Clarín.com 3/11/05
VIOLENCIA EN EL CONURBANO: A RAIZ DE UN RECLAMO SALARIAL DEL GREMIO
Choque de dos grupos del PJ en Avellaneda: hay tres heridos
Se enfrentaron sindicalistas municipales enrolados en el kirchnerismo y personal de la intendencia adscripta al duhaldismo. Hubo tiros, un auto incendiado y serios destrozos. Se culparon mutuamente.
Mariano Thieberger.
Un choque entre integrantes del sindicato de empleados municipales de Avellaneda y personal de seguridad del intendente Baldomero "Cacho" Alvarez de Olivera terminó ayer a los tiros. Hubo tres heridos, dos detenidos, un auto incendiado y serios destrozos en la Municipalidad.
El enfrentamiento se produjo ayer a la mañana frente a la sede comunal, a metros del Shopping Alto Avellaneda. De un lado, estaban los militantes del gremio —alineado desde hace un tiempo con el kirchnerismo— y del otro, la seguridad del intendente, uno de los principales dirigentes del duhaldismo. De ambos bandos se lanzaron duras acusaciones y se responsabilizaron por haber comenzado los incidentes.
A raíz de la violencia, tres personas resultaron heridas: dos sindicalistas, Miguel Gadea con una herida de bala en el hombro y Ricardo Andrade con un golpe en la cabeza, y la secretaria del secretario de Gobierno municipal, Gabriela Delfino, que fue atropellada por un camión cuando intentaba escapar del lugar. Los tres fueron atendidos en el Hospital Fiorito.
Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense señalaron que los dos detenidos "son empleados municipales de Avellaneda y fueron identificados como Marcelo Sandoval, a quien se le secuestró un arma 9 milímetros con numeración limada y 10 proyectiles, y Carlos Acoitía".
Como consecuencia de estos hechos, el gobernador Felipe Solá dispuso el pase a disponibilidad del titular de la comisaría 1ª de Avellaneda, Sergio Gabriel Zudaira, a cargo del operativo de seguridad de ayer. Solá se involucró personalmente en el caso, tanto que recibió en su despacho al secretario general del gremio, Rubén García, que fue candidato a diputado provincial por el Frente para la Victoria.
El enfrentamiento de ayer fue un nuevo hecho de violencia en el conurbano bonaerense. Un día antes, la combinación del enojo de los pasajeros de tren con la acción de grupos organizados terminó con 21 heridos, 87 detenidos y 15 vagones de tren y la estación de Haedo quemados.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, descartó cualquier relación entre un hecho y el otro. El intendente de Avellaneda, en cambio, aseguró que "gente que estuvo ayer Haedo estuvo hoy acá. Así se ve en los videos".
Como ocurrió el martes después de los incidentes de Haedo, ayer también hubo distintas miradas sobre lo sucedido.
"Cacho" Alvarez le dijo a Clarín que "unas 150 personas llegaron a las 7 con la premeditación de agredir. Golpearon al jefe de Gabinete de la Municipalidad, Daniel Lamarmora y le prendieron fuego a su auto. Rompieron los vidrios de la intendencia, destrozaron las computadoras y quemaron expedientes".
El intendente señaló que no tiene "ninguna información veraz sobre el origen de los disparos, no se sabe si se efectuaron desde adentro o desde afuera del edificio" y negó que los detenidos sean empleados municipales. También criticó a Solá por haber recibido al líder de los sindicalistas pero destacó la colaboración del ministro del Interior.
El secretario adjunto del gremio, Daniel Aversa, señaló a este diario que "estábamos por entrar a la Municipalidad para hacer una asamblea cuando nos recibieron a balazos desde adentro. Hubo más de 30 disparos. El auto lo prendieron fuego ellos para culparnos a nosotros".
Tras reunirse con Solá, Rubén García no dudó en señalar como "responsable político" al intendente y a "las bandas que se apropian de los municipios en contra de los trabajadores". Luego de acampar toda la tarde frente a la sede comunal, los gremialistas anunciaron que se reunirán hoy a las 11 para analizar sus próximos pasos.
Las dos partes tampoco se pusieron de acuerdo sobre el conflicto salarial que originó la protesta de los sindicalistas. Los municipales aseguraron que cobran un mínimo de 500 pesos y que reclaman "791 pesos para superar la línea de la pobreza".
El intendente respondió que "en Avellaneda ningún trabajador municipal cobra menos de 630 pesos, que es el mínimo dispuesto por el presidente Néstor Kirchner para los privados".
La investigación de los hechos quedó a cargo del juez de Garantías Tomás Bravo y de la Unidad Fiscal de Lomas de Zamora de Norma Morán.
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