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POLÍTICA

Plataforma 2012: Una iniciativa positiva y necesaria.

Por Sergio García para Alternativa Socialista, publicación del MST en Proyecto Sur.

En el arranque del 2012 uno de los hechos políticos que ganó estado público fue el surgimiento de un nuevo espacio en el sector de la intelectualidad: Plataforma 2012. Desde un primer momento el kirchnerismo tomó nota de este hecho y comenzó, a través de su poder mediático, a intentar cuestionar a Plataforma, tratando que no logre mayor envergadura y montando otros pequeños agrupamientos. Sucede que Plataforma, al ubicarse como un espacio amplio y a la izquierda del gobierno, comenzó a romper -con su declaración política y el impacto que logró- el doble discurso y la hegemonía que el sector K había levantado, y que generaba confusiones en otros segmentos de la población. Por eso la preocupación oficial al ver que desde la intelectualidad y la cultura se animaron, con hechos reales, a cuestionarlos. Al mismo tiempo, transmitimos nuestra visión polémica a la respuesta sectaria del FIT frente a esta novedad en el campo intelectual.

No casualmente, esto sucede cuando la palabra ajuste empieza a ser parte de la realidad kirchnerista. Cuando algunos artistas han tenido que levantar la voz en apoyo a Famatina. Y en primer lugar, cuando la votación de la Ley Antiterrorista puso blanco sobre negro el carácter del gobierno. Hoy, los voceros K están más a la defensiva e imposibilitados de explicar estos problemas. Y en su debilidad, el gobierno tuvo un primer recule en Famatina, tiene que hablar contra las petroleras y después de hablar del 18% de tope salarial ahora dice que “son libres”. Todo producto del mal enero que vivió y de los cambios en curso, de los cuales Plataforma es una expresión concreta. Correctamente, entre otras cosas Plataforma denuncia que el gobierno y los intelectuales que lo apoyan “quieren aparecer como actores de una gesta contra las “corporaciones”, mientras grandes corporaciones como la Barrick Gold, Cerro Vanguardia, General Motors, las cerealeras, los bancos o las petroleras – y el propio grupo Clarín, hoy señalado como la gran corporación enemiga – han recibido enormes privilegios de este gobierno”. Saludamos, la irrupción de este espacio y esta declaración, que abre un antes y un después en el mundo de la intelectualidad y la cultura. Ya que, como bien plantea Plataforma: “la homogeneidad discursiva empieza a estar atravesada por algunas filtraciones que la erosionan: el relato épico ha iniciado un proceso de cierto desenmascaramiento. La asociación entre derecho de huelga y extorsión o chantaje, o la justificación de la sanción de la ley antiterrorista, serían expresiones paradigmáticas de este fenómeno”. Estos planteos, son causal de disgusto en el kirchnerismo.

Debate con el FIT: de nuevo el sectarismo

El surgimiento de Plataforma también preocupó a otro espacio político: El Frente de Izquierda (FIT). Sus principales dirigentes, Jorge Altamira del PO y Cristian Castillo del PTS salieron rápida y groseramente a tratar de pulverizar el nuevo espacio de intelectuales. Demostrando una profunda incomprensión acerca del rol positivo que los intelectuales pueden jugar, y confirmando que el sectarismo conduce a la sistematización de falacias por conveniencia, en el afán de sostener posiciones de capilla. Así lo demuestra Altamira, cuando refiriéndose a intelectuales que se animaron a denunciar al gobierno, dice: “un frente oportunista que no puede tener sino un discurso encubridor, que unifica en la abstracción sus contradicciones insalvables. En la transición que inicia el derrumbe del llamado ‘modelo’, este abordaje político es tan peligroso para los intereses de los trabajadores como el macaneo del oficialismo intelectual”. En su sectarismo, Altamira los ubica al mismo nivel que el gobierno, incluyendo a varios firmantes que habían votado al FIT. Con un grado similar de falacia, Cristian Castillo del PTS, en su texto acusa a Plataforma diciendo “en lo que hace a Binner y al gobierno santafesino, defensor de los capitales “sojeros” en el 2008 y hasta el presente, termina cayendo en lo mismo que le critica a los adherentes a Carta Abierta respecto del gobierno nacional”; cuando no hay una sola mención de apoyo a Binner en la declaración de Plataforma y sí una denuncia clara a la sojización del país. Con estas declaraciones, el FIT actúa de manera funcional al gobierno, ya que intenta -por intereses mezquinos- demostrar con argumentos inventados que el nacimiento de Plataforma no es positivo. En realidad, desde el punto de vista de la izquierda habría que preguntarse las cosas de manera inversa: ¿Qué tiene de positivo y revolucionario atacar a intelectuales y trabajadores de la cultura que presentan un documento en defensa de la crítica, del medioambiente y de las luchas sociales? Evidentemente nada.

El sectarismo con que el FIT responde al surgimiento de Plataforma es similar al que tienen en el terreno político, donde insistentemente niegan la búsqueda de unidad. A los intelectuales críticos Altamira y el PO llegan al colmo de exigirles que “formen partido”. Y a los que planteamos construir alternativas políticas más amplias que la unidad del trotskismo, se nos dice que eso sería irse a la centroizquierda, lo cual es otra falsedad. Lógicamente, este razonamiento sectario es equivocado.

Por un lado, el marxismo siempre ha sido solidario con las manifestaciones intelectuales y culturales, así expresaran solo algunos puntos positivos. Nunca se le puede exigir a un movimiento así, que asuma la totalidad del programa de la izquierda, menos aún, el de uno de sus partidos. Si algunos quieren sumarse a la totalidad de las banderas de la izquierda, bienvenidos sean, y los que quieran compartir solo algunos aspectos, también pueden jugar un rol a destacar. Ser socialistas, es buscar siempre todos los acuerdos que pudieran ser positivos para los trabajadores y el pueblo, y el tomar de las capas intelectuales y del mundo de la cultura el aporte que estén dispuestos a realizar para ese objetivo. Por otro lado, si hay una tarea que también es revolucionaria y de izquierda es la búsqueda constante por construir alternativas políticas que expresen a millones, y eso solo es posible teniendo una actitud unitaria y amplia hacia otras tradiciones y culturas políticas nacidas del seno del pueblo y dispuestas a levantar puntos esenciales de un programa transformador. Con el mismo sectarismo con que trata a los intelectuales, el FIT se niega a abrir esta posibilidad. En este punto, tanto Plataforma como intelectuales que han votado al FIT también tienen bastante que aportar.

Apoyemos el desarrollo de Plataforma 2012

Se abre un debate a profundizar, y tenemos la responsabilidad de colaborar -en todo lo posible- con el desarrollo de Plataforma 2012 que puede jugar un rol muy positivo en una tarea imperiosa: poner en la escena pública temas que el kirchnerismo oculta y que necesitan solución en función de las mayorías, para desde esa ubicación colaborar en la construcción de otro proyecto de país. Por esa razón, desde el MST contribuimos desde un inicio con Plataforma a través de distintos compañeros, entre ellos Cacho Bidonde, y vamos a continuar haciéndolo en las próximas instancias del espacio, con propuestas y dispuestos a sumar en lo que haga falta. Para compartir ideas y un debate colectivo, en pos de una síntesis superadora. Al mismo tiempo, invitamos a todas y todos los compañeros de la izquierda política y social, a nuestros compañeros de la CTA y a los intelectuales que han sido o son parte de la asamblea del FIT, a que lejos de cualquier polémica estéril, llevemos adelante en común las cosas que nos unen, debatamos, profundicemos temas, compartamos experiencias, y nos dispongamos a apoyar los procesos de lucha contra los ajustes que vienen. Y también, a encarar el debate sobre la alternativa política y emancipadora que hace falta para transformar el país, a favor de las mayorías.