La insurgencia hizo estallar cuatro camiones bomba en el norte del país; 20 víctimas mortales en Bagdad en otro golpe rebelde
BAGDAD.- En una de las jornadas más sangrientas desde que comenzó la guerra en Irak, más de 190 personas murieron y unas 200 resultaron heridas ayer como consecuencia de un atentado múltiple perpetrado por la insurgencia, el peor en lo que va del año.
El ataque insurgente, que tuvo como blanco dos localidades kurdas del Norte, se produjo en un verdadero día negro para Irak, en el que también murieron 20 personas en un atentado en Bagdad y cinco militares norteamericanos, al estrellarse su helicóptero. Además, fue secuestrado un viceministro de Hidrocarburos de Irak, junto con cuatro importantes ejecutivos petroleros.
Cuatro camiones conducidos por terroristas suicidas y cargados con explosivos estallaron en dos poblados situados cerca de la frontera con Siria, mayoritariamente habitados por miembros de la comunidad yazidi, una antigua etnia kurda.
Las bombas estallaron de forma sincronizada alrededor de las 20 en las localidades de Kahtaniya y Al-Jazeera, a 120 kilómetros de la ciudad de Mosul, y poco después hubo disparos de mortero. "Por lo menos, la mitad de las casas quedaron completamente destruidas porque estaban hechas de arcilla", indicó un militar iraquí. Otro oficial describió la escena como apocalíptica: "Parece como si una bomba atómica hubiera explotado en esos poblados".
Los yazidis, estimados en 800.000 en todo el mundo, siguen las enseñanzas del califa Yazid, y viven en general en el norte de Irak y Siria. Se calcula que unos 350.000 residen en los alrededores de Mosul y, como todos los miembros de esta comunidad, focalizan su devoción en Malak Taus, el principal de los arcángeles. Seguidores de otras religiones, conocen a este ángel como Lucifer o Satanás, lo que ha fomentado el prejuicio popular de que los yazidis adoran al demonio.
La secta ha tratado de permanecer distante de los conflictos que afectan a la mayor parte de Irak, pero en el último tiempo sus relaciones con las cercanas comunidades sunnitas musulmanas empeoraron de forma dramática.
El 7 de abril, una multitud de yazidis apedreó a Doaa Jalil Aswad, una adolescente de 17 años de la propia comunidad que ofendió los preceptos conservadores locales al escaparse para contraer matrimonio con un musulmán. Tras la difusión de imágenes de la salvaje lapidación captadas con teléfonos celulares, extremistas sunnitas no tardaron en vengarse.
El 23 de abril pasado, hombres armados detuvieron un autobús que transportaba a trabajadores hacia la comunidad de la adolescente apedreada y asesinaron a 23 yazidis.
Semana adversa
El cuádruple atentado de ayer fue el peor perpetrado en Irak desde noviembre del año último, cuando un coche bomba mató a más de 200 personas en el barrio chiita de Sadr City, de Bagdad.
La Casa Blanca calificó los atentados como ataques "bárbaros" que buscan minar la estabilidad de ese país. "Condenamos estos ataques bárbaros contra civiles inocentes", dijo la vocera de la Casa Blanca, Dana Perino.
Con la ofensiva insurgente de ayer, el presidente George W. Bush sumó un nuevo tropiezo para una semana que comenzó con dificultades, luego de que su principal asesor, Karl Rove, anunciara anteayer que abandonaría su gobierno en breve.
El ataque puso en duda la nueva estrategia de la Casa Blanca, que saturó las ciudades de militares, lo que parece haber llevado a los terroristas a atacar en zonas más despobladas y menos protegidas.
En tanto, poco después del mediodía iraquí, un grupo comando hizo estallar un puente situado cerca de una base militar estadounidense de las afueras de Bagdad, lo que provocó la muerte de por lo menos 20 personas.
También perdieron la vida cinco soldados norteamericanos que se encontraban a bordo de un helicóptero de guerra que se estrelló en la provincia de Anbar (Oeste). El aparato, un Chinook CH-47, cayó "mientras realizaba un vuelo de rutina" y se abrió una investigación para aclarar las causas. Por lo menos 44 soldados estadounidenses murieron este mes en Irak.
Además, decenas de hombres que se desplazaban en vehículos oficiales secuestraron a un viceministro iraquí y a importantes ejecutivos petroleros.
Agencias AP, AFP, EFE y ANSA