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INMIGRACION EN EUROPA: TERCERA SEMANA DE VIOLENCIA EN FRANCIA
Disturbios en Lyon: queman 60 autos y atacan una mezquita. Más de 500 jóvenes avanzaron sobre el centro de la ciudad. Y desafiaron el toque de queda. El gobierno decide hoy si prorroga el estado de emergencia. Y comienza la deportación de extranjeros.
Por María Laura Avignolo. PARIS CORRESPONSAL / mlavignolo@clarin.com
En la tercera semana de estallido social en Francia, el consejo de ministros, liderado por el presidente #Jacques Chirac, decidirá hoy si prolonga el estado de emergencia y el toque de queda. La ley francesa establece que, en esta oportunidad, debe pasar por la Asamblea General para ser aprobado.
El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anunció que iniciará hoy las deportaciones de extranjeros irregulares y residentes legales detenidos en la rebelión, a pesar de las protestas de las organizaciones humanitarias.
La televisión francesa licua las violentas imágenes de autos quemados de la revuelta en los suburbios de las grandes ciudades del país, en nombre de la responsabilidad informativa y para evitar la mimetización en los suburbios. Pero la violencia continúa, aunque decreciente. Más de 60 autos fueron quemados en Lyon en la madrugada del sábado al domingo, en una noche de disturbios en el centro de la ciudad.
Más de quinientos jóvenes de los calientes barrios lyoneses avanzaron sobre el centro y desafiaron el toque de queda impuesto en la ciudad. No se limitaron a atacar negocios y bares sino que arrojaron un cóctel molotov a la Gran Mezquita de Lyon.
Fue la primera vez que los disturbios llegaron al centro de una ciudad. Lyon se caracteriza por sus suburbios «sensibles», donde habitan muchos fundamentalistas islámicos. Desde esos barrios han partido muchos de los que han participado en la «jihad» o guerra santa contra la ocupación en Irak.
Sarkozy expresó «su solidaridad» al rector de la mezquita, Kamel Kabtane, en Lyon, con la promesa de «penalizar a los agresores». En Toulouse, en el sudoeste de Francia, la perturbación continuó al mismo nivel que a lo largo de la semana. Se quemaron autos y continuaron los choques con la Policía.
París sólo tuvo un incendio de una estación de servicio, que fue apagado por los bomberos. Los jóvenes de los suburbios avanzaron por el Boulevard St. Michael, en el Barrio Latino, pero la fuerte presencia policial los hizo desistir en la madrugada del domingo.
La temida invasión de los suburbios a París durante el fin de semana no se produjo. La Policía prohibió el derecho de reunión y clausuró todas las llegadas a las estaciones de tren suburbano, en París, y frenó la llegada de los que ellos consideran «bandas» de los suburbios, que pretendían llegar a la capital. Interceptaron los mensajes electrónicos y los de los celulares, dos medios con los que los rebeldes se organizaban para «invadir» París.
La banlieue (suburbios) parisina estaba tensa y en algunas partes estallaron incidentes en la madrugada. En Bondy Norte y en La Courneuve hubo incidentes y más quemas de vehículos. Allí un policía fue herido cuando le arrojaron desde el balcón de una torre una bocha de hierro, con las que los franceses juegan tradicionalmente a la pétanque (bochas).
Según la Policía, se registraron 374 vehículos quemados en la madrugada del sábado al domingo en todo el país, contra 502 la noche anterior. El jefe de la Policía Nacional, Michel Gaudin, sostiene que está llegando «una gran calma» y que «la situación será más fácil de controlar ahora». Sarkozy fue a los parisinos #Campos Elíseos a inspeccionar el sábado a la noche el operativo de seguridad desplegado. Pero algo salió mal. La prensa estaba, pero también se hicieron presentes los jóvenes de los suburbios, que lo insultaron y pidieron su renuncia ante los aplausos de los que paseaban por una de las avenidas turísticas más famosas del mundo. Contra todos los pronósticos, Sarkozy es el favorito de los franceses en la crisis y posiblemente gane la elección presidencial en el 2007 gracias a ella. En una encuesta publicada en el Journal de Dimanche, el 53% de los franceses «tiene confianza» en él «para aportar una solución en los suburbios». Y el 52% también confía en el premier Dominique de Villepin.