Tras la violencia, los subtes volvieron a la normalidad
Las cinco líneas y el Premetro funcionan de la manera habitual, luego del acuerdo logrado durante la madrugada entre los trabajadores en conflicto y Metrovías. Ayer, una protesta en Once terminó con graves incidentes en las vías.
Las cinco líneas de subte y el Premetro funcionan esta mañana con normalidad, luego del acuerdo alcanzado durante la madrugada entre los trabajadores y Metrovías. La medida desencadenó ayer por la tarde graves incidentes en la estación Plaza Miserere.
El levantamiento del paro fue decidido poco después de las 3, luego de una reunión entre representantes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), delegados de los empleados en conflicto y autoridades de Trabajo.
Horas antes, la protesta había generado el caos en los túneles: hubo serios enfrentamientos entre la Guardia de Infantería y manifestantes que hacían un piquete a la altura de Once, en la línea A (Edición impresa).
Como parte de la tregua, las sectores firmaron un acta en la que se acordó iniciar una ronda de audiencias para resolver de manera los reclamos de los trabajadores. Asimismo, se decidió la reincorporación inmediata de varios empleados despedidos, uno de los puntos que desencadenó el conflicto.
Las negociaciones seguirán esta mañana en la sede que la cartera laboral tiene en Callao al 100. Por el momento, el servicio no sufrirá nuevos inconvenientes. "Mientras duren las negociaciones no habrá medidas de fuerza", confirmó Norberto Pianelli, delegado de los trabajadores.
Todo se desencadenó por una protesta de empleados de empresas de servicios contratadas por Metrovías, la concesionaria del subte. El grupo, unos 700 trabajadores de firmas de seguridad y de telefonía, reclaman cambiar de convenio gremial y pasarse al de la UTA, que define una jornada laboral de seis horas.
A la mañana, los empleados en conflicto organizaron una batucada en la estación Carlos Pellegrino de la línea B que no afectó a servicio. A la tarde, marcharon hacia Plaza Miserere, de la línea A. Allí, alrededor de las 17, un grupo de entre 80 y 100 trabajadores hizo un piquete en las vías, obligando a cortar el servicio.
El caos se desató cuando la Policía intentó desalojar a los manifestantes. Según los trabajadores, hubo represión con gases lacrimógenos y palos. "No perdonaron ni a las mujeres y tiraron los gases cuando todavía había pasajeros en el andén. Después cerraron las puertas de la estación y el aire se hizo irrespirable", acusó Mariano Romero, un empleado de la empresa Seguridad Metropolitana.
Tras los incidentes, los delegados de Metrovías se solidarizaron con los manifestantes. "Vamos al paro por tiempo indeterminado en repudio por la represión", dijo el delegado Néstor Segovia. El servicio de las cinco líneas, minutos después, quedó paralizado.
La medida afectó a alrededor de 300 mil usuarios, justo en una hora pico. Metrovías, mientras tanto, deslindó responsabilidades. "Las personas que iniciaron el corte del servicio son empleados de empresas contratadas para brindar diferentes servicios. Sus demandas deben ser tratadas con sus empleadoras y los sindicatos a los que pertenecen", aseguró la concesionaria.
