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POLÍTICA

Más allá de los votos…La crisis llega sin pedir permiso.

Alternativa Socialista, publicación del MST – Mov. Socialista de los Trabajadores en Proyecto Sur.

El “blindaje” de Cristina Kirchner no está dando resultado. Esa hipótesis se dibuja cada vez con menos convicción. Ya no se atreven Cristina ni Boudou a dar consejos económicos a los países europeos como hace un par de meses. Es que hay señales claras de que si no se cambia el rumbo la economía nacional entrará en serios problemas.

Los industriales y los grandes empresarios del campo están presionando por una devaluación del dólar, por eso aumentó la compra de dólares, haciendo que en un solo día del 2011 el Banco Central haya tenido que vender más de U$S 320 millones. A ese ritmo las reservas de libre disponibilidad (las que no están comprometidas para garantizar el circulante en pesos) durarían unos pocos meses y una gran parte de la fortaleza de este modelo K se desvanecería.

Ridículamente el gobierno salió a poner la Perfectura en frente de las casas de cambio, como si las grandes operaciones responsables de esta millonaria compra y fuga de capitales se realizara en las ventanillas de las casas de cambio!!

Pero más importante que esto es que el estancamiento de Brasil ha llevado a una caída importante en las ventas de autos (60% de nuestra producción se vende allá) y por eso empiezan como en el 2009 a haber suspensiones, esta semana le tocó a la Renault con la excusa que no llegan materiales para la fabricación.

El panorama podría completarse si bajaran las compras de soja por parte de China. Esto no sólo traería aparejado una disminución de los ingresos al Estado por el volumen de las exportaciones, sino que pronto se traduciría en una caída del precio internacional de la tonelada de soja, por el componente especulativo que tiene su precio.

Ambos factores harían caer el ingreso de divisas que necesita el gobierno tanto para gastos presupuestarios como para mantener el precio del dólar.

Las perspectivas a largo plazo no son buenas para Cristina. Ya nadie discute que, en este marco internacional, el tan famoso “viento de cola” que hizo crecer la economía del país en los últimos 7-8 años se está terminando. La caída de los precios internacionales de los cereales es una perspectiva probable. Por otra parte la más que posible devaluación del dólar conlleva un escenario inflacionario complicado.

El otro problema que tienen a futuro es que el crecimiento de la economía no se tradujo en mayor empleo, por cada punto que sube el PBI, sólo sube 0,22 el empleo. Esto quiere decir que hay mayor concentración económica a costa de mayor explotación por un lado y, por el otro, que si se crea trabajo es en negro o no registrado. Y todos sabemos que en épocas de crisis los primeros puestos de trabajo que se pierden con facilidad son precisamente los de los trabajadores en negro.

Frente a estos pronósticos, desde el MST en Movimiento Proyecto Sur decimos que para lograr que la crisis la paguen los que la provocaron y no la descarguen una vez más sobre las masas tenemos que hacer lo opuesto a lo que hace Cristina.

Hay que combatir la inflación impidiendo la fuga de dólares de los grandes empresarios, controlando el comercio exterior y las grandes transacciones bancarias y financieras, mientras eliminamos el IVA de los productos de la canasta familiar. Hay que combatir las suspensiones y despidos, multando a toda empresa que lo haga. Para menguar los efectos de la crisis mundial hay que avanzar rápidamente en estrechar los lazos con todos los países de Latinoamérica recuperando los recursos naturales y la producción de cada país, para ponerla al servicio de los trabajadores y los pueblos de toda América Latina.

Las razones del triunfo K y el país que se viene.

Por Mariano Rosa.

El holgado triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner tiene su raíz en la coyuntura económica, el desbarranque de la oposición que la enfrentaba por derecha y la acción dirigentes sindicales vendidos que ayudaron a apuntalar su gobierno. La crisis internacional que golpea la puerta, los reclamos latentes y una agenda de problemas no resueltos, signarán el país que se viene.

Las elecciones del domingo 23 de octubre de 2011 ratificaron un dato central: el oficialismo K domina la escena política en el terreno electoral. Contrasta con la debilidad aguda de una oposición que no sintoniza con la etapa que inició el Argentinazo de 2001, esa que sigue presionando a todo el espectro político para desplazarse a izquierda de la política tradicional.

“Es la economía, estúpido”

Esa célebre expresión de la campaña de Bill Clinton de 1992 en EEUU, perfectamente puede aplicarse a nuestra realidad. Sindudas el viento de cola de la economía mundial, que mantuvo altos los precios de la soja y el colchón de rentabilidad que acumularon las corporaciones con la devaluación del 2002 cimentaron una situación económica de relativa estabilidad durante los estos años. El gobierno aprovechó esta acumulación y tuvo una política de concesiones parciales –asignación universal, jubilación sin el total de aportes, etc.- para hacerse de alguna base social. Sobre esta base recuperó terreno en los sectores medios urbanos y rurales que con el conflicto agrario de 2008 había empujado a la oposición. El contraste de la realidad reciente del país, con lo que se vivió a fines de 2001 y con la crisis capitalista mundial, terminaron definiendo el voto al oficialismo. Por supuesto que este aire superestructural, no significa un certificado de garantías de paz social. La no solución de los problemas estructurales pendientes, harán que las debilidades del próximo gobierno afloren apenas la crisis internacional se exprese en un país que dista de hallarse blindado.

 La política también actúa

Sería equivocado explicar el triunfo k solo por la economía. Ya que, aunque ha sido un factor decisivo, se combinó al menos con tres factores políticos de peso de orden político:

a) La oposición más tradicional –UCR, Duhalde- buscó pegar por derecha al gobierno, colocándose completamente a contramano del momento que estamos viviendo, con un movimiento de masas que no quiere las viejas recetas neoliberales. La crisis de todos ellos se ha profundizado.

b) El rol sostenedor de la burocracia. Este factor es cualitativo. La CGT bancó la devaluación, sostuvo al gobierno en la lucha agraria y no ha lanzado una sola acción de lucha por los trabajadores.

c) El gobierno logró diseñar un “relato” que convenció a una franja, y con el poder del estado, montó un aparato militante y propagandístico-mediático de envergadura. Está a años luz del “3° movimiento histórico”, pero logró captar una franja que asimiló el discurso pesimista de que “el kirchnerismo es lo más lejos que podemos llegar”.

Ha sido esta combinación de factores la que explica el cómodo triunfo oficialista y a la vez, son las razones que condicionan seriamente el futuro del gobierno, que está muy lejos de haber recibido un cheque en blanco.

La agenda de Cristina: una carrera de obstáculos

El discurso del “desacople” de la crisis mundial está bien para ganar tiempo y para consumo fanático de 6,7,8. Pero la realidad es que se vienen acumulando una serie de problemas muy grandes para el gobierno:

· La fuga de capitales es del orden de 3000 millones de dólares mensuales. Este dato es clave.

· La alteración de los precios internacionales de la soja recortan el ingreso fiscal y achican la caja.

· La devaluación del real complica el intercambio con Brasil e impacta sobre la actividad industrial, que ya comenzó con medidas preventivas de reprogramación productiva, vacaciones anticipadas y suspensiones.

· El pago de la deuda externa tiene compromisos fijados por 16 mil millones de dólares para el 2012. Con una caja que se achica, con reservas que tienden a diluirse y con fuga de divisas, para pagarle a los usureros tendrán que ajustar el gasto social o tomar más deuda con intereses enormes.

· El achique de la caja fiscal supone recortar subsidios al consumo y por esa vía habilitar tarifazos en los servicios públicos.

· Finalmente, la presión inflacionaria va a actuar incentivando reclamos salariales que en paritarias el tándem gobierno-patronales-burocracia van a intentar contener.

El 2012 va a estar cruzado por las primeras manifestaciones de la crisis mundial en términos sociales y con rebote en la política. La criminalización de la protesta que deja correr el gobierno es preventiva, de cara a la respuesta obrera y popular que se ven venir.

Como siempre, la última palabra la van a tener las luchas. Y claro está, la capacidad que la izquierda, los luchadores y los sectores antiimperialistas tengamos de acumular políticamente para poner en pie una gran alternativa política para superar la situación actual.

En eso nos va el futuro inmediato. En eso nos va la vida.