Categorías
POLÍTICA

8º Congreso del MST – Mov. Socialista de los Trabajadores. Nuestras tareas y desafíos.

Por Sergio García para Alternativa Socialista, publicación del MST en Proyecto Sur.

Entre los días 8 y 11 de marzo se realizó nuestro 8º Congreso: Un importante evento donde profundizamos los debates sobre la situación internacional y nacional. El balance de lo actuado y la orientación política para el próximo período. Un congreso que fue reflejo vivo y concreto del avance que venimos dando en la construcción de nuestro partido a lo largo de todo el país.

Nuestro 8º Congreso, comenzó el jueves 8 de marzo, con un emotivo acto de apertura en la Federación de Box donde presentamos públicamente nuestros propuestas políticas y contamos con la presencia de compañeros de nuestra corriente internacional. Como tambien Pino Solanas y dirigentes de todas las fuerzas del Movimiento Proyecto Sur. Pablo Micheli Y Carlos Chile, Secretarios Generales de la CTA Nacional y la de Capital, respectivamente. El informe de este importante acto lo reflejamos en las páginas siguientes.

La crisis global y el reagrupamiento de los revolucionarios.

Al día siguiente, nuestro Congreso comenzó sus sesiones con el informe y debate internacional, donde pudimos profundizar sobre la continuidad de la crisis capitalista y su epicentro en las grandes potencias. Precisamos la hipótesis central de continuidad del proceso de crisis, en la economía Europea, de EEUU y Japón. También el inicio de un proceso de desaceleración económico de China, Brasil, y en el mismo sentido de Argentina. Este fenómeno es el que va a influir en los meses siguientes en la situación mundial, ya que el imperialismo y las grandes potencias, necesitan descargas enormes ajustes sobre sus pueblos y sobre todos los pueblos del mundo, lo cual va a alimentar la posibilidad de que surjan nuevos e importantes procesos de luchas y respuestas sociales a la crisis y se avance en experiencia políticas anticapitalista y antiimpe-rialistas. Lógicamente, no se trata de que en todos los países por igual habrá un salto en la lucha de clases, pero sí que algunos serán los más dinámicos, y del resultado de sus luchas puede depender la dinámica de los próximos años. Valga como ejemplo, que mientras transcurría nuestro congreso se desataban enormes movilizaciones en España y la convocatoria a una huelga general, se realizaba una gran movilización en Italia, cientos de miles salían a la calle en Rusia contra el fraude electoral del régimen. Y se desataba en nuestro país, un paro nacional de los docentes en lucha por sus salarios. En este marco, nuestro congreso resolvió lanzar una campaña en Latinoamérica contra las megamineras (expresado hoy en las luchas de varios países) y otra campaña en apoyo al proceso de revoluciones árabes y en particular contra el régimen sirio que de manera atroz reprime y mata al pueblo que lo enfrenta.

El Congreso también evalúo las conclusiones de nuestro reciente viaje a Amsterdam donde participamos de la reunión del Comité Internacional de la IV, en donde acordamos un protocolo que da inicio a un proceso de convergencia y de trabajo común, que seguirá adelante hasta el próximo Congreso de la IV. El 8º Congreso del MST ratificó la necesidad de avanzar en nuestra política de reagrupamiento internacional de los revolucionarios, expresada hoy en la posible unificación y confluencia de nuestra corriente y del sector del trotskismo proveniente del mande-lismo, bajo el ámbito de la IV. Que hoy, positivamente, además nuclea a sectores de izquierda de otras procedencias. La presencia en nuestro congreso de Joao Machado en representación de la IV, y sus correctas palabras apoyando la idea de confluencia entre nuestras corrientes, fortalecieron esta tendencia a la confluencia internacional, que es un proceso abierto y con lógicos problemas que deberemos ir afrontando para intentar llegar a buen puerto. Los próximos años serán muy importantes en este intento, y nuestra corriente internacional seguirá interviniendo y fortaleciendo su trabajo mientras participaremos en carácter de invitados en todas las instancias orgánicas de la IV.

Se aceleran los tiempos y se preanuncian nuevos procesos.

El debate sobre la situación nacional, estuvo signado por un inicio del 2012 plagado de conflictos sociales, y de un salto en los problemas políticos del gobierno de Cristina Kirchner, que ha comenzado un período de desgaste y debilitamiento, luego de su claro triunfo electoral de meses atrás. El país del 2012 es el reflejo de un cambio político, la llegada con más fuerza de la crisis internacional y el agotamiento del modelo K colocan al gobierno en la necesidad de enfrentar a franjas del movimiento de masas, como se vio en su defensa de las corporaciones megamineras y la represión a los pueblos que la enfrentan. En el desastre del modelo ferroviario que tras la tragedia de once, sacó a la luz los negocios e irresponsabilidad de este gobierno y de las conce-sionarias. La crisis del kirchne-rismo, también se evidencia en el ataque de Cristina a los docentes, que marcaron su verdadera esencia y su impotencia ante el justo reclamo salarial.

Todos estos hechos, son solo el comienzo de un período que se irá profundizando, donde por supuesto el gobierno seguirá actuando apoyado en su todavía importante base social, pero la tendencia es a más debilitamiento del proyecto K y a mayor confrontación con sectores de la población, que entre el aumento de tarifas, las colas de la tarjeta sube y los aumentos de precios, comienzan a constatar que se vienen tiempos difíciles. De ahí la importancia que nuestro congreso le dio a la necesidad de fortalecer nuestra presencia en la CTA y la construcción de esta central, que hoy es la única que sale a la calle contra las medidas de ajuste. El participar activamente como Corriente Sindical del MST en las luchas de los gremios que participan de esta central, y también seguir apoyando el desarrollo del proceso de nueva dirección sindical y de listas opositoras en los gremios de la CGT, que por la crisis de la vieja burocracia, abre espacios a nuevos fenómenos.

Se evidenció la necesidad de fortalecer una herramienta política amplia y con propuestas de fondo. Para esa construcción el MST debatió y reafirmó su compromiso de seguir participando en la construcción del Movimiento Proyecto Sur, por ser la única alternativa que levanta de manera unitaria las grandes causas que el país necesita. Desde esta ubicación política, seguiremos intentando que a futuro, en el terreno político, podamos converger también con todos los compañeros de la CTA que así lo quieran, para hacer más grande la alternativa que necesitamos. Desde esta ubicación, seguimos viendo críticamente a la izquierda sectaria que se niega a ser parte de procesos unitarios más amplios. Aunque volvemos a insistir con el llamado a que reflexionen sobre estos problemas y se sumen a la construcción de un proyecto que dispute realmente por franjas de masas frente a los viejos partidos del régimen.

Para fortalecer nuestra intervención en la rica situación política de nuestro país, resolvimos también profundizar el debate y estudio de propuestas ante el problema minero, energético y nuclear. El fortalecimiento de la organización de nuestras compañeras y la lucha por sus derechos. Y responder a los debates abiertos sobre Malvinas y la recuperación del Petróleo e YPF.

Fortalecer y extender al MST.

Finalmente, el Congreso abordó el balance del último período y la orientación para el tiempo que viene. De conjunto, los delegados intervinieron mostrando a través de su experiencia práctica que nuestro partido viene consolidando un proceso de avance, que se concretizó en un importante salto partidario, en la extensión a nuevas provincias, ciudades, nuevos gremios y barriadas populares. Se valoró el salto logrado por nuestra nueva ubicación en la CTA y las enormes conquistas que significaron la obtención de nuestro diputado y de los comuneros en la Capital. El congreso evaluó, como corresponde, la necesidad de corregir problemas pendientes y mejorar aspectos de nuestra construcción cotidiana.

Nuestro Congreso, terminó debatiendo y votando una orientación para seguir colocando a nuestro partido en la disputa política y sindical. Para retomar con mucha fuerza nuestro trabajo en la juventud y avanzar también en la organización y extensión de nuestro movimiento, el Teresa Vive, que viene de lograr enormes conquistas y se prepara para nuevas peleas.

La conformación de comisiones de internacional, de propaganda, la politización y formación de nuestras compañeras y compañeros, fueron también resoluciones del congreso y serán puntos importantes en la estratégica tarea de fortalecer al MST y a nuestra estructura de cuadros y militantes, para intervenir mejor en la etapa que comienza.

Luego de las intensas jornadas, el conjunto de los delegados y la dirección electa por el Congreso, salimos fortalecidos fruto del debate colectivo, y el saber que iniciamos un nuevo período con grandes desafíos y en condiciones favorables para asumirlos.

 

Categorías
POLÍTICA

Malvinas: a 30 años de la Guerra.

Por Mariano Rosa para Alternativa Socialista, publicación del MST en Proyecto Sur.

Desde siempre las Malvinas ocuparon un lugar en el imaginario colectivo. La historia oficial la presentaba como una causa nacional perdida inevitablemente y cuyo reclamo podía únicamente limitarse al accionar de la diplomacia burguesa en foros internacionales dominados por el imperialismo invasor. Por eso, nada hacía pensar en 1982 que la dictadura más genocida, entreguista y pro-imperialista podía encabezar una ofensiva militar en las islas invocando derechos anticoloniales. Esta situación tuvo un marco histórico particular, razones que la explican y una evolución que queremos desarrollar para las camadas más jóvenes de nuestra militancia y la vanguardia en general, recogiendo también la actuación de la corriente liderada por Nahuel Moreno en virulenta polémica con el estalinismo y fundamentalmente, con el Partido Obrero.

La guerra de Malvinas fue una orientación política de las alas más lúmpenes y desesperadas de la dictadura para ganar tiempo y hacerse de base social para tener algunos años más de sobrevida. La realidad era que la acción militar estaba planificada para mediados de 1982, pero las condiciones socio-económicas y políticas que cruzaban la realidad nacional, catalizaron una ofensiva improvisada por completo. Pero el contexto que motorizó ese plan tiene su anclaje en el inicio en 1980 de una profundísima crisis económica capitalista de una magnitud de escala solo comparable a la de la década de 1930.

Desbarranque económico y recomposición gradual del movimiento popular

Fuga de divisas, inflación en crecimiento espiralado, devaluación brutal de la moneda nacional fueron la expresión de superficie del desmoronamiento del plan de entrega nacional diseñado por el tándem Videla-Martínez de Hoz como arietes del imperialismo y el capital financiero en particular. La desindustrialización, la apertura comercial a las importaciones, el endeudamiento externo sostenido, los aumentos brutales de los ritmos de superexplotación de la clase obrera fueron la base del modelo capitalista neoliberal iniciado por la dictadura. Para hacerlo como parte de un plan continental del capitalismo monopólico hubo que liquidar físicamente a lo mejor de la vanguardia obrera y popular. El genocidio no se entiende sino como parte de una necesidad intrínseca a la aplicación de ese plan económico. El cambio crucial que se opera a partir de 1980 es que se deterioran las condiciones económicas de forma tal que la clase media -que hasta entonces vivía de la “plata dulce” y el virtual “uno a uno”- vio golpeada duramente su situación económica -con la devaluación del peso sobre todo- y empezó a reaccionar en bloque objetivamente con la clase obrera, que pese a todo nunca había dejado de resistir molecularmente a la dictadura. Este cambio en la correlación entre las clases y el paso de la pequeñoburguesía a la oposición del régimen restó base social decisiva a la dictadura y potenció la resistencia del movimiento de masas aunque a escala parcial y dispersa como derivación del rol nefasto de la burocracia sindical y de los partidos burgueses mayoritarios –el PJ y la UCR- cuyas conducciones colaboraron con la dictadura de forma orgánica. Este deterioro de la situación social aceleró los tiempos de la improvisación militar de los genocidas.

La ocupación desata una movilización de masas

El 30 de marzo de 1982 la CGT Brasil había convocado una movilización que dio al movimiento de masas un canal de expresión a la bronca contra la dictadura y produjo represión en Plaza de Mayo y violentísimos choques con la policía. Eso no se daba desde 1976 por lo menos. Este marco catalizó los tiempos políticos y la junta militar adelantó la ocupación de Malvinas al 2 de abril. Solo 72 hs después de una movilización contra la política hambreadora de la dictadura y su ministro Alemann, el asesino Galtieri anunciaba la recuperación de Puerto Argentino. Imbuidos de un discurso nacionalista encendido, los militares desataron una gigantesca movilización antiimperialista unificada a escala nacional y latinoamericana que abroqueló a la clase obrera con todos los sectores populares en un proceso único que ya iniciaba una situación abiertamente revolucionaria en el país. La dictadura cometió 3 graves errores de caracterización política: 1) creyó que el imperialismo yanqui se mantendría neutral en la guerra por los servicios “prestados” por los genocidas argentinos a Reagan en la contrarrevolución desplegada por el imperio frente a los procesos de Nicaragua y el Salvador. Todas las potencias capitalistas centrales apoyaron al invasor inglés sin fisuras; 2) creyó que podía manipular la movilización de masas y “presionar” a los ingleses para negociar una salida diplomática. Craso error. Puso en movimiento a las masas en Argentina y ya perdió a partir de ahí el control político de la situación interna. Las masas convirtieron en acción independiente contra la dictadura y su plan de hambre y entrega, los objetivos reaccionarios de autoafirmación política de la dictadura. 3) Por último, los genocidas creyeron que podían reunificar a las direcciones burguesas alrededor de la guerra una vez iniciada. Sin embargo, la cobardía de las direcciones burocráticas y burguesas por un lado, y la feudalización del comando militar de la guerra, aislaron y hundieron a la dictadura que lejos del “paseo militar” para el que se preparaba fracasó justamente en la prueba de todo ejército: la guerra. A partir de ahí tendría los días contados y su suerte estaba definitivamente echada.

Nuestra posición ante la guerra

La corriente argentina que lideraba Nahuel Moreno, el PST -que combatió en la clandestinidad a la dictadura y tuvo más de 100 desaparecidos- tuvo una política clara desde la inicio de la guerra. Partiendo de ubicar como justa la lucha por recuperarMalvinas, se posicionó en el campo de las masas antiimperialistas exigiendo a la dictadura medidas claramente antiimperialistas para librar en serio una guerra hasta el final al invasor inglés: movilización y armamento de todo el pueblo; guerra económica a todos los países enemigos -no pago al FMI y expropiación de empresas-; cárcel a los políticos y ejecutivos de empresas de origen en países aliados de Inglaterra; llamado a la unidad y la movilización antiimperialista continental, exigencia de apoyo militar a la URSS; etc. Por supuesto, la dictadura capitalista y criminal no estaba dispuesta a hacer nada de esto. De allí su completo fracaso. La crisis fue tan profunda que acorraló a toda la burguesía y sus direcciones que se espantaron ante el peligro de las masas movilizadas. De allí que apelaron a la más reaccionaria de las direcciones para terciar en el conflicto e imponer la derrota a nuestro pueblo: el Papa Juan Pablo II vino al país entre el 8 y el 12 de junio a predicar la “paz”, o sea la rendición y la derrota de Argentina. Todos los partidos burgueses, el PC y también el Partido Obrero llamaron a ir a las misas del Papa imperialista. El PO explicaba que se jugaba a “cambiarle el carácter” a la movilización reaccionaria pro-capitulación. Nuestra corriente llamó a no ir a las misas del Papa que venía a entregarnos al imperialismo inglés. Finalmente, el 14 de junio se produjo la rendición en Puerto Argentino y a partir de ahí se abrió una crisis tan fenomenal del régimen que provocó la caída de Galtieri pocos días después y el inicio de un verdadero proceso de revolución democrática. En las próximas ediciones de AS vamos a profundizar en esa definición de revolución democrática y en otras aristas de este hecho histórico que hoy a 30 años se vuelve a colocar en la agenda de debate político.

Categorías
Rel. Internacionales

La muerte de Kadhafi y el destino de la Revolución Libia.

Por Carlos Miranda para Alternativa Socialista.

Los videos y las fotografías de la muerte de Muamar Kadhafi y el secreto que rodea su sepultura en el desierto circulan en tiempo real y alimentan, además del morbo descarado de la Secretaria de Estado imperial Hillary Clinton, un debate que venía de antes.

Los argumentos que se esgrimen se asientan en hechos parciales para justificar posiciones anteriores. Simplificando podemos decir que: están los que condenando la brutal intervención de la OTAN elevan a nivel de mártir popular al dictador para continuar negando la legitimidad del proceso revolucionario libio. Y también los que afirman que fueron sólo combatientes rebeldes los que tomaron la determinación de ajusticiar a Gadafi y así desprecian el papel de la OTAN en Libia.

La decisión de la ejecución de uno de los dictadores más consentidos por occidente en las últimas dos décadas abre un nuevo momento en la Revolución Libia. Por debajo de los debates aparece, si se quiere buscar, la dinámica interna del proceso revolucionario y el papel de sus direcciones. Se ha roto el punto común que unía a todos los sectores del campo rebelde, la caída de Kadhafi. Ahora, el nuevo momento abierto en el proceso libio enfrentará al movimiento revolucionario con sus propias direcciones cuyo principal exponente es Muhamad Jallil y con el imperialismo.

Las revoluciones tienen el derecho de hacer justicia.

Las revoluciones tiene el derecho de hacer justicia. La historia muestra como las dos grandes revoluciones de los últimos 200 años, (por citar solo las que marcaron un cambio de época) decidieron impedir la restauración del pasado de opresión de manera drástica.

Cuando los jacobinos franceses de la Revolución de 1789 guillotinaron en la plaza pública a la última reina gala, lo hicieron de cara al pueblo plebeyo e insurrecto de París y para romper con más de 500 años de oscurantismo medioeval. Fue una decisión conciente, que llegó luego de haber juzgado al conjunto del viejo régimen, tomada por el ala más radical que estaba al frente del gobierno revolucionario, y apoyada masivamente y con participación directa por el pueblo insurrecto.

En la otra, la Revolución Rusa de 1917, cuando a poco más de un año de haberse hecho del poder el gobierno de los Soviet se encontraba aislado, con 14 ejércitos imperialistas a unos pocos kilómetros de Petrogrado, amenazando a la Capital Revolucionaria, el Soviet resolvió cortar con la posibilidad de restauración de los Zares de todas las Rusias eliminado a la familia real, también lo hizo de cara al pueblo revolucionario que se debatía en los principios de la Guerra Civil.

La eliminación de Kadhafi en el terreno hubiera seguido la misma lógica de aquellas experiencias, pero la intervención de la OTAN desvirtúa lo que es un capital de las revoluciones: estas se realizan para conquistar un mundo más igualitario y justo, independientemente de que para lograrlo tengan que recurrir al legítimo derecho de defensa armada. La base sobre la que se construye un sistema y una sociedad más justas son opuestas por el vértice a los brutales métodos del imperialismo decadente. Esta acción realizada por combatientes esforzados, lamentablemente facilita la instalación de una falsa conciencia que exalta la eliminación individual de un dictador, y no apela al derecho a decidir del pueblo revolucionario.

Con el pueblo rebelde y contra la OTAN.

Reducidos a una expresión marginal los kadafhistas, la Revolución Libia toma ahora un nuevo curso. Esta planteado para adelante la conquista de los objetivos que el movimiento nacido el 14 de febrero de este año perseguía: libertad, democracia, dignidad y solución a los problemas inmediatos de la población. En esta búsqueda chocaran con gran parte de la dirección del CNT y con las fuerzas imperialistas.

Pero los imperialistas y sus aliados del CNT tienen un programa distinto de las aspiraciones que sostienen las masas insurrectas. En primer lugar pretenden frenar o derrotar la Revolución Libia llevándola, en el mejor de los casos, a la vía muerta de la “democracia representativa”, esa misma que hoy, desde el otro lado del Mediterráneo cuestionan los indignados europeos. En segundo lugar buscan dar un ejemplo de poder invencible al proceso de revolución democrática y nacional desatada en Libia y en los países Árabes, una advertencia, “aquellos que vayan más allá de lo permitido serán castigados”. De esta manera pretenden hacer pie en una región convulsionada por un proceso histórico irreversible pero que aún no ha triunfado totalmente. En tercer lugar buscan repartirse de nuevo los negocios.

Muy pronto, saliendo de la borrachera del triunfo indiscutible de esta revolución democrática contra la dictadura de Kadhafi, el pueblo rebelde chocará con una parte de los dirigentes actuales del proceso y sus socios imperiales. El drama de la revoluciones Libia y Árabe entrará en nuevos capítulos decisivos. La revolución cuenta a favor con la determinación de un pueblo que viene de un triunfo y que tiene una tradición heroica y una enorme disposición al sacrificio y al cambio. No tiene sentido quejarse de las contradicciones de la realidad y mucho menos falsificarla, los socialistas revolucionarios deben tener claro su lugar y este está sin ninguna duda del lado del pueblo insurrecto, pero tampoco deben dejar de señalar el papel de sus direcciones traidoras.

 

A %d blogueros les gusta esto: