Después del impacto que causo la película Secreto en la Montaña sigue dando que hablar y cada vez son más los que se lanzan al mercado con la temática gay.
Por ejemplo, el grupo de rock Intoxicados , en el video de nuevo corte Nunca quise, tiene a dos actores que representan ser jugadores de fútbol y se comen la boca a besos, besos tan reales que hasta superan a los del film yanqui.
En canal 9 el programa El tiempo no para tampoco deja de lado el romance homosexual, la historia que empezó tratando de contar muchas historias al mismo tiempo se esta inclinando más hacia la relación amorosa entre los personajes que encarnan los actores Lodovico Di Santo y Walter Quiroz . Algo similar ya había sucedido con Los Roldán donde las historias de amor de "Tito" Roldan fueron opacadas por los de Laisa y Uriarte.
La prensa escrita tampoco deja de lado el fenómeno Secreto de la Montaña, pocos días depués del estreno de la película en la Argentina la revista Veintitres salió a la calle con una tapa titulada Los gauchos gay.
Este domingo la revista Viva de Clarín sacó como nota de tapa la siguiente nota:
Rodeos para gays. Amor entre cowboys más allá del cine.
La película Secreto en la montaña sorprendió cuando hizo tambalear el estereotipo del cowboy viril y rudo. Pero en realidad, en Estados Unidos no es nada nuevo. Desde hace 30 años se realizan rodeos homosexuales.(…)
(…) La Asociación Internacional de Rodeo Gay nacio en 1985. Cuenta con más de mil socios, la última cita del año siempre es en Reno, Nevada, donde hace treinta años se rompió el tabú (…)
Por otro lado, la revista de cine La Otra sacó en su tapa una foto de los dos vaqueros de la película tiernamente abrazados en la cama. " Estoy perfumado, estoy picante. Secreto en la montaña, la película que los críticos argentinos no entendieron", dice en la portada.
Por último, de todas las críticas al film, la realizada por Oscar Alberto Cuervo de La Otra parece la más acertada.:
" El cineasta Ang Lee plantea el juego de modo decidido. Todo está expuesto desde el principio, cuando Ennis ( Heath Ledger) y Jack ( Jake Gyllenhaal ) se fichan disimuladamente, con la cara media tapada por el ala del sombrero, la mirada oculta por una tenue sombra. En muchos westerns vimos a cowboys mirando de ese modo a un desconocido, pero esa mirada escondedora, precavida o alerta, aquí está cargada de tensión erótica. A partir de ahí Lee simplemente deja fluir con seguridad la corriente desencadenada, hasta que el encuentro de los cuerpos en la carpa se vea casi como un accidente natural, como un desprendimiento más de la montaña.
La noche siguiente(…) Ennis mira de reojo la carpa en la que Jack espera. Y Ennis del Mar entra, y ambos se miran y se tocan, con caricias y besos de amor. Los Cowboys, a partir de ahora, no volveran a ser los mismos.
Brokeback mountain ( Secreto en la montaña ) no necesita recurrir al sexo explícito ( Como algunos críticos de la filial porteña del Fipresci han echado de menos ). Cuando Ennis entra a la carpa la segunda noche, la platea poblada de parejas de pochocleros y matrimonios bien constituidos se revuelve en la oscuridad. Algún comentario tonto, risitas nerviosas, y kilos de pochoclos atragantado. (…) Esa vibración que a veces se instala en una sala oscura es necesariamente sexual y no puede sino ser política. Brokeback mountain, que va camino a ser un film popular, es una historia de amor, de sexualidad y poder.
(…) Lo político en este caso es exponer el problema de la sexualidad con una claridad y una precisión que no es frecuente en el cine actual, menos que menos en el cine norteamericano. No se trata de bizarrerías. Lee apela a la emoción pudorosa que deja espacio para pensar.(…)
(…) No se trata de cine queer, es la vida en el mundo de hoy. Hay que tener sensibilidad e inteligencia atrofiadas por el principio de identidad para no percibirlo(…)
(…) ¿ Por qué no hacemos la vida que deseamos ? El momento idílico no es evasivo: tarde o temprano, , Jack y Ennis vuelven a hablar de la necesidad de estar juntos, discuten otra vez sus pocisiones: no se trata de charlas matrimoniales, sino de un auténtico debate político. El interés de la película reside en que ese debate ocupa el centro del confilcto y que en ningún caso se plantea como una lucha maniquea entre lo que está bien y lo que está mal, como en los melodramas baratos y en los films edificantes.(…)
(…) Pocas películas han tenido la lucidez de exponer cuestiones tan candentes y dejar la pelota del lado del espectador, sin finales felices, sin consignas reductivas o salidas imaginarias. Brokeback mountain es un film de amor, con dos amigos que se mantienen fieles a pesar de las circunstancias adversas."