Con dramatismo y suspenso. Mucho suspenso. Los condimentos de alguna gran película de Steven Spielberg fueron los protagonistas principales de la definición del 75º Abierto del Centro que repartió 185 mil pesos en premios e integra el circuito argentino.
Uno, dos, tres… hasta seis llegó la cuenta de Angel Cabrera, quien venía de lograr su mejor resultado en el Masters de Augusta con un octavo puesto. Ayer festejó su sexto título en este torneo no sin antes batallar durante cuatro hoyos de desempate contra su coterráneo y amigo Eduardo Romero.
La cancha del Córdoba Golf Club en Villa Allende fue testigo del birdie que coronó a Cabrera en el desempate después de haber igualado en 275 golpes, nueve bajo el par, con Romero. Claro que el campeón pudo haberlo definido más temprano.
Es que había llegado al hoyo 18 con dos golpes de ventaja sobre Romero, pero una pelota mal jugada desde 60 yardas del green hizo que se pasara en el tiro, concluyera la vuelta con un bogey y sumara 70 golpes, uno bajo el par, en la tarjeta del recorrido final.
Romero aprovechó el error de Cabrera y lo alcanzó con un birdie en el último hoyo. Así terminó el día con 71 golpes y permitió que se produjera la cine matográfica definición.
Después de jugar tres veces el hoyo 18 en el desempate, el cuarto fue el decisivo. Cabrera quedó en muy buena posición de entrada al green y desde poco más de 50 yardas jugó una pelota excelente que pegó en la bandera, bailó en el hoyo y finalmente quedó dada.
Mientras tanto Romero había llegado al green con el segundo tiro pero necesitó dos putts para embocar posibilitando así el triunfo de Cabrera ante la ovación de la gente que colmó las tribunas del escenario.
En la tarjeta final de Cabrera quedaron, entonces, cuatro birdies en los hoyos 3, 7, 13 y 16 y bogeys en los hoyos 15, 17 y 18. Mientras Romero firmó birdies en el 12 y 18 y bogeys en el 3 y 10.
Si conseguía el triunfo, Romero hubiera igualado el récord de Martín Pose, quien festejó el título en este torneo en ocho oportunidades.
Cuando el segundo puesto ya era una realidad, el subcampeón manifestó: "Todavía no pienso retirarme. Me faltan por lo menos cinco años más por jugar así que el año que viene tengo la revancha".
Con respecto a la definición, comentó que "fue muy linda porque el publico la disfrutó como nunca". Y analizó su desempeño al considerar que "mi juego fue bueno, más allá de algunos errores que me bajaron del liderazgo en esta última ronda".
El tercer lugar del podio fue para Ricardo González, quien terminó a tres golpes de los líderes con 278. Ayer firmó 66 producto de siete birdies y dos bogeys. Cuarto quedó Rodolfo González con 279 golpes gracias a una tarjeta final de 66 debido a cinco birdies.
Entre los aficionados ganó Sebastián Saavedra con 289 golpes.
Así llegó a su fin el Abierto del Centro, un clásico de la Semana Santa y uno de los torneos más tradicionales de Argentina, que tuvo el 11º desempate en su historia y el primero desde que Joakim Haegmann le ganó a Dudley Hart en 1998. En 1977 se jugó el último desempate entre cordobeses que disputaron Juan Quinteros y Juan Carlos Molina, quien finalmente se quedó con el título.
Pero esta edición tuvo el sabor especial de la definición entre Cabrera y Romero, dos grandes a los que aún le queda mucho por jugar.
