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POLÍTICA

Siguen aisladas 400 familias en Salta

La Nación
 
Emergencia por las lluvias: ayer no hubo precipitaciones, pero hay pueblos enteros que continúan anegados
Pertenecen a parajes del norte provincial; el gobierno organiza la ayuda; están cortados los accesos a la ciudad de Orán
 
 
TARTAGAL.- El agua llegó mientras todos dormían. Todos, menos Adriana Sanguino. Eran las siete de la mañana y ella casi no había pegado un ojo. Estaba sugestionada por lo que decían los vecinos del barrio Los Payos. Pero, en su interior, no lo creía. Hasta que se bajó de la cama. El suelo se movía bajo sus pies, como poseído por una fuerza extraña.

No alcanzó a pararse cuando vio a su papá que entraba por la puerta del comedor con la cara desencajada. La habitación en la que dormía no existía más. Asustado por los temblores, el hombre había salido y cuando se dio vuelta vio cómo el cuarto entero había sido tragado por la fuerza del río.

Adriana alcanzó a salir con la ayuda de sus tres hijos adolescentes que dormían en otra habitación. De la parte de atrás de la casa, lograron sacar las camas y algunos muebles. Los mismos que hoy ambientan un rincón del centro de evacuados de Cáritas, en el que viven desde hace dos semanas.

Mientras sacaban las cosas, la casa fue cayendo de a pedacitos hacia el barranco. "Nuestra casa no está muy cerca del río. La han construido con todo esfuerzo mi papá y mi hermano, hace 57 años", cuenta Adriana. Habla en presente, pero lo cierto es que su casa, el terreno en el que se levantaba, en la calle Cornejo y hasta el título de la propiedad son parte del pasado. Tras el temporal, el hogar y los recuerdos ya no tienen sustento ni lugar físico sobre esta tierra.

"No quedó nada? sólo un cuadradito de pared que había junto a los algarrobos", se lamenta la mujer.

Historias de este tipo se repiten en cada una de las improvisadas habitaciones de los tres centros de evacuados. Ahora, las paredes que los separan de sus vecinos son de nylon negro. Tienen comida y recibieron colchones secos. Pero aquello está en las antípodas de un hogar. Y lo más duro es que las casas en las que vivían ya no existen o bien deben ser demolidas porque corren riesgo de caerse.

Ayer, el intendente, Héctor Valenzuela, visitó a los evacuados. Después pasaron los representantes del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), para hacer un relevamiento de aquellas personas que ya no tienen dónde vivir. Su presidente, Rubén Fortuny, confirmó que se construirán 15 viviendas.

Según dijo a LA NACION María Erazo, a cargo de los centros de evacuados por parte de la municipalidad, evalúan alquilar casas particulares para unas 50 familias y, mientras tanto, construir un barrio de viviendas para los afectados.

En la ciudad de Tartagal la situación parece estar mejorando. No se cumplieron los pronósticos de lluvia y el río se escurre con un caudal mucho menor. Aún así, la situación en la provincia es crítica. Todavía hay 400 familias que están aisladas en distintos parajes del norte y ciudades como Orán amanecieron ayer con sus accesos cortados a causa de la crecida. El Comité de Operativo de Emergencia de la provincia se reunió ayer y, según dijo a LA NACION el titular de Defensa Civil, Víctor Ola Castro, se acordó declarar estado de alerta y monitoreo permanente del cauce de los ríos y de las condiciones meteorológicas ya que se temen nuevas crecidas.

El agua igualó a todos. Eso resulta evidente al recorrer los centros de evacuados. Hay profesionales, comerciantes y changarines. Todos comparten la misma suerte. No tienen más que las camas, algunas ropas y, en el mejor de los casos, la heladera y el televisor.

A Juan y Rosa Alemán, el agua les sacó todo lo que habían construido con años de esfuerzo. "Estábamos terminando de edificar nuestra casa, era un terreno ancho", cuenta Rosa. En brazos tiene a Moisés, de cuatro meses. Ailín, de 4 años, le reclama que le prepare un pan con miel, mientras Guadalupe, de seis, le lee un cuentito a Oriana, de tres.

Rosa es mecánica dental. Se gana la vida haciendo prótesis para odontólogos. Pero el agua se metió en su casa y se la llevó. Desde hace dos semanas que no tiene cómo trabajar. "Los chicos sufren. Se sienten perdidos, no tienen más sus lugares. Encima, desde que están suspendidas las clases no saben qué hacer", cuenta el padre.

"Feliz cumple mellis", dice un pizarrón en uno de los centros de evacuados. Está dedicado a Anabel y Ana Verónica Juárez, que anteayer cumplieron seis años. "Habíamos preparado todo en la casa para el cumpleaños con la familia y los amigos. Pero unos días antes se nos inundó todo. Y tuvimos que salir", cuenta Marta, la mamá, que vive en el centro que se instaló en la sede del Partido Renovador.

Vivían en el kilómetro siete, cerca de Cherenta, uno de los barrios alejados del río, pero que se inundaron en la última gran tormenta. Lo mismo que Santa María y 9 de Julio, que siguen con agua. Allí, los cimientos de las casas, de madera, cedieron o se pudrieron. Son casas a las que no pueden volver.

Por Evangelina Himitian
Enviada especial

Damnificados en el norte

5500

  • Es la cantidad aproximada de personas que conforman las casi 1100 familias que tuvieron que ser evacuadas, en los últimos días, de las orillas de varios arroyos y ríos salteños, entre ellos el Pilcomayo y el Bermejo.

120

  • Son las personas que tuvieron que abandonar por sus medios o fueron evacuadas en las afueras de la capital santiagueña, quienes vivían a orillas del río Dulce, que está recibiendo las aguas de la provincia de Salta.

 

 

Hay 120 evacuados en Santiago

 SANTIAGO DEL ESTERO.- Más de veinte familias, en su mayoría de la capital, fueron evacuadas por las intensas lluvias que se registran en la provincia hace cinco días y de manera ininterrumpida.

Cerca de 120 personas que comprenden estas 20 familias fueron evacuadas casi en su totalidad en la Escuela de Policía Lorenzo Lugones, de la capital santiagueña, y son asistidas por el gobierno de la provincia, que ya les acercó los víveres necesarios y se comprometió a solucionarles los problemas habitacionales.

Se trata de familias muy pobres que viven en barrios alejados en la ciudad y otros que lo hacen en las márgenes del río Dulce, que divide esta capital con La Banda. En esta última se registraron cerca de 25 personas evacuadas, que corresponden a la zona denominada como tramo 16, cercana a uno de los canales de riego más importantes del lugar, que se vio desbordado por las intensas lluvias. Otras 25 familias fueron afectadas por el temporal, pero se resistieron a dejar sus hogares. Son casos del interior de la provincia, en los parajes Rodeo de Soria, Los Puestos y Huaico Hondo, en el departamento Capital.

Personal de Defensa Civil municipal y de la provincia, más el apoyo de Desarrollo Social de la provincia, trabajó en la asistencia de los evacuados, así como en aquellos casos en los que las familias se negaron a dejar su vivienda por temor a saqueos.

En los pabellones de la Escuela de Policía fueron albergadas más de 20 familias, provenientes de barrios humildes de esta capital y que están a pocas cuadras del centro de la ciudad, tales como Santa Rosa de Lima, Bosco Uno y Dos y Reconquista.

Por David Encina

Periodista

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Trabajador. Asesoría en comunicación social, comercial y política para el desarrollo de campañas. Análisis de servicios al cliente y al público. Aportes para la gestión de redes sociales con planificación estratégica.

Contacto: mencin@palermo.edu / david.encina@facebook.com / encina_david@yahoo.com.ar/ m.david.encina@gmail.com

Más información ver en David Encina V. - PRENSA.
http://cualeslanoticia.com/prensa/

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