando peso en la vanguardia obrera de las capitales.

Sintetizaron su política en la consigna “Todo el poder a los soviet de obreros y campesinos”

Trotsky confluye con Lenin.

Con esa reorientación, el bolchevismo fue logrando confluir con los mejores elementos revolucionarios. Entre ellos el máximo dirigente del soviet de Petrogrado: León Trotsky.

Él, había ido llegando a las mismas conclusiones políticas que Lenin en cuanto a la dinámica de la revolución, su carácter y el rol de la clase obrera, pero había minimizado la importancia del partido revolucionario.

La revolución hizo desaparecer todas las diferencias del pasado.

Trotsky se incorporó al partido en julio y con él lo hizo el Bloque Interdistrital de Petrogrado, un agrupamiento muy valioso en el epicentro de la revolución. A partir de allí pasaría a ser dirigente de la revolución, junto a Lenin.

La noche decisiva

La noche del 6 al 7 de noviembre fue la definitiva.

Los bolcheviques tenían la mayoría de los soviets por primera vez en 7 meses.

Lenin y Trotsky prepararon y organizaron la insurrección. El Palacio de Invierno había caído.

Empezaba la transición al socialismo, con el poder en manos de la clase obrera y su partido mayoritario. Las primeras medidas del gobierno fueron la entrega de la tierra a los campesinos, el inicio de una búsqueda de paz sin anexiones ni indemnizaciones, el no pago de la deuda externa y el control obrero de la producción.

Finalmente, los de abajo pasaron a tener la sartén por el mango.

 

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