El ultimátum opositor surgió luego de que el rey cediera anteayer a la presión surgida tras más de dos semanas de protesta y convocara a la oposición a conformar un gobierno. No obstante, la oposición, apoyada por los rebeldes maoístas que operan en el país desde 1996 en una guerra contra la monarquía que ya dejó 13.000 muertos, rechazó la propuesta y redobló la presión al monarca para que volviera a poner en funcionamiento el Parlamento.
Según los testigos, la concurrencia a las manifestaciones convocadas por la oposición está en alza, y ayer una marcha congregó unas 150.000 personas. Desde hace días, decenas de miles de nepaleses se han volcado a las calles, pese al toque de queda decretado en Katmandú.
Incidentes
Ayer, las fuerzas de seguridad formaron una cadena para evitar que la multitud siguiese avanzando por el centro de la ciudad hacia el palacio del monarca. Los manifestantes llevaban pancartas donde se leía "¡Abajo el rey!" o "¡Gyanendra, deja el país!". Varios de ellos resultaron heridos cuando la policía disparó balas de goma, informó Kantipur TV.
En los últimos 17 días, las confrontaciones entre opositores al régimen y las fuerzas de seguridad, cuya actuación es a menudo brutal, causaron la muerte a 14 personas. Las huelgas y manifestaciones convocadas por los siete partidos nepaleses tienen como objetivo obligar al rey a restaurar el orden democrático.
El rey había disuelto el Parlamento en 2002 y destituido al primer ministro en febrero de 2005 por considerar que no era capaz de hacer frente a los rebeldes maoístas. El secretario general del opositor Partido del Congreso, Ram Chandra Poudel, declaró que la propuesta del rey, que invitó a la oposición a conformar gobierno, es "una intriga para crear divisiones en el movimiento de protestas".
La alianza de siete partidos emitió ayer una declaración en la que señala que, en su oferta, el rey no tomó en cuenta los seis puntos de demandas de la alianza y el acuerdo de doce puntos de los partidos con los rebeldes maoístas.