"Bienvenidos a un pequeño mundo seguro", invita en su página de Internet (http://www.babytv.info) la señal transmitida a través del sistema de televisión satelital DirecTV, a la vez que aclara que los contenidos de la programación no incluyen avisos comerciales ni promocionales de ningún tipo. BabyFirstTV -"un canal en el que los padres pueden confiar"- asegura que la programación ha sido diseñada para estimular el desarrollo y el aprendizaje del público infantil.
Tales anuncios no han convencido a la Academia Nacional de Pediatría, de los Estados Unidos, que sigue insistiendo en que "los niños menores de 2 años no deben mirar televisión".
Es más, uno de sus voceros, el doctor Donald Shifrin, declaró a la cadena ABC: "Ver televisión a esa edad es básicamente un experimento sin control con los niños".
El costo mensual de la nueva señal es de U$S 9.9, y aunque trasmite sin interrupciones, por las noches los pequeños televidentes sólo disfrutan de "una tranquilizadora música acompañada por dulces movimientos visuales que crean una atmósfera tranquila en el hogar".
Efectos negativos
Al doctor Mario Grenoville, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la noticia no le resulta auspiciosa. "No le veo ningún sentido [al nuevo canal] -dijo a LA NACION-. El desarrollo de los bebes está estrechamente ligado a los vínculos humanos, y me parece que la presencia de un objeto intermediario, como es la pantalla de televisión, puede llegar a interferir con el proceso de socialización."
"Ninguna pantalla de televisión tiene la interactividad o la emoción que ocurre cuando un bebe y sus padres interactúan", opinó Shifrin.
Para Grenoville, un canal de televisión para chicos de 6 meses puede tener efectos nocivos.
La niñera electrónica
ParaLA NACION
Desde una perspectiva educativa, valdría la pena reformular el problema e incluirlo en un contexto más amplio. La primera pregunta que deberíamos afrontar es cómo nos gustaría pensar a las jóvenes generaciones en el futuro: ¿nos gustaría que sean solidarias?, ¿inteligentes y creativas?, ¿capaces de discernir la información verdadera de la falsa? La segunda pregunta es: ¿qué debemos y podemos hacer para lograrlo?
Si queremos un futuro mejor se trata de ofrecer una variedad de opciones educativas a nuestros niños. Esto exige la presencia y el trabajo continuo y esforzado de los adultos. Sin duda resulta más fácil para los padres contar con la televisión como "niñera electrónica". Hay quienes creen que se puede dejar a los niños ver televisión a voluntad hasta los cinco o seis años porque "en esa edad empieza la verdadera educación". Esto es un error. La educación empieza con el nacimiento.
Pero tampoco se trata sólo de prohibir o no la televisión o de cuánto tiempo permitirles a nuestros niños mirarla. Es necesario acompañar los límites con otras ofertas educativas que resulten igual o más atractivas (juguetes, plaza, jardín de infantes, libros, música, pintura). Muchas veces los niños eligen la televisión no por voluntad, sino por falta de elección. El gran desafío es educar a nuestros hijos para que elijan no mirarla o mirarla en tiempos limitados.
A su vez es necesario garantizar ofertas de calidad en la televisión infantil. El tiempo frente al televisor puede tener una mayor calidad educativa en función de los programas que se les presente. Hay tradición de muy buenos programas infantiles que vale la pena recuperar, imitar o citar como ejemplo de que la buena televisión es posible.
En el contexto actual, la educación que se ofrece en jardines maternales y de infantes es una interesantísima alternativa educativa. Los niños aprenden y se socializan. Lo disfrutan y lo prefieren a la televisión. Ofrecer alternativas educativas y de esparcimiento a nuestros hijos y bregar para que el Estado incentive programas de alta calidad y para que amplíe la oferta de instituciones en el nivel inicial es ayudar a construir un futuro mejor.
La autora es directora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés
Más ofertas culturales
ParaLA NACION
Empecemos por el tiempo frente a la pantalla. La televisión, dicen estudios internacionales, es el medio de comunicación predominante en la vida de los chicos de 6 a 17 años. Es justamente en la infancia cuando los chicos pasan frente a la pantalla entre 3 y 4 horas diarias, cifra muy superior al número de horas que pasan en la escuela.
En todo el mundo, es cada vez mayor la cantidad de chicos que tiene televisor en su cuarto. Este fenómeno de "privatización" trae dos consecuencias: los chicos que tienen TV en su pieza ven más horas de televisión por día y lo hacen más en soledad, exentos de una presencia adulta. ¿Es necesario incrementar este vínculo con la pantalla desde que son bebes?
Veamos el tema de los contenidos. Con frecuencia, solemos pedir una TV de calidad. Decimos que un programa es de calidad cuando sabe identificar la demanda de las audiencias, cuando promueve la curiosidad, cuando tiene capacidad para interesar a los chicos por un tema hasta suscitar su búsqueda y participación en torno a este tema. ¿Cómo podrá un programa para esta edad llamarse de calidad y cumplir con estos requisitos?
Una encuesta reciente dice que los chicos suelen ver TV porque no tienen otra cosa para hacer. La pantalla es su diversión preferida porque no existen otras alternativas. ¿No será mejor, entonces, preocuparse por brindar una diversificada oferta cultural para ellos, en lugar de pensar en la pantalla como la única propuesta recreativa?
Crear bibliotecas, espacios de juego, parques y guarderías accesibles a todas las edades y a todas las familias es mejor opción que darle el monopolio del entretenimiento a la pantalla.
La autora dirige el Programa Escuela y Medios en el Ministerio de Educación de la Nación.
Una respuesta a «Lanzan una señal de televisión para chicos de 6 meses a 3 años»
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